5 maneras de aproximarse al Valor de una Start-up
Vamos a imaginar una empresa con las siguientes características: (i) Compañía fundada hace seis meses por dos socios vinculados al ámbito tecnológico. (ii) La actividad propiamente dicha todavía no ha comenzado, sin embargo ya están listas las aplicaciones/productos para salir al mercado. Se han destinado recursos económicos (aportados inicialmente por los socios) y horas de trabajo para tener todo listo en un plazo razonable. (iii) A pesar de que no existen todavía ingresos se prepara un lanzamiento en prensa por todo lo alto. Se hace una presentación ante medios de comunicación nacionales, para dar a conocer las bondades del proyecto y explicar con todo detalle cómo se va a conseguir la expansión de la empresa, hasta alcanzar los €7M de facturación de aquí a 5 años. (iv) Ya está todo pensado y planeado, incluso el importe total de fondos que serán necesarios para desarrollar todo el proyecto, convenientemente plasmado en el Plan de Negocio. A priori se calculan unas necesidades de liquidez en torno a €1,5M (para las cuales se buscará financiación vía participación en el capital social). El optimismo lo invade todo, y realmente tampoco parece tanto dinero “a buscar” si en 5 años la empresa va a conseguir ingresar €7M. Al fin y al cabo, esto será sólo el principio. (v) Por último, está el tema del sector. Como el negocio es tan novedoso, se pueden contar con los dedos de una mano las compañías a nivel mundial que desarrollan algo parecido. Por lo tanto, hay pocas referencias dónde mirarse, para bien y para mal.
¿Os suena todo esto de algo? Podría ser cualquiera de las denominadas Start-up que pueblan nuestro ecosistema económico.
Llegados a este punto los socios de la compañía “necesitan” una Valoración de la misma, que reafirme en cierto modo todas sus expectativas, y sirva también de base para futuras negociaciones ante posibles inversores (principalmente el Capital Riesgo). Es el momento de contemplar el proyecto desde el punto de vista de la valoración. Muchos dirán que valorar un proyecto así es imposible, o como poco temerario. No les falta parte de razón, pero la realidad es la que manda y situaciones como la anterior se presentan de vez en cuando y es necesario dar una opinión argumentada sobre las mismas. Valorar empresas de estas características es un proceso inherentemente impreciso, lo cual no quita para que debamos tratarlo con el máximo rigor posible. Hay que tener claras las técnicas disponibles de valoración y aplicarlas del modo adecuado. Además, no todas las técnicas son válidas para este tipo de empresas. Veamos cómo afrontar este reto.