Activa tus procesos creativos con las ideas trampolín

En la innovadora compañía 3M, el investigador Spencer Silver estaba en la búsqueda de un nuevo adhesivo, uno potente, pero en su proceso de experimentación se encontró con uno de baja adhesión al que no logró encontrarle aplicación práctica. Sin embargo, la chispa de la creatividad surgió cuando su colega, Arthur Fry, hojeaba un himnario del coro de su iglesia y se le ocurrió utilizar este adhesivo para crear unos marcapáginas. A partir de 1977, comenzaron a tomar forma los primeros prototipos de lo que se convertiría en un ícono mundialmente reconocido. Para 1981, el producto fue lanzado al mercado global con una importante campaña publicitaria. Estamos hablando de los famosos 'Post-It', las pequeñas hojas autoadhesivas (originalmente amarillas) que hoy en día son un elemento casi esencial en cualquier escritorio. Esta historia de ingenio e invención recuerda a muchos otros casos similares, donde ideas aparentemente irrelevantes han dado lugar a importantes innovaciones.

Existen diversas técnicas y enfoques destinados a estimular y activar los procesos creativos. Las técnicas de creatividad son métodos estructurados diseñados para estimular la generación de nuevas ideas y soluciones originales. En este contexto, la técnica de las 'ideas trampolín' se destaca como una herramienta para aprovechar al máximo el potencial creativo (de un equipo o individuo) y desencadenar un flujo constante de ideas innovadoras y soluciones creativas a los desafíos que enfrentamos.

El proceso creativo y la activación de la imaginación

La creatividad es un proceso dinámico que involucra la activación de la imaginación y la exploración de nuevas posibilidades. Al utilizar técnicas, como las 'ideas trampolín', los individuos pueden romper con patrones de pensamiento convencionales y acceder a un nivel más profundo de creatividad.

Esta técnica se basa en la premisa de que ninguna idea es insignificante. Incluso las ideas aparentemente absurdas o poco convencionales pueden servir como punto de partida para la generación de soluciones innovadoras. Al mantener la mente abierta y explorar todas las ideas, por descabelladas que parezcan, se crea un ambiente propicio para la creatividad.

La técnica de las 'ideas trampolín' también fomenta la colaboración y el intercambio de ideas entre los miembros de un equipo. Al construir sobre las ideas de los demás y combinar diferentes perspectivas, se potencia la inteligencia colectiva y se amplían las posibilidades creativas.

El relato de Spencer Silver y Arthur Fry nos recuerda que todas las ideas tienen potencial, incluso aquellas que inicialmente parecen inútiles o tontas. En un mundo donde la tecnología y las circunstancias cambian constantemente, lo que hoy parece absurdo podría convertirse en una solución revolucionaria mañana. ¿Quién habría predicho hace unas décadas atrás que podríamos realizar transacciones bancarias desde la comodidad de nuestros hogares con solo un click?

Integrando las 'ideas trampolín' en el proceso creativo

Para integrar eficazmente la técnica de las 'ideas trampolín' en el proceso creativo, es importante fomentar un ambiente de apertura y aceptación. En un entorno de trabajo colaborativo, mantener la mente abierta a las ideas de los demás puede impulsar la inteligencia colectiva del equipo. Los moderadores y líderes desempeñan un papel fundamental al fomentar este enfoque, evitando la censura prematura de ideas que podrían convertirse en catalizadores de la creatividad. La máxima de "nunca deseches una idea" cobra especial relevancia en este contexto.  Es importante ver cada idea como un trampolín hacia nuevas posibilidades. Incluso aquellas ideas que parecen absurdas o inútiles a primera vista podrían servir como punto de partida para algo inédito. Mantener este principio en mente no solo fomenta la creatividad individual, sino que también fortalece la dinámica de equipo al promover un ambiente donde todas las contribuciones son valoradas. Cuando un miembro del equipo construye sobre la idea de otro, se crea un efecto multiplicador que puede conducir a resultados excepcionales.

Cuando me toca dirigir talleres (de reducción de costos, de solución de problemas, o con cualquier otro fin) donde se aplican técnicas de lluvias de ideas, procuró no descartar ideas, ni yo ni nadie del equipo. Es cierto que al final del ejercicio terminamos con un montón de ideas ‘tontas’, pero también es cierto que obtenemos resultados por encima de promedio. Cuando alguien en el equipo intenta desechar una idea les recuerdo que no hay que ‘matar’ ideas. Los resultados se notan cuando alguien basándose en la idea de otro dice las palabras mágicas buscadas: “construyendo sobre tu idea que pasaría si…”. “Y si, sumando a tu idea, además hacemos esto o aquello”, “y si combinamos esas dos ideas”,  o cualquier frase parecida. Eso son las ‘ideas trampolín’ en acción.

De lo "tonto" a lo brillante

Un cambio de perspectiva puede transformar por completo una idea. Lo que para algunos podría ser considerado una tontería, para otros podría representar la pieza faltante del rompecabezas. A menudo, solo se necesita un pequeño ajuste en el enfoque para convertir una idea descartada en una innovación brillante. La historia de los 'Post-It' es un recordatorio de que la genialidad a menudo se esconde detrás de lo que inicialmente parece trivial.

El poder de las 'ideas trampolín' en el trabajo en equipo

Nunca deseches ideas, alguien más la puede usar como ‘idea trampolín’. Al fomentar la apertura, la colaboración y la exploración de nuevas ideas, esta técnica desbloquea un potencial creativo ilimitado y genera soluciones innovadoras a los desafíos que enfrentamos. Incorporar las 'ideas trampolín' en nuestras prácticas creativas puede ser el impulso necesario para alcanzar nuevos niveles de innovación y excelencia. La próxima vez que te encuentres frente a una idea aparentemente descabellada, recuerda que podría ser tu trampolín hacia un proyecto exitoso.