Publicación de Juan Manuel Lira Cacho

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Mineral Processing Consultant/ Marketing and Mining Equipment&Services Promotion

La creciente demanda de productos sostenibles, como autos eléctricos, paneles solares y baterías, está poniendo presión sobre la industria minera, que se enfrenta al reto de aumentar su producción mientras reduce sus emisiones de carbono. Para 2050, se estima que la demanda de metales y minerales se multiplicará por cinco, lo que obligará a los operadores a adoptar nuevas estrategias para cumplir con los objetivos globales de sostenibilidad y descarbonización. La minería, que tradicionalmente ha sido una de las principales fuentes de emisiones de CO2, está enfocándose en la implementación de tecnologías limpias y en la optimización de sus procesos. En este contexto, los Centros de Operaciones Remotas Integradas (IROC) juegan un papel clave. Estos centros, que permiten monitorear las operaciones en tiempo real, son capaces de adaptarse para incluir tecnologías que faciliten la reducción de emisiones y mejoren la eficiencia energética en toda la cadena de valor. Actualmente, la mayor parte de las emisiones mineras provienen de la carga y el transporte, que representan el 50%, mientras que el procesamiento y otras actividades como las voladuras y el transporte secundario generan el resto. Para reducir este impacto, las empresas están explorando soluciones como la electrificación de vehículos, el uso de hidrógeno, y la integración de energías renovables como la solar y la eólica en sus operaciones. Otra estrategia clave es el uso de gemelos digitales y modelos de aprendizaje automático para optimizar el rendimiento de las plantas y mejorar la recuperación de minerales, minimizando a la vez las emisiones. Además, se están evaluando cambios en los métodos de extracción, como la trituración del material directamente en la mina y su transporte mediante cintas, lo que reduciría la dependencia de los camiones de carga y, en consecuencia, las emisiones asociadas. Si bien estas transformaciones aumentarán la complejidad operativa, también presentan oportunidades para mejorar la eficiencia. Los IROC son ideales para gestionar estas nuevas tecnologías, ayudando a optimizar el consumo de energía, mejorar las tasas de recuperación y gestionar la electrificación de las operaciones. A medida que las empresas mineras se adaptan a estos cambios, también deben integrar una mentalidad sustentable en todas sus operaciones diarias. Esto incluye alinear los planes de producción y energía con los objetivos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), así como mejorar la comunicación con las comunidades locales y los inversores para mitigar el impacto social y ambiental. En un ejemplo reciente, un proyecto de flotación de zinc logró aumentar la recuperación de metal en un 0,8% sin incrementar las emisiones, gracias al uso de tecnología avanzada. Este caso subraya el potencial de las soluciones tecnológicas para mejorar la eficiencia operativa y reducir el impacto ambiental de la minería.

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Hernando Nuñez del Prado Simons

Geólogo consultor y asesor en gestiòn ambiental

2 meses

En el caso de Perú, los problema del subsector minero, son otros; el prmiero y mas importante. todavía no han tomado conciencia de la importancia de proteger el medio ambiente pra tner un desarrollo sostenible y a largo plazo; no han entendido que los instrumentos como la Evaluación del Impacto Ambiental, permite prevenir los impactos pat poder controlarlos Y/O mitigarlos. Ademas, no han comprendido, la necesidad de la Integración ambiental, entre la actividad (Proyecto) y el entorno; la interacción de ambos, forman un sistema conjunto indisoluble. El Impacto identifica los efectos de la actividad en su entorno, y la Aptitud, se refiere a como este, satisface los requisitos locacionales y funcionales de la actividad.

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