#BullicioUrbano
La campiña arequipeña en extinción
Sarko Medina Hinojosa
Arequipa, de los tres volcanes y el cielo azul intenso, no sería la misma sin su campiña. Esa alfombra verde que se extiende desde las faldas del Misti hasta los confines de Sachaca y Paucarpata, el campo donde se asienta nuestra identidad.
Poco a poco la voracidad inmobiliaria, disfrazada de progreso y necesidad, amenaza con acabar nuestros últimos reductos de verdor. Cada terreno convertido en condominio es una herida que infligimos a nuestra historia. Y antes que me digan que los dueños de los campos son los únicos que deben decidir del giro que dan a sus terrenos, permítanme argumentar sobre la necesidad de conservar el verde, aún más luego de saber que en el mismo Cercado, en la escuela de artes Carlos Baca Flor, sin pensar en la salud de sus alumnos, podaron hasta casi matar a un árbol.
Sí, necesitamos viviendas. Pero, ¿a qué costo? ¿Estamos dispuestos a sacrificar el pulmón que nos oxigena, el lienzo que inspiró a tantos poetas y pintores? La campiña no es un lujo, es una necesidad. Es el freno natural contra la contaminación que nos ahoga, el regulador térmico que nos protege del calor abrasador, el último refugio de una biodiversidad que se extingue en silencio. Es más, ya se extinguieron los ocollos, los murciélagos, y la proliferación de mosquitos cada verano nos recuerda su pérdida, y nos enrostra que cambiamos maizales por edificios art deco con miniplatitos de rocoto relleno deconstruido.
No se trata de frenar el desarrollo, sino de repensar nuestro modelo de ciudad. Densificar lo ya construido, recuperar espacios abandonados, innovar en soluciones habitacionales verticales. Hay alternativas, si tenemos la voluntad y la imaginación para buscarlas, sin sacrificar la aún historia viva de nuestra gloriosa ciudad.
Artículo publicado hoy en Diario Correo de Arequipa
El proyecto desarrollado por Javier López Bautista se ordena con una forma circular en torno a un solitario árbol preexistente, eliminando los elementos de la parcela que limiten la mirada de los visitantes para contemplar el paisaje en su plenitud. La combinación de diferentes tamaños y formatos de piezas cerámicas crea un patrón que dirige la mirada desde el centro de la parcela hacia el paisaje.