Acelerando la cuarta revolución industrial en Latinoamérica con la impresión 3D
Latinoamérica bien podría estar en camino de convertirse en un hotspot para el uso de la impresión 3D en el proceso de fabricación de productos, gracias al reciente despliegue de esta tecnología por parte de varias empresas en México.
De acuerdo con IDC, Latinoamérica será una de las regiones más atractivas para el gasto en tecnología y servicios de impresión 3D de aquí al 2021, expandiéndose a una tasa de crecimiento anual compuesto de alrededor del 27 por ciento durante este periodo.
Impulsado por la cuarta revolución industrial, el uso comercial de las soluciones de impresión 3D en la producción ya se está convirtiendo en una constante que contribuye a liberar nuevas oportunidades, generar valor, y reorganizar la industria de la producción a nivel mundial, estimada en 12,000 billones de dólares.
Invertir en un mercado innovador
Latinoamérica está emergiendo como un importante mercado manufacturero en expansión. Al invertir aquí, los vendedores de impresión 3D están buscando impulsar la reinvención digital en toda la región y transformar la manera en que las empresas diseñan, producen y distribuyen los productos.
Desde el ámbito de la industria, la electrónica y la atención a la salud, hasta los bienes de consumo, la demanda por la rapidez, flexibilidad y eficiencia de la manufactura digital está creciendo. Con ese fin, la tecnología de impresión 3D ha evolucionado para mejorar significativamente la calidad, rapidez, y eficiencia de costos, al mismo tiempo que permite que los proveedores de servicios de manufactura digital innovadores, tales como Bojä3D, impriman prototipos y produzcan partes funcionales en la misma plataforma. Esto, a su vez, permite a los clientes reinventar sus empresas.
La impresión 3D también promete democratizar la manufactura, los procesos de diseño, y crear oportunidades para las personas en los mercados que se encuentran fuera de las regiones de manufactura tradicionales. Al permitir que los productores envíen diseños digitales a todo el mundo, ofrece la oportunidad de simplificar las cadenas de distribución que son sumamente complejas, y acercar la manufactura al consumo.
A un nivel más granular, los clientes ahora tienen acceso a las impresoras 3D que pueden producir partes funcionales a un nivel de vóxel individual –el equivalente en 3D de un pixel 2D en impresión tradicional. Además, algunos vendedores ahora están impulsando el modelo de Plataforma de Materiales Abiertos para ampliar la disponibilidad de nuevos materiales, reducir los costos de los mismos, aumentar la innovación, atender un grupo de aplicaciones más amplio, y así derribar las barreras para la adopción de la impresión 3D.
¿Cuál es el resultado de todo esto? Una habilidad sin precedentes para transformar las propiedades de las partes y producir piezas a la medida en masa.
Desde los autos que conducimos a los zapatos que vestimos (y todo lo que hay en medio), la manufactura digital está en camino de transformar nuestro mundo. Traer la tecnología de impresión 3D a Latinoamérica acelerará la cuarta revolución industrial y creará nuevas oportunidades para el crecimiento en toda la región.