La libertad del cliente y la ética empresarial: un bien que no debería negociarse.
No soy muy dado a exponer públicamente este tipo de sucesos o pensamientos, pero lo sucedido ayer con el invitado de La Revuelta, el cual fue amenazado por otro programa, muy poco tiempo antes de salir al directo, me hizo reflexionar sobre situaciones de coacción que, lamentablemente, también ocurren en nuestro ámbito empresarial más cercano.
Quiero compartir con vosotros un caso que nos tocó vivir recientemente:
Un cliente nos contactó para solicitar un presupuesto de integración en sus sistemas SAP con un tercero. Este cliente, cabe aclarar, tiene contratado el mantenimiento de sus sistemas SAP con un proveedor "X". Tras aceptar nuestro presupuesto y estando todo listo para arrancar, el proveedor "X" se enteró de que íbamos a trabajar en los sistemas del cliente, ya que se le solicitó nuestro acceso a través de los procedimientos que el cliente y el proveedor "X" tenían definidos.
¿Cuál fue su reacción? Una amenaza disfrazada de aviso: si el cliente permitía nuestra intervención en su sistema, el proveedor "X" incrementaría significativamente su cuota anual de mantenimiento, algo completamente ajeno al trabajo que íbamos a realizar.
El resultado fue desalentador. El cliente, sintiéndose presionado, desistió de nuestro servicio para evitar represalias económicas.
Este comportamiento no solo es éticamente cuestionable, sino que atenta directamente contra el principio básico de libertad del cliente para gestionar su propiedad como estime conveniente.
Por cierto, el producto del tercero que íbamos a integrar en SAP también está en nuestro catálogo en Resulto Consultoría. Sin embargo, no lo mencionamos ni lo sugerimos. Nos requerían para una tarea concreta, para generar valor en la sinergia, no para desplazar el planteamiento de ese tercero. Esto, para nosotros, es #ConsultoríaDeVerdad, nuestro eslogan y nuestra forma de actuar.
Moraleja: Las relaciones profesionales deben basarse en confianza, transparencia y respeto por las decisiones del cliente. Coaccionar para proteger intereses propios no solo perjudica al cliente, sino que daña la imagen del proveedor y afecta la competitividad del mercado.
Me encantaría conocer vuestras opiniones:
- ¿Habéis vivido casos similares?
- ¿Cómo creéis que el mercado debería responder ante estas prácticas?
El futuro del mercado depende de construir relaciones basadas en valores, no en amenazas. Cuando actuamos con integridad, todos ganamos: los clientes, los proveedores y el sector en su conjunto.
#ÉticaEmpresarial #LibertadDelCliente #Integridad #ResultoConsultoría