LOS VIAJES DE TRABAJO Y LA EQUIVOCADA PERCEPCIÓN EXTERNA Para quienes nos dedicamos a los negocios internacionales, los viajes de trabajo son casi una rutina de nuestra actividad. Y también a quienes nos dedicamos a esto, frecuentemente nos pasa que en conversaciones con amigos y conocidos cuando surge este tema de viajar a destinos como Nueva York, Londres, París o Dubái, recibimos comentarios como: “¡Llevame en la valija!”, “Voy de asistente y te preparo el mate”, “Te acompaño y te llevo los papeles”. Esto deja en evidencia que viajar por el mundo es el sueño de muchos, y si es por trabajo, parece aún mejor. Pero también que existe una idea muy equivocada sobre lo que realmente implica un viaje de trabajo. Más allá del atractivo de los destinos, la realidad no es lo que parece. Las jornadas son interminables, los días están cargados de reuniones, compromisos, presentaciones, y muchas veces se trabaja hasta los fines de semana, especialmente en ferias y eventos internacionales, sin mencionar el arrastre de 15 o 20 horas de vuelos, largas conexiones en aeropuerto y un par de noches con sueño casi nulo. La energía se desgasta y casi no queda tiempo ni ganas para ver algo de la ciudad fuera el trabajo. Lo más negativo de esta percepción errónea es el sentimiento de envidia que puede generar, incluso entre los propios compañeros de trabajo. A veces, se menosprecia el esfuerzo y se minimizan los logros de quienes trabajamos en esto. Cuesta entender que los viajes de trabajo son eso: trabajo, y no un privilegio. Detrás de cada visita a una ciudad famosa, hay jet lag y agotamiento, y días lejos de las familias y los seres queridos, a veces contando los días que faltan para regresar a casa. Estoy consciente que trabajos como este es el sueño de muchos, pero como todo trabajo, conlleva presión por objetivos que cumplir, estrés, sinsabores y situaciones desafiantes. Y si no lo hacemos bien, también como cualquier otro trabajo, el fracaso lleva a situaciones desagradables. Nada más alejado que viajar por placer, con el itinerario, planes y compañía que elegimos. Te pasó?
Totalmente...
Es así...
Tan cierto!!!
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1 mesSuscribo cada palabra Silvio Leguía! Muchas veces implican poderse esos "pequeños", pero importantes para tus hijos, acontecimientos familiares, que no vuelven..., eso es lo que se lleva peor para mi. Lo mejor, conocer otras personas y culturas, que aunque pueden ser muy diferentes, siempre aportan algo nuevo a tu vida