Publicación de Pedro Alcaraz Ibáñez

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Arquitecto-MHI/ MBA-UEM/ MPAA-UPM

Plensa en la Isla de pascua ¿Existe alguna relación entre las cabezas gigantes de Jaume Plensa y los Moais de la Isla de Pascua? Ambos tipos de esculturas, aunque separadas por tiempo y cultura, comparten ciertas características que se conectan con los temas de: la identidad, la espiritualidad y lo efímero de la condición humana. Las esculturas de cabezas monumentales de Plensa, como "Julia" en Madrid, "Dream" en St. Helens, Inglaterra, o "Carmela" en Barcelona, son formas estilizadas de rostros humanos, con los ojos cerrados, evocando una sensación de introspección, calma y silencio. Estas cabezas suelen estar alargadas o distorsionadas, lo que las hace aún más etéreas y espirituales. Aunque los Moais fueron creados por la civilización Rapa Nui en un contexto totalmente diferente, también son figuras monumentales que representan rostros y cuerpos humanos. En su origen, los Moais se creen protectores espirituales, figuras de culto que conectan a los vivos con los ancestros y el más allá. Esta noción de lo espiritual y lo protector podría conectarse con las intenciones de Plensa de reflejar lo efímero y la fragilidad de la condición humana a través de sus esculturas. Ambos tipos de esculturas —los Moais y las cabezas de Plensa— se imponen en su entorno con una fuerte presencia simbólica, y comparten la capacidad de reflejar lo individual y lo colectivo al mismo tiempo. En Plensa, las cabezas no son solo retratos de personas individuales, sino representaciones más universales del ser humano, invitando a la reflexión sobre la identidad, la percepción y la espiritualidad. Temas recurrentes en Jaume Plensa Identidad y fragilidad de la condición humana: Plensa trabaja con el rostro humano como símbolo de identidad, pero sus esculturas son también una invitación a reflexionar sobre lo efímero, la naturaleza transitoria de la vida. Los rostros son estilizados, despojados de detalles individualizantes, lo que los convierte en figuras universales y abstractas, casi etéreas.  Silencio y espiritualidad: Las figuras de Plensa suelen tener los ojos cerrados, lo que sugiere un silencio interior, una meditación profunda. En lugar de mirar al mundo exterior, estas figuras parecen inmersas en su propio mundo interior, lo que les da un aire de espiritualidad y contemplación. Lo efímero y lo eterno: Aunque muchas de las esculturas de Plensa son enormes y parecen inmutables, hay una sensación de fragilidad en ellas. Al igual que los Moais de la Isla de Pascua, las esculturas de Plensa parecen invitar a una comunión con algo más allá del ser físico. Ambas formas de arte monumental reflejan una búsqueda de significado en lo intangible: el espíritu, la memoria y la identidad que trascienden lo individual para conectar con lo colectivo y lo eterno. Es curioso pensar en cómo, a través del tiempo, diferentes culturas y artistas han utilizado la figura humana como un vehículo para explorar estas grandes preguntas sobre la existencia, la identidad y la espiritualidad.

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