¿Cómo se fija el precio de la energía en un sistema eléctrico?

1 Oferta y demanda

El factor más básico que afecta a los precios de la energía es la interacción entre la demanda y la oferta. La demanda es la cantidad de electricidad que los consumidores desean utilizar en un momento dado, y la oferta es la cantidad de electricidad que los generadores pueden producir y entregar a la red. La demanda y la oferta varían a lo largo del día, la semana, la estación y el año, dependiendo de factores como el clima, la hora del día, la actividad económica y el comportamiento del consumidor. Cuando la demanda supera a la oferta, los precios suben para fomentar más generación o menos consumo. Cuando la oferta supera a la demanda, los precios caen para desalentar el exceso de generación o fomentar un mayor consumo.

2 Fiabilidad y seguridad

Otro factor que influye en los precios de la energía es la necesidad de garantizar la fiabilidad y seguridad del sistema eléctrico. La confiabilidad significa que el sistema eléctrico puede satisfacer la demanda en todo momento, incluso frente a incertidumbres y contingencias. La seguridad significa que el sistema de energía puede soportar perturbaciones y mantener la estabilidad y la calidad del servicio. Para lograr confiabilidad y seguridad, el sistema eléctrico necesita capacidad adecuada, reservas, flexibilidad y coordinación entre diferentes actores. Estos aspectos tienen un coste que se refleja en los precios de la energía, ya sea directa o indirectamente.

3 Costos y beneficios

Un tercer factor que afecta a los precios de la energía es el reconocimiento de los costes y beneficios de los diferentes recursos. Los recursos son las fuentes de generación de electricidad, como el carbón, el gas, la energía nuclear, la hidráulica, la eólica, la solar, etc. Cada recurso tiene características diferentes, como el costo de capital, el costo operativo, el impacto ambiental, la disponibilidad, la variabilidad, etc. Estas características determinan el valor y la competitividad de cada recurso en el sistema eléctrico. Los precios de la energía deben reflejar los verdaderos costos y beneficios de cada recurso, teniendo en cuenta no solo los costos directos de producción, sino también las externalidades, como las emisiones, la salud y los impactos sociales.

4 Mercados energéticos y mecanismos de fijación de precios

Para determinar los precios de la energía en un sistema eléctrico, existen diferentes tipos de mercados energéticos y mecanismos de fijación de precios. Los mercados energéticos son plataformas en las que compradores y vendedores de electricidad interactúan e intercambian energía y servicios relacionados. Los mecanismos de fijación de precios son las reglas y métodos que definen cómo se calculan y liquidan los precios de la energía. Dependiendo del grado de competencia, regulación e integración, existen diversos modelos de mercados energéticos y mecanismos de fijación de precios. Por ejemplo, los mercados mayoristas permiten a los grandes productores y consumidores comerciar con energía a granel para su suministro a corto plazo, mientras que los mercados minoristas facilitan a los pequeños consumidores y productores comerciar con energía directamente o a través de intermediarios. Además, los mercados de servicios auxiliares permiten la comercialización de servicios específicos que respaldan la confiabilidad y seguridad del sistema eléctrico; Estos pueden ser obligatorios o voluntarios dependiendo de los requisitos del operador del sistema. Los mercados al contado permiten la comercialización de energía para su entrega inmediata o a corto plazo, mientras que los mercados a plazo facilitan la negociación para la entrega futura; Además, los mercados exclusivamente energéticos determinan los precios en función de la oferta y la demanda, mientras que los mercados de capacidad añaden pagos por la disponibilidad de capacidad. Los mercados minoristas pueden estar regulados o desregulados, dependiendo de si los precios de la energía son fijados por las autoridades o las empresas de servicios públicos o determinados por las fuerzas del mercado o los contratos; Además, también pueden ser dinámicos o estáticos, dependiendo de si los precios varían según las condiciones o señales del mercado mayorista o son fijos.