La fragmentación de la 5G se produce debido a varios factores, como la diversidad de casos de uso de la 5G, la complejidad de la tecnología 5G, la competencia entre las partes interesadas de la 5G y las diferencias normativas y políticas entre las regiones de la 5G. Por ejemplo, los casos de uso de 5G van desde la banda ancha móvil mejorada hasta el IoT masivo y las comunicaciones ultrafiables de baja latencia, cada una de las cuales requiere diferentes arquitecturas, frecuencias y capacidades de red. Del mismo modo, la tecnología 5G implica múltiples capas, componentes e interfaces, como la red de acceso por radio, la red central, la computación perimetral, la segmentación de la red y la orquestación, cada una de las cuales plantea desafíos técnicos y operativos. Además, las partes interesadas en el 5G, como los proveedores, los operadores y los reguladores, tienen intereses, estrategias y prioridades diferentes, lo que da lugar a enfoques divergentes y, a veces, contradictorios para el despliegue y la gestión del 5G. Por último, las regiones 5G, como América del Norte, Europa, Asia y África, tienen diferentes marcos normativos y políticos, lo que afecta a la disponibilidad, asequibilidad y accesibilidad del espectro, la infraestructura y los servicios 5G.