¿Eres de los que barren debajo de la alfombra?
Pues mira, los de Oatly son de los que mueven el sofá.
Y en lugar de esconder las decisiones más cuestionadas de la empresa, las acusaciones y demás titulares de prensa.
O hacer el típico comunicado para salvar su reputación:
"Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a pasar".
(Un saludo, Juan Car).
Transformaron ese odio y crispación, en una oda a la estrategia y el posicionamiento.
Y al sentido del humor.
Una web en la que recopilan todas las cagadas de la marca y su visión.
Donde activan su arquetipo y dan un paso al frente.
Y es "oatsome!", que dirían ellos.
Porque en la página encuentras todo bien ordenadito.
Desde las críticas a alguno de sus inversores, poco alineados con su filosofía, pero a los que aseguran quieren sacar del lado oscuro.
A hilos de haters clamando contra su acción de gestionar el residuo de avena que generaban, por ejemplo.
Lo llevan (o llevaban, que no me quedó claro si siguen con ello), a granjas de cerdos cercanas.
Que entiendo lo paradójico, para los más hooligans.
Pero supongo que pensaron que podría ser una manera de mejorar una realidad con la que convivimos.
Y que quizás, a los cerdos les alegraran un poco la existencia porque fijo que les gustan más los copos que el pienso.
Pienso.
El tema es que ésta era una de sus medidas para reducir la huella de carbono y esas cosas.
Y por lo último que leí, estaban estudiando otras opciones para dar salida al residuo.
Así que no sé a ciencia cierta, si esos cerdos son, o no, un poco más felices.
En cualquier caso, asumen sus errores y a mí me parece una jugada estratégica maestra.
Porque sumaron a su revolución plant-based, lo que pocos hacen para liderar un movimiento.
¿Adivinas?
Transparencia.
Escucharon, aprendieron y su "Departamento de Control Mental" se puso a jugar e idear.
Y crearon una web con bonus extra:
2 enlaces a 2 nuevas páginas.
Para que si estás cabreado de verdad con esta gente, se lo hagas saber.
Porque quieren saberlo. Son muy insistentes con esto.
Y verás, creo que se pasaron el juego.
Porque en la última pantalla hay hasta un número de teléfono con prefijo +46.
(¿Crees que la Paqui usó el comodín de la llamada?)
Total, que puede que se hayan equivocado con algunas de sus decisiones.
Pero todos somos humanos y las marcas están dirigidas por personas, a fin de cuentas.
Así que hasta que la IA se apodere del mundo, te doy un consejo:
Con las cagadas, nada de agachar la cabeza.
Hay que dar la cara y también el do de pecho.
En cualquier caso, yo prefiero un activista imperfecto que alguien que no mueve un dedo.
¿Y tú?
Te dejo en comentarios los enlaces.
PD: Este post no está patrocinado por Oatly, pero me gusta la marca desde antes de peinar canas y echarle el ojo para venderla en La Alacena.
PD2: El café lo tomo negro y sin azúcar. Pero para la bechamel, leche de vaca de la empresa que recoge a mi amigo Rafa.
