La Anti-Navidad
Escribo estas líneas con la intención de aportar mi granito de arena a la confianza en el género humano. Aunque a veces tengo mis momentos de duda, soy un firme defensor de que, en general (y los datos lo refrendan) , el ser humano ha ido consiguiendo que cada vez más personas vivamos mejor. Esto, a pesar de que, a lo largo de la historia, la estupidez se ha impuesto en muchas ocasiones a la cordura.
Sin embargo, ahora tengo la sensación de que vivimos uno de esos períodos de estupidez. Un período que podríamos denominar "anti-Navidad". ¿Por qué?
La Navidad, tradicionalmente, representa un espacio temporal en el que la conciencia colectiva, especialmente en los países de cultura cristiana, refuerza ideas y comportamientos asociados con la bondad: hacer el bien, ayudar a los desfavorecidos, promover el amor fraternal, celebrar en familia, entre otros.
Sin embargo, desde hace algún tiempo, han surgido corrientes de pensamiento críticas hacia estas fiestas. Por un lado, argumentan que es una celebración consumista (y es cierto que se consume, pero eso no invalida los valores mencionados). Por otro lado, afirman que es una festividad no inclusiva (lo cual no considero cierto, ya que no conozco a nadie a quien se le prohíba celebrarla o no hacerlo).
Por otro lado, hay quienes menosprecian los buenos deseos, el amor fraternal y la paz mundial, etiquetándolos como "buenismo". Según estos críticos, quienes creemos en estos valores somos ingenuos o hipócritas, ya que consideran que la humanidad, en esencia, es malvada (excepto, aparentemente, ellos mismos). Si tuviésemos que ponerles un nombre, quizá deberíamos llamarlos "malistas".
En cualquier caso, quiero compartir mi reflexión: tanto los críticos que señalan el consumo y la falta de inclusión como aquellos que desprecian los valores positivos de la Navidad me parecen posturas equivocadas ( me sale del alma escribir “idiotas”, pero como estamos en navidad prefiero denominarlos “equivocados”). Ambos desperdician la oportunidad que ofrece este periodo del año para aprovechar estas buenas intenciones para disfrutarlas e incluso aprovecharlas para contribuir a hacer del mundo un lugar un poco mejor.
Dicho esto, quiero dejar un espacio para todas aquellas personas que, por razones personales, intelectuales o simplemente por preferencias, no disfrutan de la Navidad ni de estas fiestas. Esto es absolutamente respetable y comprensible.
Aprovechemos cualquier momento que tengamos para disfrutar de la felicidad de estar con las personas que queremos, y para fomentar un mundo mejor, aunque sea solo a través de nuestros buenos deseos.
Que tengais una feliz navidad