Activar a los observadores se debe y se puede hacer para reducir los casos de bullying
Este es el segundo artículo de una serie en la que comentaré algunos resultados específicos del 2º Barómetro b-resol de conflictos en el ámbito educativo publicado en septiembre de 2020, con datos obtenidos entre mayo y junio de dicho año, por tanto, del curso 2019-20 y ya en una situación de pandemia y elevado confinamiento en los últimos meses. Al final del artículo se dan más detalles del origen de las respuestas: una muestra de 4.614 adolescentes, distribuidos entre 34 centros educativos, de España y Andorra, en los que se dispone de b-resol.
En este caso me voy a centrar en la figura del observador o espectador.
Se trata de un rol intrínseco al acoso escolar, juntamente con el de acosador o acosadores y el de víctima, como estableció de manera diáfana Dan Olweus en su ya clásico círculo del bullying.
Son “el público” de toda acción sistemática de acoso.
Y aunque los acosadores son especialistas en esconder sus acciones de la vista de los adultos, sí que necesitan imperiosamente visibilidad entre los suyos. Sin este público, el acoso pierde sentido para el acosador.
Y, efectivamente, los resultados del barómetro b-resol así los reflejan:
“Por cada víctima de acoso escolar, ha habido un promedio de 7 testigos”.
Adicionalmente, el barómetro -resol también nos indica que:
“Casi la mitad de los alumnos han sido testigos de algún caso de bullying a lo largo de su educación”.
Comprobamos pues la realidad de este rol en nuestros centros educativos.
Desde nuestro punto de vista está claro pues que “activar” a estos observadores, especialmente a los supuestamente neutrales y a los que les disgusta la situación, pero que demasiado a menudo (por temor, por desconfianza, por miedo, por el qué dirán…) no ayudan a la víctima, es un paso de la mayor importancia para la reducción de los casos de bullying.
Y es en este punto donde mencionamos un punto, no del barómetro, pero si de las estadísticas del uso de b-resol, que nos indica que, ya con una base de más de 4.000 alertas realizadas en centros educativos:
“El 80% de los clicks de alerta de b-resol los realizan los compañeros de la víctima”.
Se consigue que alerten, que pidan ayuda para su compañero y, sobre todo, en fases iniciales con lo que muchas veces no se llega a producir un caso de bullying estrictamente.
¡Es posible activar a los observadores!
¡Es posible reducir los casos de acoso escolar!
¿Cómo?
Nuestra conclusión es que la app de b-resol les aporta a los observadores un elemento de confianza y seguridad, que incluye el anonimato si lo desean, para alertar a sus docentes de confianza desde cualquier lugar, en cualquier momento, a cualquier hora.
Y b-resol se usa en centros que trabajan activa y modélicamente en aras de la Convivencia. Con programas de prevención y formación, preparados para actuar cuando sea necesario.
Quiero aprovechar para poner de manifiesto la importancia de todos los proyectos que refuercen este paso delante de los observadores. Por ello felicito la nueva campaña de la ACB con Iñaki Zubizarreta, grande en todos los sentidos, que sin duda tendrá repercusión muy positiva en esta deseada activación.
No quiero finalizar sin volver a felicitar a los centros, clubs deportivos, organizaciones y administraciones que proporcionan la solución b-resol a los adolescentes. Una mejor sociedad en el futuro se construye desde el ahora y tomando decisiones.
Si deseas unirte a ellos, no lo dudes, contáctanos.
Un saludo,
Josep Figols Marín
Socio cofundador y CEO de BCN RESOL.
Ficha técnica del 2º Barómetro b-resol de conflictos en el ámbito educativo.
Los resultados se obtuvieron a partir de las respuestas de 4.614 adolescentes, 4.059 en España y 555 en Andorra.
Los centros educativos participantes fueron 34, todos implementan b-resol. De ellos, 29 en España (15 centros privados concertados y 14 institutos públicos) y 5 en Andorra (2 públicos del Sistema Andorrano y 3 Congregacionales del Sistema Español).
Más del 85% de los estudiantes pertenecen a la Educación Secundaria Obligatoria ESO o a la “Segona Ensenyança” andorrana.