CRÓNICA GRÁFICA DE LA FERIA DEL LIBRO DE BADAJOZ 2013

Badajoz, durante estos de primavera nerviosa y como cada año, vive su Feria del Libro, ese libro que, a trancas y barrancas, va sobreviviendo a los múltiples dispositivos electrónicos le hacen competencia.

De cualquier forma, nada es el libro, nada la literatura sin un lector. Dicen que no hay libro malo. Puede ser ver verdad o no. Hay libros excelsos, universales, buenos, regulares y malos: esto es la cesta del mundo y en el mundo, hay de todo.

Así en la Feria del Libro de Badajoz los aciertos conviven con los fallos. Un acierto: celebrar la Feria, un error: celebrar como exaltación de la cultura  y no como una culminación del programa de actividades y eventos que tendría que tener Badajoz y que, como siempre, no se ha llevado a cabo. La cultura hay que cuidarla y mantenerla siempre. Y con un paseo anual por San Francisco  (buen escenario, por fin), de caseta en caseta poco se aporta.

En esta edición he aprendido un nuevo término: libros reclamo, autores que se supone tienen que atraer publico a la Feria.

Pero ¿ qué autores?¿qué libros? Claro está que los protagonistas de la telebasura ya se sabe qué publico atraen. ¿es público asiduo a las Ferias, conciertos, protagonistas de la vida cultural de la ciudad?

No hace muchos días uno de los  invitados- reclamo (que por cierto no ha venido después de todo),anunciaba la presentación de su obra en un centro comercial y lo hacía diciendo. "Compren vds. el libro, aunque no lo lean, a mi lo que me importe es que lo compren" Todo eso mientras nuestras instituciones gastan tiempo y dinero para organizar barullo, meter ruido y sacar foto en la Feria del Libro.

En otro sentido, la Feria esta en un sitio agradable y representativo de Badajoz en ese paseo antiguamente denominado "Delicias de Anleo" y es emocionante deambular por las casetas, seguir el desarrollo de los diferentes acontecimientos literarios. Nos llama la atención la magnifica labor del Departamento de Publicaciones de la Diputación de Badajoz, no solo por su stand en el recinto, también por el abanico de presentaciones que ha desplegado en el Salón de Plenos  (C/Obispo Juan de Ribera), convirtiéndose - nuestra muy modesta opinión- en la expresión y muestra  de importantes publicaciones en el área de nuestro entorno e historia local, ganándole por varias cabezas a otros expositores, muy parcos -por no decir pobres- en obras de autores de la tierra.

Así se presentan por Diputación: "El urbanismo en Badajoz a través de la prensa del siglo XX (1900-1975), de José Manuel González", "Badajoz antes de la ciudad. El territorio y su población durante la Edad Antigua", de José Luis Ramírez Sábada, "Memorias de un mirador. Una vida para el cine", de Jesús García de Dueñas, "Historia eclesiástica de Badajoz (Juan Solano de Figueroa", edición de Francisco Tejada Vizuete, "Clio y la aulas. Ensayo sobre Educación e Historia", de Enrique Moradiellos. Y un rincón para la poesía de Chari Llanos, "El canto de las sílabas".

No venía mal un paseo con la cámara en esa tranquila mañana y pudimos captar de cerca a nuestro amigo y compañero el poeta Plácido Ramírez Carrillo, acompañado de una de las sonrisas de la Feria, en el bien dotado stand municipal. Y de lejos al escrito Vicente García Estop, ocupado en una de sus múltiples entrevistas.

Ahí van las imágenes y que el año que viene nos sea leve.

 No todo iban a ser libros. La caseta de Real Musical, mostraba estas pequeñitas cajas de música

 Plácido Ramirez Carrillo en el stand municipal

Lugar para los medios de comunicación en el stand municipal








Vicente García Estop durante una entrevista

Una antigua fotografia de la calle Espronceda (Badajoz)

 

Quizá la fotografía fuera tomada a finales del s. XIX. La calle Espronceda esquina con Prim, con el encanto de la tranquilidad de aquella época- al menos éso es lo que nos imaginamos al contemplar la imagen-. En esa esquina, detrás de la típica tartana- , durante los años 60, estuvo situado el Bar Palma, el bar de Emérito, hombre afable y simpático, amigo de mis padres. Un poco más allá, la casa de D. José Castillo y la Posada de Espronceda, visitada por portugueses y españoles. A este establecimiento acudían los "coches de punto" de Elvas (caballería y carruaje, iluminados con faroles de aceite).

En la acera de enfrente, en el número 4, el despacho de D. Carlos Robles de Nava, uno de los primeros gestores administrativos de Badajoz y en el número 6, el domicilio del Dr. Gracia Juárez.

Al final de la calle la empresa de uno de los hermanos Cienfuegos (José), Elaboraciones Corona.

Ambiente de otros tiempos  que para bien o mal, ya se ha perdido.

Un olvidado carrete de fotografías

Hoy priman las imágenes. Allá por el año 1983 nos reuníamos en Badajoz un grupo de amigos bajo la denominación de FICEX (Feria Itinerante de la Cultura Extremeña). De uno de estos actos, celebrado en los locales del Hogar Cacereño en Badajoz, se conserva un carrete de fotografías que permanecía olvidado en un cajón, de esos que el tiempo secuestra en la memoria. Con algo de paciencia y nostalgia las he digitalizado. Están Rabanal Brito, José María Ródenas -fallecido no hace mucho- Pepe Pagador, el vicario D. Aquilino Camacho, Juan Bautista Rodriguez Arias, Pérez Alonso. En fin, vuelta de hoja al tiempo.

 

Aquilino Camacho y Carlos Pérez Alonso                

                               Carlos Pérez Alonso, Aquilino Camacho y José María Montes Caraballo

 
                                          José María Montes. Entrega de diplomas

                                       José María Ródenas Pallarés (centro) y José Maria Montes

                                          Parte del Grupo Cultural FICEX (1983)

                                          José María Montes y el vicario Aquilino Camacho

                             José María Montes entrega diploma a Arsenio Muñoz de la Peña

                                              José María Ródenas Pallarés

                                          Juan Bautista Rodriguez Arias y José María Ródenas

                                          Tomás Rabanal Brito y José María Ródenas Pallarés

                                    José Maria Monte, Rabanal Brito y José Maria Pagador Otero

La movida en el Teatro Romano

Permanecemos atentos a la nueva programación del Festival de Teatro ¿Clásico? de Mérida.
Siguen por el mismo camino. Desde este modesto blog criticamos nada más la programación, la selección de obras y no entramos en labor desarrollada por los actores.

La obra de Plauto (Anfitrión) se viste ochentera y se sitúa en la movida madrileña, probablemente es lo que Plauto concibió en su momento pero al final desistió de semejante empeño. Que el público lo pasara divertido no es nada extraño, pues las obras de Plauto lo garantizan; otra cosa es que en este "cover" es que la obra deja de ser clásica, es una adaptación moderna barata de representar y decorar. Una buena luminotecnia y algunos módulos plástico o cartón para delimitar el espacio escénico, adobados con algunas caras conocidas por TV y se puede empezar a trabajar en una obra de corte ... moderno.

La inmensidad del espacio escénico sobrecoge a los actores, muchos de ellos bien curtidos en el carro de Tespis y que probablemente habrían agradecido una más clásica, que es algo que, en el fondo, todos añoran.
Ese espacio del Teatro hay que llenarlo y con un elenco de siete u ocho actores ( nada de corifeos ni figurantes) no se satisface.

Revisando unos antiguos folletos de La Orestiada y Edipo, de las temporadas de Pepe Tamayo nos damos cuenta que ese estilo- el que a nuestro simple juicio debe prevalecer en parte- ha muerto y quieren enterrarlo, porque compañías minimalistas dan más dinero. Ese Teatro de Mérida pide movimientos de masa, registros actorales clásicos, ecos de Medea, Las Euménides, Julio César o la trilogía de Esquilo; para eso el recinto dispone de una acústica formidable que permite a los actores proyectar la voz a placer, sin necesidad de ninguna complicación. Y ese silencio, del que con justicia hablaba la gran Concha Velasco, que llega a la escena como una espada de Damocles, casi sonoro.

En fin, no hablaré mas del Teatro-quienes me conocen saben por qué me preocupo tanto- hasta que no vuelva a su estilo  y creo  que no es tiempo para esas cerezas.

Festival de Teatro Clásico de Mérida. Decíamos ayer...

Esta vez casi sin palabras. Solo las justas y una imagen publicada por nuestro diario HOY.
Ha comenzado el Festival  con un título clásico HELADE. El título es de corte clásico pero la imagen habla por si sola.
Según la reseña periodística la "representación" va a base de textos  leídos, como en el colegio, se nota que la dirección ha comprendido cual es la esencia de una representación en el "Romano". Este tipo de atrezzo escénico se parece a los montajes minimalistas  del TEU, con la diferencia  de que representaban obras  clásicas dentro un razonable caracter de vanguardia. Me ha impactado esa escena de mesa mantel a cuadros, acordeón y guitarra, me ha hecho recordadr algun montaje del gran Salvador Tavora con La Cuadra.

Vamos, que sigo sin entender por qué hay que vestir a la moderna  los textos clásicos, que son lo que son. Solo espero que no se les ocurra de montar una parábola situando a Antígona en la Guerra de los Seis Días. Tanques en ese Teatro sería complicado.

De la Orquesta de Extremadura al Festival de Teatro de Mérida

El tema de la disolución de la Orquesta de Extremadura es otro claro distintivo de la derecha cavernaria y retrógrada que nos gobierna. Presionar a los trabajadores ( en este caso artistas músicos con años y años de estudio, más un durísimo examen de ingreso) ofreciendo un contrato basura ( eso de fijo discontinuo no cuela), con previa renuncia a la situación que obtuvieron cuando aprobaron la correspondiente oposición, destapa la escasa o nula sensibilidad de unos responsables políticos que no saben o no quieren valorar de uno a diez la importancia de cada cosa. Así, vamos mal.

La muletilla -creo  una  mentira infumable- de que "no sabíamos como era de grave la situación", en el caso de que nos la creyeramos, les pondría en una situación de ignorancia e incompetencia impropia de quien pretende gobernar, en este caso, a toda costa,  y lo estan haciendo sobre las  ruinas del imperio ( que diría el Conde de Volney).
Cuando se ataca a la educación, la sanidad, el poder adquisitivo de jubilados o la cultura, solo  podemos  pensar que quieren meternos - aquellos a quienes  hemos elegido- directamente en la modernidad del siglo XIX, sustituyendo, por ejemplo, el sistema público de sanidad por el privado- con los interese particulares que ello conlleva-  Hoy es el 10% de repago en recetas de pensionistas, mñana serán las prótesis, las ayudas técnicas...

Si todo esto es grave, mucho peor es que se vaya cercenando la cultura, paso a paso. Y no estoy diciendo que se deba volver a una política subvenciones sin ton ni son a la que muchos estaban acostumbrados.Es imprescindible un buen control y racionalización del gasto, que aveces no todo es cuestión de dinero sino de sentido común e ideas.
La Orquesta es como el banderín de enganche y puerta de acceso al sentimiento humanistico que debe permanecer en el hombre, no se puede cortar las alas del espíritu y poner trabas a quienes pasan la mayor parte de su tiempo para que los demás podamos disfrutar. Y si la orquesta tiene pocos seguidores - leído en alguna parte- algo falla en nuestro sistema que debemos corregir.
La Orquesta se despide con un concierto dedicado a Malher, el gran compositor de El Canto de la Tierra; personalmente añadiría al programa el Requiem de Mozart, simbolizando una política  que en estos idus comienza a dar sus últimas boqueadas.

El Festival de Teatro Clásico

De momento parece a salvo, veremos como se desarrolla la programación, porque el Festival de Teatro tiene que ser ante todo clásico. En los últimos tiempos ha pasado de todo, mucho experimento de café teatro, compañias minusculas que tenían que limitar el espacio escénico porque el Tetatro Romano se las comía crudas. No es lugar para monólogos, ni para ritmos y danzas afrocubanas- al menos dentro de la programación del Festival Clásico. El Teatro Romano exige clámide, obra clásica y grandisosidad escénica. Antigona no tiene por qué ser una republicana libertaria de la Guerra Civil (tema recurrente en muchas programaciones), las refundiciones de texto, las versiones, los textos leídos ( parece ser que este año hay algo de eso) dejemoslos para otros espacios.

                                                Julio César Compañia Lope de Vega

Si es necesario fundir de nuevo el molde del Festival ( tres o cuatro obras según los cánones, no más, que se haga) En los días de gloria fue suficiente, tomemos nota.

El Guadiana vuelve a fluir. En esta ocasión, en vez de palabras, nos trae imágenes de de la ciudad, perfiles que prologan el verano, a la vuelta de la esquina de las Fiestas de San Juan.

                                                                                  
La Alcazaba, desde  el Fuerte de San Cristóbal

 Vista parcial de Badajoz desde el Puente Viejo

 Perfil de la Catedral, desde el Cerro de San Cristóbal

 Puerta de Palmas y Puente Viejo

 Cimborrio de la Iglesia de La Concepción

 El hornabeque del Puente Viejo casi terminada su restauración

 Margen derecha del Guadiana

 La muralla desde el antiguo Parque Infantil

 Plaza de Minayo (desde el Teatro López de Ayala)

 Puente Real (desde el Puente Viejo)

 Rosas del Paseo de San Francisco

 La Torre Atalaya o Espantaperros

La Concepción desde el Guadiana



Fotografías tomadas con cámara Sony DSC H1.


Originales de José Rabanal.

Autorizada su reproducción siempre que se indique procedencia.