Año Nuevo, Nuevos Proyectos: Active Assailant Standard
Artículo publicado el 2 de enero de 2018 / Co-Autor Beatriz Gutiérrez López
El Año Nuevo nos ha traído varias nuevas noticias, pero queremos destacar una por la relación que tiene con la línea de trabajo que hemos desarrollado en mayor detalle en el ya pasado 2017.
En 2011 ASIS International, asociación internacional de referencia en materia de seguridad privada, publicaba el American National Standard ASIS/SHRM WVPI.1-2011 “Workplace Violence Prevention and Intervention”. En 2017 realizó una call for applications para la elaboración de una adenda a dicho documento, centrada específicamente en los denominados asaltos activos, incidentes armados que tienen lugar en organizaciones de diversa naturaleza, perfil y estructura. GrupoDC Solutions ha sido seleccionado para participar como miembro del Comité Técnico en la elaboración de este nuevo Standard, aportando la visión y contingencias del escenario europeo en la prevención y gestión de incidentes armados activos, tales como incidentes de tirador activo, ataques vehiculares o terrorismo.
El documento de trabajo de 2011 remarca la necesidad de incluir equipos multidisciplinares en las organizaciones para elaborar programas preventivos y de gestión de este tipo de incidentes, desde los puestos de gestión al departamento de recursos humanos y seguridad, pasando por asesoramiento legal, aseguramiento o departamento de comunicación y relaciones públicas. Los aspectos constitutivos de la organización serán determinantes en la definición de una política integrada de prevención e intervención, como también lo son los aspectos legales y de cumplimiento específicos de cada Estado. Así, el planeamiento para la prevención y gestión de actos violentos en el lugar de trabajo, y especialmente de incidentes armados, se debe adaptar según nos refiramos a una multinacional o a una pequeña o mediana empresa, del mismo modo que la Occupation Safety and Health Act estadounidense presenta elementos definitorios y diferentes de la legislación española en materia de Prevención de Riesgos Laborales.
Prevención. La prevención pasa por protocolos que definan los distintos escenarios posibles, elementos genéricos definitorios, elementos específicos de detección temprana y entrenamientos adaptados de respuesta. La creación de equipos multidisciplinares de evaluación de amenazas con conocimientos específicos en perfiles psicológicos e indicadores de riesgos, puede ser un elemento de gran utilidad en la alerta temprana, pero también lo es la formación del personal de la organización, tanto los departamentos de recursos humanos como contratantes en casos de amenazas internas como el personal de seguridad y personal laboral en la detección de conductas externas sospechosas. Del mismo modo, la prevención pasa por la creación de canales adecuados de comunicación de dichas sospechas de modo que puedan ser analizadas o por los departamentos de seguridad o, en su caso, escaladas a fuerzas y cuerpos de seguridad.
Intervención y gestión. Una vez iniciado un incidente violento, especialmente si se trata de un incidente armado como es un incidente con tiradores activos, los miembros de la organización se convierten en víctimas potenciales, pero paralelamente también en intervinientes inmediatos. Ello, como ya hemos reseñado en múltiples ocasiones, es un elemento clave en el desenlace del incidente y especialmente en la minimización del número de bajas, pero no es un proceso automático, sino que el dominio de competencias en gestión de incidentes violentos se adquiere a través del entrenamiento y ello a través de la inversión de la organización en la formación de su personal. Del mismo modo, no se darán las mismas circunstancias en caso de un incidente violento en un edificio de oficinas en un rascacielos, en un pequeño supermercado, o el caso de un trabajador en viaje de negocios envuelto en un incidente. El deber de cuidado de la organización como motivación ética y responsabilidad moral y jurídica es intrínsecamente el mismo, pero su configuración debe, por una parte, presentar una vertiente genérica orientada a la prevención y a las pautas genéricas de gestión, y por otra protocolos adaptados a las especificidades tanto de la organización como de los distintos perfiles de sus trabajadores. Por tanto, la prevención enlaza con la gestión, pues solo contando con herramientas pre-interiorizadas se puede automatizar una respuesta en caso de estrés como es una situación de incidente armado y gestionar el bloqueo. Protocolos como Run-Hide-Fight/Tell combinados con técnicas de control de hemorragias masivas con nociones de TECC son clave a la hora de contener el número de víctimas, y en este marco es clave que los miembros de las organizaciones, sea personal de seguridad, trabajadores o usuarios –del cliente ocasional al estudiante en un instituto de secundaria- cuenten con formación adecuada. Esto hace que el objetivo de esta formación sea cuanto más amplio mejor.
Continuidad de Negocio. Los daños para una organización que ha sufrido algún tipo de incidente violento pueden ser ingentes, tanto a nivel de cohesión interna de sus trabajadores como a nivel legal y reputacional. Por tanto la gestión del incidente y del post-incidente son también claves en estos sentidos. Respecto a los trabajadores, vuelve a entrar en lid el tema del deber de cuidado, en tanto en cuanto a poner los mecanismos necesarios para garantizar su seguridad a nivel preventivo, pero también contar con mecanismos de gestión psicológica del trauma, especialmente en los casos de incidente violento de mayor virulencia, como es el asalto armado. Reputacionalmente, es clave contar con herramientas estandarizadas de comunicación interna –gestión de la comunicación del incidente a nivel de organización en aspectos como evacuación y externa en términos de eficacia de la comunicación con primeros respondientes-, pero también de comunicación extra-organizacional durante el incidente y, especialmente, tras el incidente, controlando mensaje e información y diseñando estrategias de comunicación de cara, nuevamente, a superar el trauma y recuperar la provisión de servicios, gestionar la relación con los familiares de las víctimas, aniversarios, etcétera.
Tras tres años de experiencia empírica, práctica y docente con efectivos de seguridad privada, personal laboral y ciudadanos, hemos comprobado la efectividad de muchas de estas medidas, la necesidad de implantar las que no lo están y las consecuencias de su ausencia en aspectos como el incremento de tiempos de respuesta o los fallos de coordinación entre cadena de primeros respondientes y respondientes inmediatos. El desarrollo de una metodología clara y multidisciplinar de formación, análisis de datos y auditoría de vulnerabilidades y potencialidades son uno de nuestros principales assets. Es en este conjunto de aspectos donde esperamos aportar nuestra experiencia.
Un nuevo proyecto, en desarrollo, para un nuevo año.