7 reglas de oro para un equipo emocionalmente inteligente

7 reglas de oro para un equipo emocionalmente inteligente

Conocía un poco la obra John M. Gottman sobre su trabajo con matrimonios duraderos pero no había leído nada de él. Tenía curiosidad por saber si sus conclusiones con relaciones de pareja serían aplicables también a equipos de trabajo, así que decidí leer Siete reglas de oro para vivir en pareja con el objetivo de reinterpretarlo y pensando que, si existían 7 reglas de oro para que una pareja fuese emocionalmente inteligente, ¿por qué no extenderlas y aplicarlas a un equipo de trabajo?

Aunque una pareja sentimental no es lo mismo que un equipo en muchos aspectos, bien es cierto que las relaciones que se crean, escogidas o no, también es conveniente cuidarlas. A continuación, he traducido las siete reglas de la pareja teniendo en mente el sistema relacional que forma un equipo. Quizás el resultado no es del todo óptimo, pero estoy seguro que podréis sacar alguna idea como también he sacado yo. Las reglas son las siguientes:

1. Tener un mapa del equipo

Para que una relación sea fructífera emocionalmente hablando es necesario conocerse. Cuando hablamos de equipos, este conocimiento no está demás que se extienda a información más allá del ámbito laboral: ¿tienes mascotas? ¿hijos? ¿cuáles son tus aficiones? ¿qué clase de música te gusta? ¿qué estudiaste? ¿cómo se llama tu pareja? ¿tienes hermanos?

Podemos pensar en varias dinámicas para obtener y potenciar este conocimiento, mejorando así el mapa del equipo: crear una biografía conjunta con las experiencias de todos los miembros, aprovechar sesiones conjuntas para acumular información poco a poco, disfrutar de tiempo de ocio todos juntos, ...

2. Cultivar el cariño y la admiración

Quizás si hablamos de equipos de trabajo la palabra cariño nos puede sonar algo romántica, pero ¿qué me decís de la admiración? Ligado mucho con la regla anterior, es necesario conocer no tanto qué han hecho nuestros compañeros sino cómo lo han hecho, más allá también de qué hacer y cómo lo hacen en el entorno de trabajo y encontrar puntos o detalles de los cuales podamos aprender.

3. Acercarse a los otros

Cuando trabajamos en equipo, aunque es muy común escuchar la frase "aquí hay muy buen rollo" es normal que haya más compañerismo entre núcleos reducidos dentro del mismo equipo. Démonos espacio para acercarnos a personas del propio grupo con las que habitualmente no interactuemos tanto.

4. Dejar que el resto de miembros del equipo nos influyan

Hemos comentado en la segunda regla qué es bueno aprender de los demás. Dejemos además que nos influyan, aceptemos propuestas, probemos lo que nos digan, quizás descubramos otra forma de hacer que incluso nos va mejor.

5. Resolver los problemas solubles

A nivel de pareja, el libro comenta que hay dos tipos de problemas: aquellos que tiene solución y aquellos que no. Muchas veces intentamos resolver aquellos que no tienen, dándonos de cabeza contra un muro constantemente y, lo que es peor, desmotivándonos y perdiendo energía en el camino.

En las relaciones dentro de un equipo también sucede lo que comentamos. La quinta regla trata, por eso, de centrarse en resolver los problemas solubles. Los problemas irresolubles continuarán estando. Si son demasiado grandes deberemos tomar otras acciones pero, por lo pronto, centrémonos en intentar resolver aquello que sabemos que podemos resolver.

6. Salir del estancamiento

No todo es trabajo. Y, dentro del trabajo, no todo es rutina.

Salgamos de la inercia, cambiemos algo de vez en cuando, probemos cosas como equipo. Incluso esas tareas que consideramos más repetitivas y tediosas podemos darles la vuelta y enfocarlas desde otro punto de vista.

7. Crear un sentido de trascendencia 

Es importante para un equipo saber hacia adónde va, el porqué de su existencia, tener una visión común y conjunta y estar todos de acuerdo con ella. Podemos dedicar un tiempo a pensar en ello y podemos, también, valernos de más herramientas que nos ayuden, como pueden ser tener un nombre que evoque cómo trabajamos.


¿Cómo lo veis? ¿Os parece que estas reglas se pueden aplicar a relaciones de más de dos personas? Quizás no encontremos mecanismos para accionarlas todas o, simplemente no nos apetezca hacerlo, pero como poco esta traslación nos puede servir como punto de reflexión y es posible que nos ayude enfocar algunas situaciones de otra manera.

Gonzalo G.

Pragmatic Software Engineer ~ I share stories through code and prose

6 años

Muy bueno Manu, la verdad que temí por la comparativa con la pareja, especialmente temía si se profundizaba en la temática de las relaciones interpersonales, me intrigaba ver como jugabas con esa metáfora :D pero salvando lo jocoso, son topicos muy sencillos, sentido común y valorables. En definitiva todo es sentido común, creo que expandir los horizontes del solo ser máquinas que se sientan a trabajar es la clave para generar pertenencia, cohesión dentro del equipo. En otra escala, seguramente, están el sentido de pertenencia del equipo como un todo hacia la compañía que los alberga, porque por más que el equipo pueda sobre entenderse entre personas, si no se sienten valorados o se someten a otras presiones, surgen otros conflictos que pueden romper o afectar la cohesión "de la relación".

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