Hace poco me preguntaban si no era un problema para nosotros en Folk, la increíble proliferación de nuevos estudios de diseño en Colombia. Me hablaban de cómo los nuevos diseñadores que se gradúan, no quieren recorrer el camino que muchos de nosotros recorrimos en el pasado, para "obtener" experiencia siendo empleados, para luego sí hacer nuestro propio Estudio y/o agencia. Me comentaban que los clientes con marcas que necesitan de diseño, ya no van a los 4 ó 5 estudios que repuntaban en Instagram o Behance; ahora estos clientes tienen la oportunidad de pedir cotizaciones, a por lo menos 10 estudios en su ciudad. Bogotá está llena de Estudios de diseño con full ganas de sobresalir en la escena del branding, Medellín inunda Instagram con nuevas agencias de diseño a diario, y Cali o Barranquilla no se quedan atrás con propuestas novedosas de 2 ó 3 amigos que se juntan para crear su propio Estudio.
Cuando me hablaban de esto, había no solo una noticia, sino tal vez una queja por la mucha oferta de diseño y la poca demanda de proyectos. Una suerte de desesperanza por la posible disminución de tajadas en la torta del diseño local. He dedicado varios días a pensar en eso, a meditar en lo que ocurre en Folk desde ese fenómeno de la competencia en cantidad. Lo más fácil sería decir lo obvio, apelar al ego y decir la desgastada frase de "Calidad sobre cantidad", y claramente que no puede ser más cierta esa oración, sin embargo en este caso y después de desmenuzar el portafolio de esos nuevos Estudios que aparecen semanalmente, creo que esas nuevas propuestas de diseñadores jóvenes no carecen de calidad, al contrario, me sorprende la atención al detalle que traen consigo los proyectos frescos y nativos de una nueva generación que no comulga tanto con los métodos antiguos que muchos conservamos aún. Como una conclusión personal, creo que la mucha oferta sí puede mover un poco el mercado del diseño y lo que los clientes valoran de ciertos Estudios, pero siento desde la honestidad completa que la competencia siempre será buena para el nivel nacional, siempre será buena para Folk; no hay nada más traicionero que las aguas quietas, que los estanques mercantiles. Entre más fuerza venga desde abajo, más debemos cuidar nuestros cimientos. Igual siempre en Folk seremos eternos aprendices, aprendices de Brockmann, de Carson, de Rams y esos viejos lobos del diseño, pero también aprendices de aquellos diseñadores que con un portafolio aún tibio con el calor de un aula universitaria nos sorprenden. ¡Qué sigan naciendo nuevos Estudios! qué siga creciendo la escena del diseño colombiano, qué sigan esos temblores en nuestros pies pues vienen las nuevas promesas, los nuevos fenómenos creativos.