¿Cómo puede asegurarse de que su programa CISD se adapte a diferentes situaciones de emergencia?

2 Elegir el facilitador adecuado

El facilitador de una sesión de CISD desempeña un papel crucial en la creación de un ambiente seguro, de apoyo y respetuoso para los participantes. El facilitador debe tener capacitación, experiencia y habilidades relevantes en intervención en crisis, dinámica de grupo y competencia cultural. Además, el facilitador debe estar familiarizado con el contexto de emergencia y los desafíos que enfrentan los participantes. Idealmente, el facilitador debe ser alguien en quien confíen y respeten los trabajadores de emergencia, pero que no esté directamente involucrado en el incidente.

3 Sigue las siete fases

Por lo general, una sesión de CISD sigue un protocolo estructurado que consta de siete fases: introducción, hecho, pensamiento, reacción, síntoma, enseñanza y reingreso. Cada fase tiene un propósito y un objetivo específicos, y el facilitador debe guiar a los participantes a través de ellas de manera secuencial y coherente. Las siete fases ayudan a los participantes a compartir sus experiencias, expresar sus emociones, identificar sus reacciones de estrés, aprender estrategias de afrontamiento y recibir apoyo y recursos.

4 Adaptarse a las necesidades del grupo

Al seguir las siete fases, el facilitador también debe ser flexible y receptivo a las necesidades del grupo. El facilitador debe monitorear el ritmo, el tono y el estado de ánimo de la sesión, e intervenir según sea necesario para garantizar que todos se sientan cómodos y respetados. El facilitador también debe estar preparado para hacer frente a cualquier desafío o dificultad que pueda surgir durante la sesión, como la resistencia, el conflicto, el silencio o la angustia. El facilitador debe utilizar técnicas y herramientas apropiadas para facilitar la comunicación, la participación y la retroalimentación.

5 Evaluar y dar seguimiento

Después de llevar a cabo una sesión de CISD, el facilitador debe evaluar su efectividad e impacto. El facilitador debe solicitar la retroalimentación de los participantes, así como de otras partes interesadas, como supervisores, gerentes o pares. La retroalimentación debe utilizarse para identificar los puntos fuertes y débiles de la sesión, y para mejorar las intervenciones futuras. El facilitador también debe proporcionar apoyo de seguimiento y derivaciones a los participantes, ya que algunos de ellos pueden necesitar ayuda o recursos adicionales para hacer frente a las secuelas de la emergencia.