3ra parte de una gran etapa

Se termina una etapa. Bueno, en realidad, la 3ra parte de una gran etapa. No se si será la última, tampoco sé qué otras partes se podrán inventar… Pero sí sé que esta parte es distinta a las demás. Que yo soy distinta y que me entusiasma el asombro que me genera nuestra capacidad de percibir las mismas realidades desde distintos lugares. 

Mi historia (que casi podría parecerse a la de una historia de amor), con #Socialab, ahora tekuoia , empezó por el 2016 cuando por fin tuve la oportunidad de trabajar en un proyecto que poco conocía pero mucho me gustaba. Mis años de voluntariado en TECHO - Argentina me hicieron conocer que había una organización que apoyaba a emprendedores a poder crear emprendimientos que resuelvan problemas. Todo me parecía maravilloso. Salir del mundo ong pero mantener el propósito, el sueño de la piba. Así fue como, después de muchos intentos de voluntariar en Socialab, se abrió un puesto y fue Maria Esquivel quien puso el primer voto de confianza en mi. 

Empecé un camino largo pasando por todos los roles y aprehendiendo nuevas formas de ver el mundo y trabajar. Estaba en un cumpleañito.  #DesignThinking, dar #talleres, coordinar un #proyecto, manejar #clientes, crear #dinámicas, acompañar #emprendedores, etc…

Fueron 2 años y medio de una primera etapa con un gran recorrido.

El tiempo pasó y todos crecimos un poquito. La pandemia me sorprendió en Buenos Aires sin trabajo y la oportunidad de coordinar una etapa de un proyecto de Socialab tocó mi puerta, que estaba hace varios meses cerrada… “Miren que en cuanto abran fronteras me voy.” La confianza ciega en mi trabajo y la facilidad de conocer las internas, las metodologías, al cliente y mi capacidad de coordinar, dieron el combo perfecto para que sea un win-win. Así fue como en octubre de ese año, renuncié por segunda vez, para irme de viaje por tercera vez. 

En el mundo post pandémico apareció un componente clave para cualquier viajera apasionada de su trabajo: la posibilidad de trabajar remoto. Para mi, era Disney.  Desde que empecé a viajar, en el 2014, anhelé tener un trabajo remoto que me permita aportar mi creatividad y mis dones al servicio de construir un mundo mejor y poder vivir de eso. Ese mundo lo conocía solo en Argentina, pero post pandemia, me lo llevé al mundo. 

Septiembre de 2021 recibo un mensaje mágico de Belén Alcácer Mackinlay que me proponía sumarme, nuevamente, al equipo de (ahora), tekuoia. A belu la conocía poco, pero Jorge Yoyo Riva me conocía mucho y confiaba en mi para asumir ese rol. Primera vez que me metía en el área de comunicaciones (antes no existía)... ¿Comunicación e impacto? Mi maridaje perfecto. Pasaron 2 años y medio de ese último si donde empecé como asistente y terminé dirigiendo el área, con un equipo a cargo y hermosos desafíos. Me hubiese gustado hacer mucho más de lo que se pudo. La vida otra vez me puso frente a expectativas no cumplidas, pero otra vez, me encontró distinta. El trabajo personal y de autoconocimiento que vengo haciendo (y seguiré haciéndolo toda la vida) me permite hoy ver con otros lentes la realidad. Entender que el foco no está en el otro, y que para crear vínculos sanos hay que tener conversaciones incómodas.

Hoy es mi último día en tekuoia. Me voy agradecida. Me voy orgullosa de mi, de lo que dejo (y no me refiero a lo profesional solamente), de las personas que me llevo… Me siento bendecida por haber podido crecer en este mundo del ecosistema de impacto.

Confío que cuando hay una certeza alojada en el corazón, el camino se abre para mostrarnos la dirección. Sonrío ante las oportunidades que todavía no conozco, pero sé que ahí están. 

Un cierre de etapa no es más que el inicio de otro aprendizaje. 

¡Gracias!