Sin escape

Decenas de millones de personas desarraigadas a causa del conflicto y la violencia se encuentran cada vez más desamparadas ante los devastadores efectos de la crisis climática global.

12 nov. 2024 - También disponible en: English

Aquí se muestran los 10 países de los que han huido más personas refugiadas. En conjunto, unos 35 millones han huido de estos países para buscar asilo en otros lugares.

Las burbujas representan el número de personas refugiadas en cada país de asilo.

Cuando clasificamos estos países de asilo por zonas de riesgo climático, podemos ver que un gran número de personas refugiadas han huido a países clasificados como expuestos a riesgos climáticos elevados o graves.

Los países de origen, que se muestran a la izquierda, también se clasifican por amenazas climáticas.

La crisis climática está llevando a poblaciones ya vulnerables de un peligro a otro. Por ejemplo: más de 700.000 personas refugiadas han huido de Sudán a Chad, un país que se enfrenta a graves amenazas naturales, como lluvias torrenciales e inundaciones.

Procedentes de uno de los países más vulnerables al clima, el 72 por ciento de las personas desplazadas internacionalmente de Myanmar, incluidos la población refugiada registrada y las personas solicitantes de asilo, se encuentran ahora en Bangladesh, donde los peligros naturales se clasifican como extremos.

De manera similar, el 86 por ciento de los afganos desplazados internacionalmente, refugiados y solicitantes de asilo, han buscado refugio en Irán y Pakistán, países ambos afectados por riesgos climáticos aún mayores que los de su país de origen.

La situación no hará sino empeorar. Podemos cambiar el gráfico para que muestre la clase de riesgo climático prevista para cada país en 2040, cuando la gran mayoría de los países de asilo estarán clasificados como expuestos a riesgos climáticos altos, graves o extremos.

También se prevé que la clase de peligro climático para los países de origen empeore.

Soluciones sostenibles

Las soluciones para mitigar los efectos cada vez más negativos del cambio climático sobre los desplazamientos forzados están a nuestro alcance, pero exigen actuar en múltiples frentes.

Incluir a las comunidades desplazadas

Las personas desplazadas se encuentran entre las más expuestas y vulnerables a los efectos del cambio climático y, sin embargo, rara vez se les consulta o se les da un lugar en la mesa a la hora de diseñar estrategias y políticas. Solo 24 de los 60 Planes Nacionales de Adaptación (PNA) y 25 de las 166 Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN) incluyen disposiciones concretas sobre el desplazamiento en el contexto del cambio climático y los desastres. De la misma manera, solo siete de las 31 estrategias regionales para la reducción del riesgo de desastres (RRD) hacen referencia al desplazamiento.

Incluir los puntos de vista y las experiencias vividas por las personas desplazadas puede mejorar las políticas diseñadas para protegerlas y ayudarlas a adaptarse.

La juventud rohingya participa en los campamentos de refugiados de Bangladesh

Antes de que Mohammed Anower y sus amigos se pusieran a trabajar, el arroyo que pasaba junto al alojamiento de su familia en el asentamiento de refugiados de Kutupalong era un fétido río de residuos. Con las lluvias monzónicas, se desbordaba rápidamente, contribuyendo a las inundaciones y corrimientos de tierra que asolan este extenso campamento, situado en una zona de Bangladesh propensa a tormentas tropicales cada vez más frecuentes e intensas. Anower pertenece a uno de los muchos grupos de jóvenes del campamento que diseñan y ejecutan proyectos para combatir la contaminación y concienciar sobre el cambio climático. Se encargaron de drenar el arroyo de residuos, y plantaron árboles y hierbas autóctonos a lo largo de sus orillas. Los resultados no solo redujeron las inundaciones, sino que crearon un entorno más limpio y saludable, y más espacio público.

“Es esencial que las personas refugiadas se unan en cuestiones climáticas”, afirmó Anower. “Todos tenemos que trabajar colectivamente para mitigar el impacto del cambio climático”.

Trabajadores retiran basura de un arroyo en el asentamiento de refugiados de Kutupalong como parte de una iniciativa encabezada por Mohammed Anower y su grupo de jóvenes.

Trabajadores retiran basura de un arroyo en el asentamiento de refugiados de Kutupalong como parte de una iniciativa encabezada por Mohammed Anower y su grupo de jóvenes. ©ACNUR/Susan Hopper

Incluir a las personas desplazadas en los esfuerzos de conservación

En la ciudad costera de Turbo, Colombia, el grupo comunitario “Guardianes del Mangle” trabaja para restaurar los frondosos árboles que crecen a lo largo de la costa, formando una barrera natural entre la tierra y el mar. A lo largo de los años, gran parte del manglar local se ha perdido debido a la deforestación, la contaminación y el desarrollo costero.

Entre los Guardianes hay pescadores locales cuyos medios de vida se han visto afectado por la pérdida de los manglares, así como personas desplazadas por conflictos armados. Trabajan juntos para plantar árboles y limpiar la zona entre la marea baja y alta donde crecen los manglares. Su trabajo ha ayudado a mejorar el flujo de agua, reducir la contaminación y crear un ecosistema más sano. El proyecto cuenta con el apoyo del Fondo de Innovación para el Medio Ambiente y la Acción Climática de ACNUR.

Diana Colón, líder comunitaria y miembro de los Guardianes, afirma que la idea ha prosperado: “Hoy podemos ver que la concienciación ha crecido. Nuestras calles y barrios están más limpios y hay más personas deseosas de participar”.

“Los Guardianes del Mangle” trabajan para restaurar el manglar local en Turbo, Colombia.

“Los Guardianes del Mangle” trabajan para restaurar el manglar local en Turbo, Colombia. ©ACNUR/Marina Calderón

Cerrar brechas en la financiación climática

Las comunidades menos responsables de las emisiones de carbono son las que están pagando el precio más alto, y los miles de millones de dólares de financiación contra el cambio climático disponibles en todo el mundo no están llegando a las personas desplazadas ni a las comunidades que las acogen. Las brechas en la financiación de la lucha contra el cambio climático son enormes: el 90 por ciento de la financiación climática se destina a países de renta media y con altas emisiones. Los Estados extremadamente frágiles reciben solo 2 dólares estadounidenses por persona en financiación anual per cápita para la adaptación, frente a los 161 dólares estadounidenses por persona de los Estados no frágiles. Esto deja a las personas desplazadas y a las comunidades que las acogen con menos posibilidades de adaptarse a los crecientes retos del cambio climático.

Hay una necesidad urgente de más inversión en entornos frágiles y afectados por conflictos, incluso mediante el apoyo a proyectos diseñados y ejecutados por organizaciones dirigidas por refugiados.

Financiación global promedio per cápita por clasificación de fragilidad de los países (2014-2021)
Las inversiones en energía solar llevan energía sostenible a los campamentos de refugiados en Jordania

Con financiación del Fondo Saudí para el Desarrollo, la Fundación IKEA y el Banco Alemán de Desarrollo KfW, ACNUR construyó en 2017 plantas solares en los dos mayores campamentos de refugiados de Jordania: Za’atari y Azraq, que albergan a cerca de 120.000 personas refugiadas sirias. Redujeron la necesidad de electricidad de la red nacional en un 70 por ciento y suministraron energía a los campamentos para los hogares y negocios de la población refugiada. El año pasado, ACNUR, junto con sus socios alemanes, negoció un acuerdo multilateral para llevar más energía renovable a los campamentos y cubrir el 30 por ciento restante de las necesidades de electricidad. El Green Deal para Jordania utiliza la energía de una planta solar al sur de la capital jordana, Ammán, para abastecer a Za’atari y Azraq. Los dos campamentos funcionan ahora casi exclusivamente con energía solar, lo que reduce las emisiones de carbono en unas 15.000 toneladas al año y permite a los hogares refugiados utilizar electrodomésticos básicos, como ventiladores y calefactores, de forma respetuosa con el medio ambiente.

Planta solar del campamento jordano de Azraq

Planta solar del campamento jordano de Azraq. ©ACNUR/Osama Sabbah

Ofrecer protección

La mayoría de las personas que se han visto forzadas a huir por condiciones meteorológicas extremas permanecen en sus propios países, convirtiéndose en personas desplazadas internas. En estos casos, ACNUR y sus socios brindan protección y asistencia humanitaria. En los casos en que las personas se ven forzadas a huir a través de las fronteras internacionales, pueden tener derecho a protección mediante la aplicación de la legislación internacional sobre refugiados y derechos humanos.

Leer el informe completo

Todos los datos y análisis presentados se realizaron en colaboración con las siguientes organizaciones de expertos, instituciones de investigación y grupos dirigidos por refugiados: Alp Analytica; Alianza Internacional para la Biodiversidad y el CIAT (Alianza); Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (CGIAR); Iniciativa del CGIAR sobre Fragilidad, Conflictos y Migración; Consejo Alemán de Relaciones Exteriores (DGAP); Fondo Verde para el Clima (GCF); Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC); IMPACT Initiatives; Universidad Estatal de Montana; Instituto Noruego de Asuntos Internacionales (NUPI); Universidad Estatal de Oregón; YOUNGO. Un agradecimiento especial a las organizaciones dirigidas por refugiados: Community Aid Network y Dadaab Response Association.

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