Acentos, dialectos...
Esta semana estuve pensando mucho en algunas cuestiones que tienen que ver con la pronunciación. A menudo me preguntan qué acento es el que enseño, y qué pronunciación es “mejor”.
Este debate lo he tenido con colegas y supone también saber cómo pararse frente a esa lengua que estamos aprendiendo y reflexionar sobre ello. La realidad es que no existe un acento “mejor” que otro. Si pensamos esto, pensamos también que hay culturas mejores que otras y eso no es así. Todos los acentos tienen su música, sus particularidades que tienen que ver con la historia de los lugares, con la forma en la cual cada comunidad se fue apropiando de la lengua.
¿Qué acento o dialecto enseño?
Bueno, mi intención es siempre darte las herramientas para que conozcas las generalidades de la lengua, y poder mostrarte las particularidades de cada acento.
¿Qué “inglés” vas a elegir?
El tuyo! Es importante entender que hoy, por alguna razón histórica, estamos aprendiendo una lingua franca. Y es por ello que quizás tengas más intercambios en inglés con personas que no son de países angloparlantes. Es por ello que nuestro objetivo debería ser: sonar inteligibles. Es decir, poder hacernos entender y comunicar nuestros pensamientos y sentimientos a otres. Después de todo, ¿no es eso lo que buscamos: comunicar?
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Trabajar sobre la oralidad
Si queremos trabajar sobre nuestra pronunciación, una forma para hacerlo es la exposición. Es decir, escuchar muchas canciones, ver series, escuchar podcasts, y más. Así, al estar expuestos, nuestro cerebro se va acostumbrando a sonidos, y de manera un poco intuitiva vamos incorporando sonidos que en nuestra lengua no existen. Otra forma de hacerlo es rodearse de personas que hablen en inglés. Es por eso que siempre recomiendo que además de aprender inglés de forma particular, es necesario poder sumarnos a un grupo, para acostumbrarnos al sonido de otres hablantes, y también para perder la timidez.
Creo que es importante reflexionar sobre este punto, para bajar ansiedades y evitar frustraciones. Pero sobre todo, sentirnos orgullosos de todo lo que aprendemos y las decisiones que tomamos al momento de hablar.
Aprender una lengua es abrir puertas a nuevos mundos.
Fer