10 años de Mendips Talent Development

Este mes de junio hará una década que tomé la decisión de emprender, después de 22

años trabajando contratada para distintas empresas. Nunca tuve el sueño de trabajar

para mí misma, no era algo que ni siquiera pensara. En el 2006 mi vida cambio por

completo y experimenté una transformación personal que hizo que surgiera mi

verdadera esencia. Después me dejé fluir por la vida, y los acontecimientos me

llevaron a descubrir el oficio de la consultoría, era el 2008, y me enamoré de esa

profesión. Es verdad que tuve grandes maestros que me guiaron en el camino: La

mujer que me introdujo en esta aventura y que hoy mismo llamaré para agradecerle

su visión y un hombre brillante intelectualmente; hubo más personas que me

acompañaron, mi compañero de vida, emprendedor por excelencia, que tuvo claro

que yo podía y debía hacerlo, mis colegas de profesión que fueron mis primeros

clientes y otras personas sabias y maravillosas que me regalaron sus mejores consejos;

fui muy afortunada.

Emprender es un acto de valentía, un tirarse al vacío y una clara salida de tu zona de

confort. Desde mi punto de vista el gran beneficio es la LIBERTAD, con mayúsculas.

Diseñas tu propia visión y misión y trabajas totalmente alineada con tus valores. Mis

tres principales valores personales son la libertad, la honestidad y el amor y poder

ganarte la vida honrándolos es un gran privilegio. Desde que inicié este camino me ha

inspirado un solo propósito: hacer felices a las organizaciones y sus equipos. Estoy

firmemente convencida de que las empresas que saben motivar la felicidad de sus

empleados obtienen el total compromiso de los mismos para emprender cualquier

proyecto y consiguen mejores resultados y beneficios.

Mi experiencia profesional me ha demostrado que contar con buenos líderes es la

clave para las empresas. Que liderar es inspirar una visión compartida y tomar

decisiones estratégicas basadas en el pensamiento crítico. Que para liderar a los

demás uno debe conocerse a sí mismo y ser un maestro de la inteligencia emocional.

Durante estos 10 años, he vibrado cada vez que he podido contribuir a desarrollar

buenos líderes, sea a través del coaching, la formación o la implementación de

herramientas y metodologías que les han ayudado a lograr su misión . No hay mayor

satisfacción profesional.

Como me dijo muchas veces un compañero y amigo, «elegir es renunciar». Y cuando

eliges emprender solo, renuncias a poder trabajar en equipo, necesitas encontrar

nuevas formas de colaboración para seguir conectada a los demás; renuncias a ser la

directora de RRHH a la que todos escuchan y te conviertes en la consultora que

algunos esquivan; renuncias a una nómina asegurada y aprendes a gestionar la

inestabilidad de los ingresos; renuncias a un plan de carrera y a una formación

planificada y tienes que diseñar tu propio plan de desarrollo para dominar las nuevas

tendencias. ¿Compensa? Sí, absolutamente.

En los últimos tiempos, trabajar en formato «freelancer» o lanzarse a emprender ha

experimentado un sostenido crecimiento. Las compañías han descubierto que pueden

contar con profesionales altamente cualificados sin incrementar su masa salarial y sus

costes fijos. La generación Z se está incorporando al mercado laboral; ellos no son

como yo, que tardé 40 años en comprender que deseaba emprender, ellos lo

manifiestan desde muy temprana edad.

El mundo cambia continuamente y yo me siento muy afortunada de formar parte de

estos nuevos retos. ¡Por 10 años más!, Gracias a todas y todos los que habéis

contribuido a mi felicidad profesional durante esta década.