UN SECRETO DE HIGOS A BREVAS, LITERALMENTE
Ahora que se acerca el final del #verano, muchos de vosotros habréis recogido o comprado los higos de temporada, tan dulces y ricos. En la casa familiar de Castilblanco, tenemos la suerte de tener una #higuera. Pero también somos muy afortunados de recibir el regalo anual de una gran cesta de los riquísimos higos de mi amigo Francisco.
Mi padre, quien, como sabéis, fue médico rural, le salvó la vida hace muchos años y desde entonces le lleva todos los veranos una cesta de sus preciados higos, los más deliciosos de la zona que toda la familia disfrutamos con muchas ganas. Hoy le he acompañado a la higuera y hemos recordado algunas #anécdotas y #datos sobre los higos.
Algunas personas se comen los higos enteros, incluyendo los insectos o gusanos que pudieran tener dentro… En realidad, muchos de los higos contienen una avispa o lo que quede de ella, y sus larvas, algo que ocurre habitualmente en los higos macho, los que no son #comestibles. Es una de esas historias de la #naturaleza que te dejan sorprendido, como mínimo.
La expresión "de higos a brevas" se basa en el ciclo #natural de la higuera, un árbol que tiene una doble cosecha anual: las brevas, que aparecen a principios del verano, y los higos, que llegan al final del verano o principios del otoño. El proceso que da lugar a estos frutos es parte de la relación simbiótica entre la higuera y la conocida como avispa de los higos, una relación indispensable para que tanto brevas como higos lleguen a madurar y convertirse en frutos comestibles.
Las higueras macho, que producen higos no comestibles, juegan un papel crucial en este proceso. Dentro de estos higos macho, las avispas hembra depositan sus huevos. Para entrar, deben atravesar un pequeño orificio, el ostiolo, que es tan estrecho que en el camino pierden sus alas y antenas, causando su muerte. Antes de morir, las sacrificadas avispas fertilizan las flores internas del higo macho, lo que permite que los huevos se desarrollen en larvas. Estas larvas se convierten en nuevas avispas, completando así su ciclo de vida.
Una vez que las nuevas avispas emergen, los machos fertilizan a las hembras, quienes, cubiertas de polen, parten en busca de un higo hembra inmaduro. Cuando lo encuentran, polinizan sus flores internas, permitiendo que estos higos comestibles maduren y estén listos para ser cosechados al final del verano.
Las brevas, por otro lado, son los primeros frutos que produce la higuera al inicio del verano, generalmente en junio, y provienen de yemas que se formaron el año anterior y sobrevivieron al invierno. Son más grandes que los higos y tienen una piel más gruesa. Su sabor es menos dulce que el de los higos y provienen de las higueras hembra, que no albergan el ciclo de vida completo de las avispas.
¡La naturaleza no deja de sorprenderme cada día!
Que disfrutéis de este último domingo… ¡Las #vacaciones también pasan de higos a brevas!