2010 - 2020 Década de la reinvención

En el 2010 tenía un buen trabajo, esperábamos a nuestro segundo hijo, teníamos la casa, los dos autos, la hipoteca por supuesto, un buen negocio y todas esas lindas cosas que la vida te propone si estás dispuesto a seguir “EL” plan.

El único problema que tenía con “EL” plan era “EL” precio que debía pagar: Entregar mi tiempo (léase vida) a los sueños de otros.

En ese entonces era Gerente de Producto en Kraft Foods Bolivia, mis jefes vivían en Lima, todos unos genios del Marketing, tenía una linda oficina en el penthouse de un lindo edificio, podía trabajar desde mi casa si quería, viajaba, ganaba bien, pero nada de eso me llenaba.

Además me habían diagnosticado una enfermedad crónica, necesitaba bajar los niveles de stress y tenía muchas ganas de dedicar más tiempo a la maternidad.

Cumpliendo exactamente 5 años en ese trabajo y con 4 meses de embarazo, renuncié.

Muchos cuestionaron esa decisión, pero aquí estoy 10 años después y hoy quiero visitar esos momentos y ver si la decisión valió la pena.

2010: Fue el año del cambio, pasar de ser una profesional conocida en mi campo a ser una simple “emprendedora” y “ama de casa”.

El panorama no pintaba bien para mi ego, pero ahí vamos, rompiéndolo.

2011: Comienza el proceso de auto descubrimiento, entonces, ¿Quién era yo? ¿Qué quiero hacer? ¿Qué me gusta? ¿Qué no me gusta? Estaba muy, muy perdida, pero muy perdida.

2012: Hay que moverse de ciudad porque la enfermedad no me dejaba avanzar, necesitaba bajar de la altura de La Paz y nos fuimos a la que sería nuestra casa por los siguientes 5 años, Santa Cruz de la Sierra.

Importante, este fue el año en el que nos declaramos en quiebra, el negocio iba bien, pero los problemas de salud de mi hijo, míos y una serie de pésimas decisiones financieras nos dejaron un hueco que sólo terminaríamos cubriendo años después.

A empezar de menos cero.

2013: Fue un año muy, muy duro económicamente, hasta me tocó lavar la ropa a mano!!!! qué ridícula hablando de eso, pero ¿Saben lo que es lavar ropa a mano? Nunca menosprecien los olvidados objetos que tenemos en casa, como una lavadora.

Ese año en Santa Cruz mucha gente nos ayudó, fueron increíbles, hice muchos amigos y estaré siempre agradecida con cada uno de ellos.

Aprendimos a vivir con poco y la salud mejoró bastante.

2014: Volví a enfocarme en buscar nuevas formas de generar negocios, ya había llorado lo suficiente, basta de lamerse las heridas. Conseguí un trabajo de medio tiempo porque no quería dejar a mis hijos y todavía arrastraba temas de salud.

2015: Dije ¡Basta! y comencé el año buscando respuestas a los temas de salud de mi hijo y míos, ambos tenemos la misma condición, una enfermedad genética.

Finalmente, comprendí la importancia de la alimentación en el funcionamiento de nuestros cuerpos y eso cambió todo. En un par de meses éramos otras personas.

Para coronar ese año viajé a Estados Unidos, conocí los negocios por internet y me enamoré de ese mundo.

2016: Me ofrecieron un trabajo corporativo y qué creen, sí, acepté, es que tenía miedo pues… quería nuevamente esa sensación de seguridad que te da un trabajo regular, pero sólo aguanté 10 meses :)

En verdad, eso ya no era para mí. Yo tenía que seguir mi camino, ya no podía seguir las reglas, tenía la necesidad de que las reglas fueran inventadas por mí y una estructura corporativa no me dejaría.

2017: Tenía más claridad sobre lo que quería y debía hacer, la salud ya estaba más controlada. Comencé una nueva etapa de manera pública, generando contenido en las redes, me lancé al, entonces, desconocido mundo digital.

Comenzó una nueva forma de hacer las cosas, algo nuevo, fresco.

Abracé el minimalismo.

2018: Terminó nuestra etapa en Bolivia, debíamos movernos ¡Nos cambiamos de país! Volví a mi natal Chile, después de 30 años.

Nuevos amigos, un lugar maravilloso para emprender y aprender.

2019: Asentar las lecciones aprendidas. Casi me divorcio, había que estabilizar un poco todo, el cambio, la familia, el negocio, la salud, todo, un poco pausar, darnos cuenta que todo lo vivido había sido para prepararnos hacia lo que venía…

2020: ...Suiza, donde nos espera nuestra nueva casa, con hijos ya más grandes, sanos, seguros, con unos padres un poco más sabios y un negocio que ha evolucionado y madurado, listo para recolectar los esfuerzos de estos años.

Entonces, ¿Valió la pena todo? No lo sé, sólo sé que cada uno debería ser el dueño de decidir cómo vivir su propia vida.

Pienso que si me hubiera quedado donde estaba hace 10 años, hubiera tenido seguridad económica, mucho más dinero que hoy, seguramente hubiera avanzado en mi carrera corporativa, pero la verdadera pregunta es ¿Sería feliz? y la respuesta muy clara en mi mente y en mi corazón es NO.

Hoy soy feliz, vi crecer de cerca a mis hijos, aprendí demasiado de la vida, los negocios, las personas, de la tecnología.

No tengo muchas cosas materiales, hacer negocios por cuenta propia no es fácil, de hecho es muy difícil, no lo hagan sin la supervisión de un adulto, pero si naciste para vivir en esa libertad, entonces sabes que hay un precio que pagar.

¿Volvería a hacerlo todo de nuevo? Sí, aunque algunas cosillas las corregiría, pero sí, lo volvería a hacer.

Todavía no veo el final del arco iris, pero no importa porque cuando llegue a ese final estoy segura que otro arco iris brillará, y todo comenzará de nuevo.

Si tu destino es vivir como un explorador de la vida, no te detengas, suelta y deja que la vida te sorprenda porque ahí puede estar tu felicidad.

Si en cambio lo que tú necesitas es seguridad, ignora este mensaje y está bien, no todos somos iguales.

Que el 2020 nos encuentre felices y agradecidos, disfrutando de una vida diseñada por nosotros mismos, quizás no perfecta, pero nuestra.