Publicación de Instituto Six Sigma Chile (ISSCh)

“SIX SIGMA NO TIENE QUE VER CON EL ‘SENTIDO COMÚN’. EL SENTIDO COMÚN ES EL PEOR ENEMIGO, SE NECESITA UN SENTIDO EXTRAORDINARIO”. MIKEL HARRY, SIX SIGMA ACADEMY. Nuestros procesos son complejos, pero su complejidad proviene de un flujo de tareas aparentemente simples. Este flujo, en ocasiones, exige la ejecución simultánea de tareas específicas y la oportuna realización de muchas otras. Cada tarea debe realizarse de una manera precisa para alcanzar resultados óptimos, lo que significa menor tiempo, menor costo y mínimos defectos. Si tenemos suerte, el cliente podría priorizar uno de estos tres atributos; sin embargo, en la práctica, las demandas suelen ser más exigentes. Habitualmente, el cliente espera un producto o servicio entregado en un tiempo definido (ciclo), a un mínimo precio (costo) y con alta calidad (sin defectos). Aunque el sentido común es útil en muchos casos, no es suficiente para sobresalir en el cumplimiento de las expectativas del cliente. La medición de los aspectos relevantes para el cliente, los métodos que facilitan nuestro trabajo y las herramientas específicas que incrementan nuestra productividad son, al menos, tres factores clave que nos permiten destacar en las preferencias de nuestros clientes. ¿Medimos lo que realmente es importante? ¿Disponemos de métodos de trabajo y herramientas específicas a nuestros procesos que nos hacen más productivos? Si la respuesta es sí, sin embargo, los resultados no nos acompañan, entonces algo no está bien, ¿verdad?

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