Regalo de cumpleaños
Siempre hemos concebido la celebración del cumpleaños como una ocasión para recibir.
Recibir palabras afectuosas, abrazos, recuerdos, gestos de cariño, regalos, y regocijos que reconfortan nuestra alma y proporcionan un shot de energía.
Pero, más que eso, me gusta cumplir años, sobre todo porque desde hace un tiempo, cada 12 de abril, suelo hacer un ejericio reflexivo sobre lo que ha sido el capítulo de la vida que cierra para dar paso al siguiente escalón.
Y particulamente, porque disfruto tanto al recibir como al dar, en especial, desde que soy papá.
Por eso, aprovechando que hoy es mi cumpleaños, quise compartir unos pensamientos corticos, a propósito de la pregunta que suelo hacerme en esta fecha:
«¿Qué he aprendido este último año por aquí?»
Aquí, mis cinco conclusiones:
- Lo que nos pasa no tiene que ver con los otros o las circunstancias, sino en la forma como reaccionamos a ellas.
– He aprendido que el viento, así como apaga una vela, también puede avivar el fuego y que, cuando nos enfrentamos a los vientos del cambio, podemos elegir entre apagarnos como una vela, o utilizarlos para arder más fuerte (como el fuego).
– Todo lo que pasa en la vida es un resultado de las decisiones, relaciones, y acciones del día a día. Por eso, es que hay que tratar de poner en valor el presente, la conciencia, la gratitud y la intención.
– He aprendido (aunque me sigo costando), a cuidar más mis pensamientos y gestionar mis emociones, para procurar llevar este viaje con más enfoque y confianza.
– Y la lección más importante: no hay nada más valioso que aprender a amar y dejarse amar.
Gracias vida, por un año más de aprendizajes.
Asesorando y Haciendo CULTURA ARQUITECTURA Y CIUDAD PARA TODAS LAS PERSONAS. Construyo Tus Sueños. Te Ayudo
4 meses¡Increíble!