¿Y si pudiéramos predecir las guerras gracias a las pizzas que se comen en el Pentágono? Existe un indicador, conocido como "The Pizza Meter", que relaciona el consumo de pizzas en la sede del Departamento de Defensa de Estados Unidos con las posibilidades de guerra.
Y aunque pueda parecer ciencia-ficción, esta teoría proviene de la creencia de que, durante la Guerra Fría, los espías soviéticos en Washington vigilaban el gran número de repartidores de pizza que llegaban de noche a la CIA, los Departamentos de Defensa y de Estado y la Casa Blanca.
Este aumento de pedidos era tomado como una indicación de que una crisis se estaba gestando en algún lugar del mundo.
Y tiene toda la lógica.
El término fue acuñado por Frank Meeks, dueño de 60 franquicias de Domino's Pizza, en la zona de Washington, quien notó que, cada vez que había una situación de emergencia o crisis, el personal de los edificios de inteligencia del gobierno de Estados Unidos trabajaban las 24 horas del día, provocando que los pedidos de pizza para comer aumentasen exponencialmente.
A pesar de que en estos edificios existen restaurantes y servicios de catering con los que alimentar a su personal, el problema venía por las noches, cuando estos servicios cerraban, lo que provocaba que la pizza a domicilio se convirtiese en la comida principal.
Aunque pueda parecer descabellada, esta teoría predijo varios incidentes históricos como la Guerra del Golfo, momento en que los pedidos de pizza a la Casa Blanca aumentaron de 50 a 125 por día, o el golpe de Estado en el Kremlin, cuando se sirvieron más de 150 pizzas en el Pentágono y la Casa Blanca o el escándalo Lewinsky-Clinton de 1998.
Sorprendentemente, desde que se hizo pública esta teoría, en 1991, el gobierno estadounidense dejó de pedir grandes cantidades de pizza a un solo restaurante y además ahora envía a su propio personal a recoger los pedidos, aunque parece que no siempre cumplen con sus propias reglas.
Resulta que, gracias a Google Maps, somos capaces de saber la ocupación de un restaurante en tiempo real, algo que han revisado varias personas este pasado fin de semana. Y se encontraron con que, horas antes del ataque iraní a Israel, varias pizzerías cercanas a la Casa Blanca y al Pentágono tenían niveles de trabajo muy por encima de los habituales a esas horas y días.
Quién sabe. Desde luego, lo que parece estar muy claro es que la guerra nunca cambia, como tampoco lo hace la necesidad de comer pizza en tiempos de crisis...
¿Realidad o ficción?
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