6 estímulos a los que debes impactar en tus campañas de marketing

¿No eres capaz de captar la atención de tus posibles clientes? Según el Neuromarketing existen 6 estímulos a través de los cuales podemos activar el denominado “cerebro reptiliano”.

Éste es el lugar de nuestro cerebro donde los seres humanos tomamos decisiones basándonos en nuestro instinto, es decir, cerca del 95% de ellas...

Dicho esto, los estímulos que debemos tener en cuenta a la hora de maximizar nuestros resultados comerciales son:

• Egocentrismo: nuestro cerebro es altamente egocéntrico. Nos preocupamos mucho más por nuestra supervivencia que por la ajena, es por ello qué somos mucho más receptivos a los mensajes que nos sitúan en el centro.
• Contraste: pero no todo tipo de contrastes, estamos hablando de aquellos que son psicológicos, es decir, los que nuestra “lógica” nos dice que no es posible. De esta manera, conseguirás captar más la atención de tu público objetivo.
• Concreto y tangible: cuando tomamos decisiones buscamos que las cosas sean sencillas, además, si eres capaz de conseguir que lo que quieres transmitir, tu cliente pueda “tocarlo” en su mente, conseguirás potenciar el efecto haciendo que se sienta muchísimo más receptivo.
• Principio y final: Podemos resumirlo con la siguiente frase “Lo más importante es el principio y el final, solo asegúrate de no estropearlo en el medio”. Tu discurso debe tener muchísima fuerza en ambos momentos, solo así conseguiremos que el cliente mantenga un recuerdo latente.
• Visual: los seres humanos somos seres terriblemente visuales. Los ojos están conectados con el "cerebro reptiliano" por lo que causar impacto visual hará que no pase desapercibido.
• Emoción: aunque nos engañemos con mil y una razones sobre porqué hemos adquirido un producto o servicio, en el fondo, la decisión fue totalmente emocional y debemos ser capaces de conectar con esa parte de nuestro cerebro. ¿Esto por qué sucede así? Las culpables de esto son las neuronas espejo.

Es importante conectar con nuestro cliente, pero más aún saber que palancas debemos activar. Para que la comunicación sea efectiva estamos obligados a tener presente la necesidad de llegar al "cerebro reptiliano".