3 trucos mentales para atreverte a hacer vídeos y enfrentarte a otras situaciones incómodas.

“El video online te cambiará la vida”.

Suena como eslogan de anuncio de Coca-Cola, pero es real como la vida misma. Yo lo he experimentado en primera persona.

En verano del 2013, Eva Vigil Marín , mi esposa, me dijo: “Sebastián, tienes que hacer videos”.

Unos meses antes le confesé que quería lanzar mi propio emprendimiento para dedicarme profesionalmente a enseñar a la gente a hablar en público. Y ella, que es una persona con muchísima visión, pensó que hacer vídeos para internet podía ayudarme a promocionar mis servicios.

Cuando me dijo eso, yo, como buen esposo, le dije: “Claro corazón, por supuesto”.

Pero dentro de mí pensaba: “¿Y tú qué sabrás, si aquí el experto soy yo?”. Eso no se lo dije.

Yo llevo con Eva más de 13 años y muy a principio de la relación me di cuenta de dos grandes cualidades suyas que, además, están muy marcadas…

1. Tiene la razón en el 99% de los casos. Vamos, siempre...
2. Tiene un altísimo nivel de determinación y cuando algo se le mete en la cabeza no se le sale hasta que lo consigue.

Por eso el tema de los vídeos se le quedó dando vueltas en la mente hasta que, un día, por nuestro aniversario me regaló una sesión de grabación en el estudio de un amigo con el fin de que grabara mis primeras píldoras para YouTube.

De entrada, me lo tomé un poco a regañadientes, ya que estaba obsesionado con crear mi primer curso. Pero acabé haciéndome a la idea y tomándomelo en serio.

Así que dediqué todo un domingo a grabar mis 14 primeros videos para YouTube. Y esos primeros videos me cambiaron la vida.

Gracias al empujón de Eva, hoy en día tengo un canal de YouTube con más de 500 mil suscriptores.

Durante años, esta ha sido mi herramienta de marketing principal. Gracias a ésta, me he posicionado como referente en mi nicho, lo que me permite cobrar tarifas superiores a la media. Pero, sobre todo, gracias a dedicarme a un trabajo que me apasiona, me levanto cada lunes queriendo que sea lunes.

Hoy seré como mi esposa Eva: ¡TIENES QUE HACER VIDEOS! Prometo que te cambiará la vida.

Pero no seré dictatorial porque sé que esto, al principio, puede dar miedo.

Por eso compartiré 3 trucos mentales para acabar con esos miedos que nos impiden dar ese paso para exponernos a hablar en público, a salir en vídeo o incluso a intervenir an reuniones importantes en el trabajo.

1. Haz que “no hacerlo”, duela más que “sí hacerlo”

Es decir, haz que subirte al escenario duela menos que no subirte. Haz que salir en cámara, duela menos que no salir, haz que acercarte a la gente, duela menos que no acercarte a la gente.

Porque no podemos eliminar el miedo del todo, pero si de repente ocurre otra cosa que nos da más miedo, eso nos lleva a actuar. La clave está en el compromiso público.

Comprométete ante los demás para que el miedo de pararte delante de la cámara sea mucho menos que el miedo que te debe dar, quedar mal ante los demás.

¿No sabes cómo? Entra al grupo de WhatsApp de tus colegas y diles "El día 1 del mes próximo voy a publicar un vídeo en redes sociales. Si no lo hago, voy a pagar 10 euros a cada miembro de este chat". Ya verás como el día 30 te están preguntando.

2. Trata a las personas como si fueran amigos

Este es un principio de carisma que ayuda a conectar con la gente y debilita el miedo.

¿Por qué? Porque normalmente nuestros amigos no nos juzgan, conectamos, nos hacen sentirnos cómodos. Al sentirnos bien, se aligera el ambiente, baja la tensión y todo fluye con mayor facilidad.

Partiendo de esta premisa, si llegamos con la mentalidad de quien está abierto a entablar una amistad, promovemos un ambiente positivo.

Trasladando este enfoque al contexto de salir en cámara, la idea es hablar como si ese vídeo se lo fuésemos a enviar a un amigo.

Y como hablar ante la cámara puede resultar poco natural, imaginar que le hablamos a un amigo nos ayuda a soltarnos.

De lo que se trata es de entender que la conexión humana es muy poderosa y que, cuando conectas con la gente, te acercas emocionalmente, se libera la tensión y puedes mostrarte de forma auténtica.

¿A qué amigo/a le hablarás cuando te pongas ante la cámara?

3. Deja de obsesionarte por caer bien

Hace más de una década comencé a estudiar habilidades sociales para mejorar mis posibilidades de éxito profesional, social y de pareja. Durante un tiempo creí que la clave para influir en los demás estaba en aprender a caer bien de manera consistente.

Error.

El problema con obsesionarse por querer caer bien es que el foco de tu atención se queda en ti y deja de estar en la persona más importante de la interacción: tu interlocutor.

Si, en cambio, te enfocas en querer que la otra persona te caiga bien a ti, te interesas de manera genuina y descubres cómo aportarle valor.

Y lo sé, la exposición pública da miedo; nos hace pensar en que verán nuestros fallos y carencias. Esto puede hacer que no quieras dar el paso, limitando enormemente tu potencial.

Pero, ¿te cuento un secreto? A la gente no le importan tus fallos, siempre que éstos no interfieran en aportarles valor y darles eso que buscan. Además, tu primer vídeo lo verá muy poca gente 🙂 (El mío lo vio mi madre y dos o tres personas más que llegaron por error.)

Hacer ese primer vídeo online será un reto pero, a medida que vayas haciendo más y más vídeos, irás ganando confianza, más personas se sumarán para verte y esta exposición te ayudará a alcanzar tus objetivos profesionales. Hasta que un día, ¿quién quita que tengas también 500 mil seguidores o centenares de personas ante ti en un escenario emocionadas por escucharte?

Porque meto la mano en el fuego y te digo que el vídeo online puede cambiarte la vida si sacas la cámara y comienzas a hablar.

Déjame saber en los comentarios qué tal te han parecido estos trucos y comparte este artículo con tu comunidad para que otros también puedan perderle el miedo al público o a la cámara.