Del curso: Introducción a las habilidades profesionales en análisis de datos

Comprensión del valor de la toma de decisiones basada en datos

Del curso: Introducción a las habilidades profesionales en análisis de datos

Comprensión del valor de la toma de decisiones basada en datos

Si te dijera que tenemos la oportunidad de comprar un producto y que vamos a ganar un millón de dólares en el primer año, te alegrarías, ¿verdad? Esa cifra suena increíble. Algunas personas mirarían inmediatamente esa cifra y empezarían a actuar. Esa es una decisión basada en datos. En nuestro caso, nuestra empresa pensó que el producto a precio de coste era una ganga. Y lo compraron todo con la esperanza de que ese millón produjera un gran beneficio. El único problema es que la cifra del millón es solo la línea superior, y no refleja en absoluto el impacto en la línea inferior. Cuando la gente tiene una sola cifra en mente, puede pasar por alto las otras cifras más importantes, y esto puede tener graves consecuencias. Analicemos nuestro ejemplo del proyecto de un millón de dólares. La empresa compró el producto a precio de coste. La empresa venderá el producto a precio de lista. La diferencia entre el precio de coste y de lista es el margen. Todas estas cifras: coste, lista y margen, son importantes, pero de las tres, el margen es la cifra que más importa. Es importante recordar que un millón de ingresos no equivale a un millón de beneficios. Los beneficios se obtienen por el margen. Algunas personas ven ese margen y se emocionan, pero si te detienes ahí, tendrás problemas. Hay que tener en cuenta los elementos que reducen el margen, porque eso reduce el beneficio. Al utilizar datos al tomar decisiones, debes usar un enfoque descendente y ascendente de forma conjunta. Si tienes experiencia con este tipo de situaciones, puede que ya sepas a dónde quiero llegar. ¿Qué necesitamos para producir la distribución de este producto? Muy sencillo. Cuando las empresas venden productos, alguien tiene que venderlos. Eso tiene un coste. Incluso si se trata de ventas en línea, hay personas dedicadas al mantenimiento de la información para que suceda. Digamos que por cada dólar de producto, empleamos 10 centavos en pagar el proceso de venta. Luego hay otros costes: el coste de almacenar el producto; el coste de embalar los materiales; el coste de enviar el producto; la infraestructura para automatizar ventas, y la nómina de las personas que mantienen los sistemas, responden al teléfono y garantizan la entrega. Si lo analizas, te das cuenta enseguida de que si estas cosas necesarias para generar ingresos se comen el margen o vendes a un precio erróneo... o surgen costes inesperados como el encarecimiento de los envíos o del almacenamiento o cualquier cambio en los impuestos, estás hundido. Y si no tienes ventas o pierdes dinero, ese millón de dólares ya no parece una mina de oro. El impacto de conocer los datos puede asegurar la rentabilidad e indicar que el millón de dólares no es un millón después de todo, sino una pérdida total... y es quizá por lo que parecía una ganga a primera vista.

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