3 consejos para ser un líder compasivo

3 consejos para ser un líder compasivo

Si es que ser compasivo es un mejor estilo de liderazgo que la dureza (puedes comprobarlo por ti mismo en este post), ¿de qué forma podemos empezar a orientar nuestra comunicación hacia ese camino?

1. Haz una pausa antes de actuar

Una de las principales causas que nos llevan a reaccionar negativamente cuando un colaborador comete un error, es la falta de control sobre nuestras emociones. La ira, la frustración o la ansiedad toman las riendas y reducen nuestra capacidad para razonar y comunicar con asertividad.

Ese consejo que nos daban nuestros padres de "contar hasta diez", en realidad es útil porque nos permiten distanciarnos por lo menos un poco de la situación para poder tratarla con mayor objetividad. Incluso, tomar distancia física nos ayudará a "enfriarnos" para luego retomar el tema más calmadamente. 

Una de las mejores maneras de regular nuestras emociones y también de incrementar la conciencia sobre nosotros mismos de forma sostenida es practicar meditación.

2. Ponte en los zapatos de tus colaboradores

Al realizar el paso #1, tendrás la capacidad de poder practicar la empatía y ponerte en el lugar de esa persona de tu equipo que te está sacando de quicio. Estudios han demostrado que tener una perspectiva más amplia te ayuda a descubrir aspectos de la situación que antes no habías considerado y hasta te permite lograr mejores resultados en una negociación. 

Desarrollar la empatía activamente es importante porque se ha descubierto que posiciones de poder tienden a disminuir nuestra tendencia natural a la empatía. Mientras más subes en la escalera empresarial o política, más se dificulta sintonizar con los demás. 

Ser empático no quiere decir que estarás de acuerdo con todo lo que afirmen los demás, ni siquiera significa que tu estés equivocado. Empatía simplemente es la capacidad de identificar el estado emocional de la otra persona, y poder observar sus acciones desde ese panorama. 

3. Elige tus batallas: el arte de perdonar

Saber perdonar cuando un colaborador comete un error no solo fortalece tu relación con él y aumenta su lealtad. Perdonar nos libera, disminuye nuestra presión arterial y nos permite sentirnos más felices y satisfechos con nuestras vidas.

Cuando nuestro equipo experimenta menos estrés gracias a estas interacciones positivas, el resultado es una menor tasa de rotación, incremento en la salud y hasta mejor servicio al cliente

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