Las buenas y las malas ideas…
Las buenas ideas son el motor del progreso y la innovación en cualquier sociedad. Sin embargo, no basta con tener una idea brillante; es fundamental argumentarla y defenderla de manera convincente para que trascienda y tenga un impacto real. La argumentación pertinente es clave para distinguir entre buenas y malas ideas. Una buena idea se sustenta en evidencia, lógica y razón, mientras que una mala idea puede ser impuesta mediante la autoridad, la manipulación o la coerción. La diferencia radica en la capacidad de convencer y persuadir, en lugar de imponer.
Las buenas ideas deben ser sometidas a escrutinio y debate para refinarse y fortalecerse. La crítica constructiva y el diálogo abierto permiten evaluar la validez y viabilidad de una idea. La importancia de compartir y discutir las buenas ideas radica en su capacidad para Inspirar y motivar a otros, superar obstáculos y resistencias o simplemente para mejorar y perfeccionar la idea original.
En contraste, las malas ideas a menudo se esconden detrás de la autoridad, el dogma o la tradición, y se resisten a cualquier cuestionamiento, pudiendo tener múltiples consecuencias negativas, como imponer soluciones ineficaces o dañinas, fomentar la complacencia y normalizar la mediocridad.
Esto último me hace recordar una anécdota que me platicó un compañero hace algunos años
"Cierta ocasión, el dueño de un rancho, le pidió a su caporal, que se encargara de una tarea:
- Si no llueve en el transcurso del día, mañana hay que llevar el ganado al potrero de abajo,- le dijo.
- Si, ya lo había pensado, - fue la respuesta del caporal.
Más tarde, ese mismo día, el hacendado le dio órdenes al caporal para realizar otra tarea:
- Hay que empezar a moler y encostalar todo el maíz que tenemos en el granero principal, para poder despacharlo antes del próximo jueves, - fueron las palabras del hacendado.
- Si, ya lo había pensado, - fue la respuesta del caporal, y se alejó para transmitir la orden a los peones.
El hacendado se quedó reflexionando respecto al comentario recurrente del caporal cada vez que le daba una orden.
- ¿De verdad será tan acertado en sus pensamientos?, o solo trata de presumir lo que no fue capaz de ocurrírsele, - cavilaba.
- Ya sé, - se dijo, y se fue sonriendo con una idea en la cabeza.
A la mañana siguiente, llamó al caporal.
- Encárgate de arar la tierra que está arriba del granero principal para sembrarla con frijol -le dijo solemnemente.
- Si, ya lo había pensado, - fue la respuesta del caporal.
- ! Insensato ¡ -exclamó el hacendado,- ¿cómo se te pudo ocurrir eso?.”
La discusión pertinente es esencial para distinguir entre ideas valiosas e ideas fallidas. Al fomentar un entorno de debate abierto y respetuoso, podemos asegurarnos de que solo las mejores ideas prevalezcan, se perfeccionen y contribuyan al bién común.
#ideas
Director de Recursos Humanos vinculado a Estrategia Empresarial🔹Experto en Relaciones Laborales, Negociación Colectiva, Cambio Cultural y Gestión de Talento🔹Sectores Público y Privado 🎓Profesor en Escuelas de Negocio
4 semanasCuando más unidas debieran estar las naciones ante la gravedad de los retos, más nos distanciamos. Parece que efectivamente no somos capaces de aprender de nuestros errores en la historia.