"La Gallega y la Rosarinidad en un Cartel"
Hay ideas que, por su simpleza, logran un impacto que trasciende lo evidente. Esto lo confirma el cartel publicitario del supermercado rosarino La Gallega, ubicado en pleno corazón de Rosario, en San Lorenzo y Corrientes. Una sola frase basta para dejar claro su mensaje: la “rosarinidad” corre por sus venas. En un mercado con actores porteños, cordobeses y hasta franceses, que La Gallega muestre su sentido de pertenencia con Rosario es una jugada estratégica tan simple como efectiva.
Hablemos de "rosarinidad". Este término va más allá de una referencia geográfica. Representa un sentimiento de pertenencia y orgullo local que se traduce en formas de hablar, costumbres, y una cultura profundamente ligada a la ciudad de Rosario. Cuando una marca logra conectar con esta identidad, genera una relación emocional más fuerte con su público. Y eso es precisamente lo que La Gallega consigue con este cartel: reivindicar su lugar en la vida cotidiana de los rosarinos, no solo como un supermercado, sino como parte de su historia y cultura.
El gran David Ogilvy, una de las figuras más influyentes en la publicidad, decía que "las grandes ideas suelen ser las más simples". Y este cartel no hace más que confirmarlo. Con una clara alusión a la frase "Cuna de la Bandera", adaptada para conectar con la identidad local, La Gallega no solo promociona su marca, sino que también refuerza el vínculo emocional con su público: los rosarinos.
Porque solo alguien que conoce a Rosario puede entender el peso de frases como "¿A quién no le gusta el pan de La Gallega?", otra joya que no necesita explicaciones.
Lo más destacable de esta pieza es que, aunque no sé quién fue el creativo o la agencia detrás de esta ejecución (y desde ya, mis felicitaciones para ellos), hay un hecho ineludible en el mundo de la publicidad: ninguna buena idea llega a las calles sin la visión y aprobación del anunciante. En este caso, ese mérito recae en La Gallega, que demuestra cómo una estrategia bien pensada y emocionalmente relevante puede posicionar a una marca en la mente y el corazón de los consumidores.
Esta campaña es un recordatorio para todos los que trabajamos en publicidad: entender al público es clave, pero también lo es abrazar nuestra identidad. En un mundo donde la competencia muchas veces apuesta por estándares globales, esta apuesta por lo local brilla con luz propia. Es una lección magistral de cómo la autenticidad puede ser nuestro mejor arma.
27 años en el mundo publicitario me han enseñado algo fundamental: las ideas simples, cuando son verdaderas y relevantes, son las que se quedan. Este cartel no solo es publicidad; es un guiño cómplice al alma de Rosario.
Mis respetos a La Gallega por recordarnos que lo auténtico nunca pasa de moda.