Publicación de Funcas

🔴El fenómeno de "cheapflation" revela cómo los precios de los productos más económicos aumentan a un ritmo mayor que los de mayor costo. Este efecto se debe a la alta demanda de productos básicos, como alimentos y artículos de primera necesidad, que son indispensables para quienes buscan opciones accesibles. La inflación en alimentos en Argentina, por ejemplo, ha acumulado un 22,43% desde 2020, empujada por factores climáticos y económicos a nivel global. 🌾 📈A medida que los precios de insumos y materias primas se disparan, los fabricantes recurren a estrategias para mantener márgenes de ganancia, como reducir el tamaño de los productos o usar ingredientes más baratos. 💲Esto afecta directamente a los bienes más económicos, cuyos precios suben rápidamente porque cualquier costo adicional es trasladado al consumidor final sin margen de absorción. 🏭 🔍Para las personas de menores ingresos, la "cheapflation" implica que los productos accesibles se encarecen y pierden calidad, mientras los descuentos en supermercados no siempre benefician a quienes compran en autoservicios. Encontrá toda la información en la nota 👇

Un repunte de los precios mundiales de los alimentos amenaza con aumentar los costos de las compras de los consumidores este año, justo cuando el mundo agrícola se prepara para posibles interrupciones del comercio. Un índice de las Naciones Unidas que rastrea los costos de las materias primas alimentarias terminó el año con una subida de casi el 7%, la primera ganancia anual en tres años. Aunque tarda en filtrarse a los supermercados y el indicador sigue estando muy por debajo del máximo alcanzado en 2022, podría suponer un nuevo apretón para los compradores afectados por las presiones inflacionistas más generalizadas de los últimos años. Lee el artículo completo aquí: https://bit.ly/3BQC3av #Alimentos #Comercio #Economía 📸: Tomas Ayuso/Bloomberg

La inflación alimentaria ha sido el gran tema de debate y preocupación del sector del gran consumo durante dos años y medio. En marzo de 2023 el IPC alimentario alcanzó un máximo del 16,6% en tasa interanual; la cesta de la compra es el principal capítulo de gasto de los hogares por lo que se trataba de un problema no solo económico sino social. En aquellos meses se acusó al sector agroalimentario de ser el culpable de la inflación porque estaban inflando sus márgenes; y tuvimos que demostrar con datos que se trataba de una inflación de costes y que el sector, lejos de ser causa, sufría sus consecuencias y actuaba, en la medida de lo que sus escasos márgenes permitían de dique de contención. Hoy el IPC alimentario ha descendido hasta el 1,8%, cerca del IPC general, lo que vuelve a demostrar la capacidad del sector de trasladar la moderación de los costes a precios moderados. Hoy podemos afirmar, como se acaba de anunciar en el 39 congreso de AECOC del gran consumo, que los precios de los alimentos seguirán bajando y no es descartable que veamos tasas negativas (deflación alimentaria) a corto plazo. La razón la vemos en el gráfico inferior; en tasa intermensual, los precios de los alimentos ya llevan tres meses bajando. Y el mes de octubre de 2023 fue muy inflacionario (+1,3%) por lo que, si sigue la tendencia, veremos una nueva bajada en tasa anual el mes que viene. Si a eso unimos la más que probable bajada del precio del aceite de oliva, gracias a una buena cosecha, no es descartable, insisto, que veamos tasas anuales negativas. No obstante, los alimentos se han encarecido casi un 31% en tasa acumulada durante estos dos años y medio; volveremos a los precios anteriores? Sin duda, no. Porque aunque algunos precios se han moderado, especialmente las materias primas, otros costes han subido de manera estructural: el SMI que tiene un gran impacto en sectores como el primario o el comercio… Y sobre todo los costes regulatorios, singularmente los relacionados con la transición ecológica, que no cesan de aumentar. Así que cuando, como consumidores veamos precios más elevados que hace unos pocos años, no miremos a los operadores del sector que se han comportado responsablemente y con eficiencia; miremos a nuestros reguladores, europeos y nacionales, y reflexionemos si no tenemos que abordar un gran proyecto de regulación eficiente que permita a las empresas seguir siendo competitivas al tiempo que abordamos una transición ecológica equilibrada.

🌾 Moderación de precios en productos básicos: ¿cómo impacta en el sector agropecuario? Los precios de lácteos y carnes como el vacuno, ovino y caprino muestran una estabilización, marcando un respiro para productores y consumidores. Factores como el ajuste en los costos energéticos y cambios en los hábitos de consumo están modelando el mercado. 🔗 Lee más en Rumiantes.com

Cambio de ciclo en el precio de los alimentos. El tiempo dirá si se trata de un cambio de tendencia o, simplemente, de movimientos de mercado vinculados a razones climatológicas, pero lo cierto es que por tercer mes consecutivo el índice de precios de los alimentos refleja un incremento. En concreto, se situó en 120,4 puntos en mayo, lo que supone 1,1 puntos porcentuales más que su nivel revisado de abril.

La verdad disfruto repasando los detalles del Índice de Precios al Consumidor de EEUU (IPC), si vemos la variación interanual del 29.2% en los jugos y bebidas congeladas sin gas en abril es muy notable y podría indicar varios factores en juego. Este aumento significativo puede deberse a una combinación de factores, como la escasez de materias primas, los costos de producción más altos, la demanda creciente o cambios en los patrones de consumo. Por ejemplo, la escasez de ciertas frutas o ingredientes puede afectar el precio de los jugos y bebidas congeladas, si los costos de transporte o almacenamiento aumentan, esto también podría influir en los precios al consumidor, la demanda creciente de productos saludables o alternativas a las bebidas gaseosas también podría estar impulsando los precios al alza. #EEUU #Inflacion #Precios

La elevada inflación profundiza los cambios en los hábitos alimentarios y el consumo anual de carne se espera que este año baje hasta los 44,8 kilos por persona, lejos de la cifra histórica de 72,9 kilos

💰 Más gasto para comprar lo mismo; o incluso menos. La moderación que en los últimos meses ha experimentado el precio de los alimentos –pasando de subir un 15% a principios de 2023 a limitarse al 2,5% en agosto, según los últimos datos del INE– no termina de llegar al bolsillo de los consumidores. El principal motivo de esta situación parece lógico: «Una menor inflación no quiere decir que los precios estén bajando; siguen subiendo, aunque a un ritmo más lento», recuerda María Jesús Fernández, economista senior de Funcas

Durante julio pasado, la #inflación anual de México siguió una racha de aceleración al alcanzar un nivel de 5.57%, cuya principal presión proviene del alza en los precios de frutas y verduras. De acuerdo con datos del INEGI, el INPC creció 5.57% a tasa anual en el séptimo mes de 2024. Esta variación significó el mayor aumento de los precios al consumidor desde mayo del año pasado, es decir, en los últimos 14 meses.

Cuatro años de asfixia inflacionaria en España: 40 productos se disparan más de un 30%. Los productos básicos de alimentación lideran la lista de subidas de precios entre 2020 y 2024, con el aceite de oliva a la cabeza, seguidos de los productos energéticos y de los servicios turísticos, lo que lastra el poder adquisitivo. ¿Cobra un 20% más que en 2020? En caso contrario, ha perdido poder adquisitivo en los últimos años. Algo más, incluso, si se tiene en cuenta que la no deflactación del IRPF ha supuesto una merma para los trabajadores y que muchas familias se han visto golpeadas también por la subida de los nuevos alquileres y las cuotas hipotecarias. A pesar de que la inflación se ha moderado en los últimos meses, esta ralentización se produce después de los fuertes incrementos de precios de los dos años pasados. Con ello, el Índice de Precios de Consumo (IPC) acumula una subida del 19,8% entre julio de 2020 y el mismo mes de este año, de acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), un incremento que va todavía más allá en muchos productos básicos de la cesta de la compra, la energía o los servicios turísticos. De hecho, hay 40 bienes y servicios que acumulan una subida de más de un 30% en los últimos cuatro años, generando una enorme asfixia inflacionaria. En concreto, alimentos y bebidas no alcohólicas lideran la lista de subidas de precios, con una inflación acumulada del 31,9% en los últimos cuatro años, lo que pone de manifiesto que las subidas se han cebado con los productos básicos de la cesta de la compra. Especialmente, con el aceite de oliva, que ha visto cómo sus precios se triplicaban desde 2020, aunque también han afectado en gran medida al azúcar (61%), los zumos de frutas y vegetales (57,4%), las patatas (53,3%), salsas y condimentos (46,6%), mantequilla (43,4%), leche entera, huevos (43,3% en ambos casos), harinas y otros cereales (41%), productos de panadería (39,8%), otros aceites comestibles (37,8%), cacao y chocolate en polvo (37,4%), leche desnatada (37,3%), legumbres y hortalizas congeladas (36,4%), frutas en conserva y productos a base de frutas, carne de ovino y caprino (35,9%), arroz (35,8%) y otras carnes (35%). Un dato que muestra perfectamente hasta qué punto la inflación se ha cebado con la cesta de la compra es que, de las 55 categorías recogidas por el INE entre alimentos y bebidas no alcohólicas, más de la mitad (29) registran subidas superiores al 30% a lo largo de los últimos cuatro años, mientras que solo cinco registran incrementos algo inferiores al 20%.   https://lnkd.in/dDuE52qW