3 Pasos para Lograr Tu Propósito del 2021
Cuando llega el final de un año, tendemos a sentir que “no se pudo” lograr eso que tanto queríamos. ¿Acaso somos personas incumplidas, irresponsables e inmaduras?
Aquí te voy a compartir 3 elementos que deben tener tus propósitos para que sean realizables.
1. Para tu Cerebro, Menos es Más
Desde niños nos acostumbramos a hacer grandes listas de regalos para Navidad y de mayores nos creemos que regalarle a medio mundo nos va a dejar mejor parados. Esta dinámica luego la traemos a nuestra vida personal, y creamos una enorme (y agotadora) lista de propósitos.
Nuestro órgano ejecutor, el cerebro, consume el 20% de los recursos solamente en su estado natural. Por esta razón, la capacidad humana de logro está asociado al enfoque y no a amplitud. Esto es lo que yo llamo La Paradoja de la Abundancia: por mucho que queramos, nuestra biología tiene límites en su ejecución.
Por esta razón, elije solamente uno o dos propósitos, que sean razonables en el tiempo, que puedas incluir en el estilo de vida que ya tienes o que puedas ver cómo desde tu vida cotidiana es posible lograrlo. He aquí un ejemplo: Si deseas bajar de peso, el primer paso no es apuntarte a un gimnasio, sino incluir acciones de movimiento en tus rutinas diarias: si eres sedentario deja el elevador y comienza a tomar las escaleras o aparcar el vehículo lo más lejos posible, de forma que te animes a caminar más pasos de los de costumbre.
Un cerebro abrumado, es un cerebro paralizado. Simplifica tus metas.
2. Enfócate desde lo Positivo
Vivimos en una sociedad de sacrificio, donde dignificamos lo que nos cuesta sudor y lágrimas. Nuestro cerebro es un órgano diseñado para sobrevivir y ese enfoque se le da naturalmente. Pero lograr las cosas por sobrevivencia es una forma de auto-maltrato socialmente aceptado.
Con frecuencia nos vemos con la claridad de saber lo que no queremos, pero difícilmente podemos identificar lo que queremos. Cuando no sabemos lo que queremos, es como ir avanzando con la mirada puesta en lo que dejamos, y por ende es normal que no avancemos. Imagínate conduciendo un vehículo donde sólo veas por el retrovisor y te darás cuenta por qué no llegas a ninguna parte.
Es importante escribir tu propósito en términos de avance, de futuro, de lo que deseas, de hacia dónde vas. Ayudar al cerebro a enfocar el norte y mostrarlo en términos de realidad. Siguiendo con el ejemplo anterior, el propósito de bajar de peso no le dice nada a tu cerebro, de hecho lo puede percibir como privación, generando de inmediato una reacción de protección. Lo mismo pasa con quien dice que va a salir de deudas: imagina la deuda como el lugar del cual quieres escapar, pero aún no sabes hacia dónde vas ni hay un enfoque hacia el futuro.
Todos saben lo que no quieren, pero muy pocos saben lo que quieren.
3. Incluye tus Emociones
Una vez que tienes claro dónde estás y hacia dónde quieres ir, expresado en una forma clara y congruente, entonces viene el tercer punto que es reconocerte con un ser humano. La esencia humana se mueve en dos sistemas: uno que planifica de forma analítica y uno que ejecuta de forma emocional. Por mucho que digamos que tenemos las emociones “bajo control” es éste el sistema que nos hace funcionar, así que a menos que seas una máquina, tu vida ocurre a través de tus emociones.
Todos nosotros tenemos espacios de reacción emocional y un mecanismo de impulso que lo acompaña. Las ciencias del comportamiento saben muy bien que hay más probabilidades de hacer cambios observando lo que ya hacemos, que comprometiéndonos de palabra a hacer algo nuevo. Hasta hace poco creíamos que éramos racionales por tener una corteza cerebral, pero los últimos estudios de este siglo dejan claro que nuestra racionalidad es limitada por esencia.
Comienza tu propósito con un estado de observación, sin forzar nada ni “obligarte” a nada. Identifica tus debilidades y tus fortalezas ante las situaciones que se te presentan, observa lo que se te hace fácil y lo que te cuesta. No emitas juicios ni esperes ser perfecto en todo. Una vez sabes donde se te da lo fácil, cómodo y fluido, diseña una estrategia para lograr tu propósito desde ese estado de fluidez, sabiendo que tu plan está ahí pero son tus emociones las que ejecutan.
Lo realizado desde el sacrificio genera deuda y culpa. Lo realizado desde el disfrute genera satisfacción y orgullo.
De la misma manera como un niño pierde el interés en un montón de juguetes que recibe todo en un solo día, los seres humanos perdemos la fe ante un montón de propósitos que nos creamos en un solo año.
En resumen: Lograrás mucho más si colocas un solo propósito y vas paso a paso, conociéndote en la medida que te acercas a eso que mereces celebrar al final del año.
Tax Pro Preparer en Prime Time 11-11 Corporation
3 añosSin desperdicio alguno! Excelente post Joselyn, gracias.