1ª semana de diciembre | Una probadita para llevar

El 1 de diciembre se anunció un incremento más al salario mínimo de 20% acordado para 2024. Con esto, el ingreso laboral mínimo para los trabajadores pasará de 207.44 a 248.93 pesos diarios, y en la zona libre de la frontera norte pasará de 312.41 a 374.89 pesos. Según las estimaciones de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), el incremento beneficiaría a 8.9 millones de personas, de las cuales solamente 119 mil ganan hasta un salario mínimo (según registros del IMSS), y el resto se ubican entre el SM de 2023 y el de 2024. La Conasami estima que el costo laboral promedio para las empresas mexicanas debido a este aumento será de 2.1%. Sin embargo, las microempresas (1 a 5 empleados asegurados) sufrirán un impacto mayor, de 10.3%, mientras que las grandes empresas (251 y más asegurados) de apenas 0.6%. 

Al sumar el incremento de 2024 -el sexto consecutivo-, el salario mínimo se habrá incrementado un 110% real desde 2018. Hasta ahora no se han materializado los temores de que esto se traduzca en una espiral inflacionaria, o que ocasione un aumento en el desempleo, si bien hay que reconocer que los incrementos salariales no benefician a más de 32 millones de trabajadores que están en la informalidad. Sin embargo, esta medida se suma a una serie de políticas recientes implementadas en el mercado laboral mexicano, como el aumento en las vacaciones pagadas, y la reciente propuesta para la reducción de las jornadas laborales. En el IMCO tendremos #EnLaMira los efectos de estos cambios.

Los resultados de la prueba PISA 2022, cuyos resultados para México no son nada alentadores: el país ocupó el lugar 35 de 37 evaluados en la OCDE, y obtuvo 126 puntos menos que Japón, el mejor evaluado. Además, nuestro país es el tercero peor evaluado en Matemáticas y Comprensión Lectora, y el que obtuvo el peor puntaje en ciencia. ¿Qué significa este retroceso para los conocimientos y habilidades de los estudiantes? ¿Cómo afectará su futuro? Lee nuestro análisis completo aquí. 

Dado que muchas mujeres que se dedican al trabajo no remunerado no tienen ingresos estables o comprobables, es más difícil que tengan una cuenta de captación -que les permita generar intereses- o de ahorro para el retiro. En otras palabras, es menos probable que aprovechen la oportunidad de crecer su patrimonio y de planear para su vejez. Karla Ruiz, supervisora de contenidos, escribe #ConLupaDeGénero en La-Lista. Lee su artículo.

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