Actitudes Future Ready
“El futuro me interesa porque es el sitio donde pienso pasar el resto de mi vida” con esta ingeniosa frase de Woody Allen cerraba mi intervención en el Foro de Gestión 5.0 del Club de Excelencia en la Gestión -antes de verano- (que lejano parece, pero todavía reverbera).
Como futurista -La revista Forbes me incluyo en su lista de los top 40 futuristas de España en 2021 y 2022-, a mí me interesa, y a menudo utilizo herramientas de prospectiva estratégica, análisis de tendencias, y diseño de futuros. ¿Diseño de futuros?. Si, lo fascinante es que diseñamos futuros que nos diseñan, y esos futuros los creamos como creemos. Sin embargo, a la mayoría de los gestores, y directivos, la presión del día, del reporting trimestral, del EBITDA -presionado por vectores comerciales, financieros, regulatorios, tecnológicos, entorno VUCA-BANI- les empuja a un cortoplacismo, en el que lo urgente no nos permite ocuparnos de lo importante.
Horizonte 1 para explotar, defender y ampliar el core del negocio, Horizonte 2 para explorar y desarrollar nuevos negocios, y Horizonte 3 para descubrir y aprender e imaginar nuemos modelos de negocio distruptivos y exponenciales
En mi ponencia empecé desarrollando la gestión de horizontes como estrategia de Innovación, en este rumbo hacia el futuro: Un horizonte 1, a 12 meses vista de explotar el core del negocio con foco en sus variables críticas, defender y hacer crecer la cuota de mercado y el Cash flow operacional; un horizonte 2, a 3 años vista de explorar, de desarrollo de nuevos negocios, alianzas, - en el que ya encontramos la IA generativa, el blockchain, la innovación orientada a la sostenibilidad y más allá, un horizonte 3, a 5 años, en el que aprender, descubrir, curiosear, e imaginar disruptivos modelos de negocio impulsados por las tecnologías exponenciales que convergen en propuestas de vehículos autónomos, metaversos, robótica as a service e hidrogeno verde o biología sintética.
Si en vez de pensar en el corto plazo, nos fijamos en el largo plazo, -el largoplacismo- (Concepto muy bien desarrollado en la imprescindible lectura "What We owe the Future") hay tres posibles actitudes que merece una reflexión: La del soplador de vidrio, la del adolescente temerario, y la del explorador aventurero en tierras desconocidas. Vamos a descubrirlas, con sus implicaciones-.
En determinados momentos el futuro es “plástico”, dúctil, maleable ... hasta que cristaliza y se vuelve rigido .
El soplador de vidrio. Las personas que trabajan el vidrio de la manera tradicional, aprovechan el momento en que este es fluido, dúctil y maleable -un magma a altísimas temperaturas- para darle forma en filigranas increíbles. Esto es posible hasta que este se enfría, cristaliza… y se vuelve rígido y quebradizo. Del mismo modo, hay momentos en los que el futuro es “plástico”, dúctil, maleable - por ejemplo cuando un país está redactando su constitución, o en un periodo electoral: antes de votar nuestras decisiones pueden condicionar y moldear ese futuro; el dia después, el resultado es rígido, inflexible para los próximos años, a menos que “rompamos la urna” -presente quebradizo- y volvamos a votar. O la gestión de recursos, es fluida hasta que se compromete la biodiversidad y una especie se extingue. Ese futuro es ya rígido e inflexible e irreversible, por lo que a ese recurso se refiere..
La humanidad en su conjunto se está comportando como un adolescente temerario e irresponsable ante el cambio climático y la sostenibilidad medioambiental, sin reflexionar en las consecuencias futuras de las acciones actuales
El adolescente temerario -y algo irresponsable- inconsciente de las implicaciones a largo plazo de sus decisiones actuales, o que siendo consciente no le impide acometer algunas acciones o actitudes imprudentes sin considerar la siguiente derivada. Minimizando la percepción del riesgo, al igual que el alcance de las consecuencias de determinadas acciones. "¿Cómo perderse esa fiesta épica “ a la que va a ir todo el mundo”? que - ¡oh casualidad! ocurre el día antes del examen, cuya nota es crítica para acceder a la universidad -o antes de esa entrevista de trabajo que puede condicionar un desarrollo profesional-... y cuyo resultado hubiera resultado mucho mejor de haber llegado menos perjudicado tras haberlo dado todo en la fiesta. O las imprevistas secuelas de un accidente practicando un deporte extremo más allá de sus capacidades individuales, que le pueden acompañar toda la vida ( Ay… si lo hubiera sabido..) . La humanidad en su conjunto se está comportando como un adolescente temerario e irresponsable ante el cambio climático y la sostenibilidad medioambiental.
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Estamos haciendo apuestas contra la evidencia de los datos, con consecuencias persistentes a largo plazo e impactos en los que en 2050 alguien suspirara …(Ay .. si lo hubiéramos sabido; - Greta Thunberg, nos recordara que lo sabíamos, pero no le hicimos caso para no perdernos la gran fiesta de consumo desaforado)
Por último, la metáfora del aventurero que va a adentrarse en una expedición a una tierra -o planeta- desconocido en la que no sabe que se va a encontrar, qué peligros va a afrontar o qué ruta va a seguir, pero que ineludiblemente tiene que prepararse con los recursos disponibles, imaginando escenarios, extrapolando conocimiento de otros entornos, y estableciendo hipótesis que cubran o mitiguen los escenarios más probables y más peligrosos. Si miramos como era nuestra firma de vivir y trabajar hace un par de décadas -a finales de ese ya lejano siglo XX- sin móviles, sin Amazon, Google, Netflix, Youtube, Instagram, Whatsapp, Spotify, Linkedin…. y ahora miramos dos décadas hacia el futuro , ¿cómo nos preparamos para un futuro con nuevas realidades extendidas, gemelos digitales, asistentes virtuales dotados de Inteligencia artificial generativa, ciberseguridad cuántica…? Una tierra incógnita en la que ya estamos viviendo, aunque no le prestemos mucha atención.
¿Con cuál de estas actitudes te sientes más identificado? ¿El adolescente temerario? ¿El soplador de vidrio? ¿El explorador aventurero?
A cada segundo que pasa el futuro se convierte en presente, y este en pasado. Y aunque no sea lo más urgente, y esa presentación para la reunión del jueves sea prioritaria, no deberíamos dejar de planificar nuestra estancia, en ese lugar en el que vamos a pasar el resto de nuestras vidas.
Si te interesa el futuro, como a Woody Allen y a mí, te recomiendo la lectura de "Una Breve Historia del Futuro", co- escrita a 4 manos con el siempre sagaz Conrado Castillo Serna con relatos inspiradores sobre como viviremos, trabajaremos, amaremos, comeremos, jugaremos en ese futuro que se vislumbra tras el horizonte y al que nos acercamos aceleradamente.
QUEST GLOBAL Engineering
1 añoSiempre tan inspirador Ignacio (Nacho) Villoch! Gracias por tu fabuloso artículo.