Una vez que haya planificado su tiempo, puede establecer rutinas basadas en sus objetivos y actividades. Los hábitos que repite regularmente y consistentemente pueden ayudar a reducir el estrés, ahorrar energía y crear estructura en su vida. Como orador motivacional, puede beneficiarse de tener rutinas para diferentes aspectos de su trabajo y vida. Su rutina matutina debe incluir actividades que aumenten su estado de ánimo, energía y motivación, como meditación, ejercicio, lectura o afirmaciones. Para la preparación, las actividades que mejoran su confianza, claridad y creatividad como la investigación, el ensayo, la visualización o la retroalimentación pueden ser beneficiosas. Durante la entrega de sus discursos y eventos, las actividades que mejoran su presencia, compromiso e impacto, como respirar, calentar, contar historias o humor, son clave. Finalmente, para la recuperación después de discursos y eventos, las actividades que restauran su salud, equilibrio y bienestar como la relajación, la reflexión, la gratitud o la celebración son excelentes opciones.