“Directo al grano” #8 ¿Cómo “by-passear” la reglamentación residuos, creando oportunidades de economía circular, sin caer en la ilegalidad? ¡Transformando un residuo en producto! ¡Te lo explico! La reglamentación residuo en Chile es estricta y ha sido un freno al desarrollo de la circularidad: Se considera como “residuo” todo material en desuso por el generador aunque el material tenga valor para otro. Además todo vehículo que transporta residuo y toda empresa que recibe el residuo de terceros deben ser autorizados por la SEREMI de Salud para tales actividades (entre otros trámites). Esto deja en la ilegalidad todo el mercado de recuperación y compra/venta de materiales, bienes usados, A MENOS que las empresas tengan permisos sanitarios para dicha actividad de recuperación, valorización, etc... El tema es que obtener estos permisos no es ni fácil, ni económico. Consecuencia: Las actividades de valorización de residuos de generación nacional y masiva son las que se han formalizado con grandes inversiones y con actores escasos: industrias del reciclaje de metales, vidrio, cartón, algunos plásticos, etc. El mercado se desarrolló dentro de un marco normativo, cuyas preocupaciones eran principalmente de orden sanitario y ambiental. Históricamente si una empresa quiere cumplir con la reglamentación y tiene un residuo sin destinatario autorizado para su valorización, simplemente no lo puede valorizar. Es así que la mayoridad de las empresas no quieren tener problemas por unos residuos. En vez de seguir caminos ilegales, dónde su marca podría ser expuesta, prefieren mandar este residuo a la basura, porque es legal y el costo se asume como gasto. Ahora mientras que el MMA publique un reglamento que regule los subproductos y las materias primas segundarias (ambos asimilables a residuos hoy día), recordemos que puede darse un escenario, que algunos supieron aprovechar y que se puede seguir aprovechando: Cuando el giro de una empresa es fuertemente vinculado a un residuo de generación permanente y masiva, puede valer la pena plantear una ampliación del giro, creando una nueva línea productiva dónde lo que se consideraba un residuo pasa a ser producto de la nueva actividad. Ejemplos reales: Una empresa que fabrica pisos de madera generó durante años un residuo de aserrín, hasta que amplió su giro con la fabricación de pellet para la calefacción y dejo de generar su principal residuo. Una empresa que procesa pollos para vender pechugas y trutros en bandeja amplió su giro para ofrecer cabezas y patas de pollo, insumos para la industria de harina de pollo y dejó de generar toneladas de residuos. Al crear una nueva actividad, se eliminó un residuo; esto también es economía circular, en toda legalidad. Y ya no aplica la reglamentación “residuos”. No siempre es posible, pero vale la pena darle una vuelta antes de descartar esta opción. Comenta y comparte si esta nota te resulta útil e interesante. #MED #economiacircular #simbiosisindustrial