#007 El Futuro Es Verde
Iñigo Jiménez - AI Technology Specialist
Gestor de proyectos y desarrollador experimentado | Innovador en soluciones de inteligencia artificial y eficiencia | +23 años de liderazgo tecnológico
Hoy 16 de Octubre de 2024:
El anuncio de Apple sobre las limitaciones de la inteligencia artificial para tomar decisiones con juicio humano revela la necesidad de aumentar su capacidad, pero también muestra que este crecimiento exige enormes recursos energéticos. Por ello, Google ha decidido apostar por la energía nuclear libre de carbono, construyendo reactores modulares que aseguren un suministro de energía limpio y fiable para sus centros de datos, esenciales para soportar la expansión de la IA. Este enfoque no solo busca eficiencia, sino también una solución sostenible para un futuro cada vez más dependiente de la tecnología.
La demanda de energía no solo afecta a Google, que busca soluciones para alimentar sus centros de datos, sino también al acceso a recursos fundamentales como el agua. El MIT, con su innovador sistema de desalinización solar, está abordando el problema del agua potable mediante energía limpia y eficiente. Este avance, al igual que el de Google, subraya que tanto la energía sostenible como la tecnología avanzada, como la IA, son cruciales para resolver los desafíos globales. La fusión de estas soluciones prácticas podría cambiar la forma en que vivimos.
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En el campo de la medicina, los avances con células madre humanas han permitido restaurar la visión en monos, mostrando el potencial de la regeneración celular. Estas células podrían revolucionar la medicina regenerativa, tal como la inteligencia artificial promete cambiar la robótica. Pero, como se ha demostrado con el incidente de los robots aspiradores hackeados, el poder de la tecnología no está exento de riesgos. Incluso los robots más avanzados, como los Optimus de Tesla, aún requieren intervención humana, lo que demuestra que estamos lejos de una autonomía total.
En otro ámbito, los robots también desafían las habilidades humanas, como en el caso del robot músico que sorprendió a los virtuosos de la Orquesta Sinfónica de Dresde. Este tipo de avances tecnológicos encuentra su eco en la exploración espacial, donde la NASA acaba de lanzar la misión Clipper, en busca de vida en el distante satélite de Júpiter, Europa. Igual que los robots desafían las fronteras del arte, las misiones espaciales continúan empujando los límites del conocimiento humano más allá de la Tierra.