Publicación de Dra. Carla Navarro (Ph.D)

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MMus. MPhil. | PhD in Human and Social Sciences | Extraordinary PhD Award | Pediatric Palliative Care, NICU and Neonatal & Intensive Care Music Therapist in H. Miguel Servet (Zaragoza, Spain) | Psychologist in progress

El sábado 12 de octubre se celebró el Día Mundial de los Cuidados Paliativos. Diferentes iniciativas se desarrollaron en diversas partes de nuestro país con el objetivo de visibilizar y sensibilizar a la sociedad sobre qué son: sinónimo de vida. Ensanchar la vida al final de la vida, ya que ofrecen un abordaje integral centrado en el alivio del sufrimiento de la persona -tanto físico, como psicológico, social y espiritual-, así como al de sus familias. La muerte no es sencilla de abordar en la actualidad. Seguimos creyendo que somos eternos -a nivel terrenal, me refiero- y que esa juventud (divina que llamamos) siempre va a permanecer. Se aboga al no envejecimiento, y casi parece un insulto cuando decimos "envejecer". Y, sin embargo, qué paz nos da poder mirar atrás y decirle a esa "yo del pasado" tantas cosas desde la madurez actual. Seguramente muchas personas se siguen sorprendiendo al pensar en la relación que puede existir entre la #música, los #cuidadospaliativos, la #bioética y el #finaldelavida. Y, sin embargo, a mí lo que me asombra es que alguien se lo pueda cuestionar. Las humanidades y las artes son un pilar importante dentro de la vida de las personas, aunque en este momento socioeconómico que nos ha tocado vivir creamos que son de “segunda”. Sin embargo, no conozco a ninguna persona a quien la música no le haya acompañado desde el inicio de su vidas. A muchas de ellas también lo hacen en los últimos suspiros antes de morir. A pesar de la evidencia neurocientífica existente en la actualidad, en muchos momentos me siguen pidiendo esa justificación del por qué el uso de la musicoterapia a lo largo del ciclo vital de las personas. Y, específicamente, en los cuidados paliativos. Y yo, que hace ya 15 años que comencé mi carrera como musicoterapeuta [y 13 de ellos han sido dedicados a los cuidados paliativos], he cambiado ese “por qué” por un “para qué”. Nuestras vidas no están exentas del sufrimiento. Porque éste es inevitable. Lo que sí podemos hacer, a través de las artes, es atenuar el dolor que nos genera y aliviarlo. Y es ahí cuando la música, como disciplina terapéutica, la #musicoterapia , ayuda a transformar la experiencia vivida ofreciendo luz en los callejones sin salida llenos de oscuridad en los que nos podemos encontrar. Sin embargo, a través de la musicoterapia podemos identificar los diferentes estados emocionales y racionales que estamos transitando, así como describirlos y transmitirlos. Ese 'para qué' enfocado en cómo la #música puede estar presente en forma de acompañamiento tanto para la persona que se va a morir como para sus familiares. Ese “morir en paz” que todos necesitamos. No solo porque seamos capaces de dejar todas las cosas ‘arregladas’ [por así decirlo] antes de dejar este mundo, sino por la necesidad de hacerlo a nivel personal, emocional y espiritual. Esa es la reconciliación y paz que todos y cada uno de nosotros necesitamos, y que a través del uso de la música podemos potenciar.

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