Adiós y GRACIAS D. Aurelio
Ayer por la noche, una amiga y compañera, Lidia Mora, me dio una noticia triste, el fallecimiento de D. Aurelio Desdentado Bonete.
A pesar de que la noticia de su fallecimiento es triste, ayer me hizo recordar varias anécdotas de mi época universitaria, que me hicieron sonreír.
Estudié Derecho en la Universidad Carlos III, contaba con un grupo de amigos/amigas excepcionales, entre ellos, Raquel García y Rocío Plaza; pues bien, las tres nos matriculábamos en todas las asignaturas que tuvieran que ver con Derecho Laboral, nos gustaba esta rama del Derecho, y prueba evidente de ello, es que Raquel y yo somos laboralistas.
Tuvimos la suerte de tener a D. Aurelio como profesor, las tres éramos de esas alumnas que siempre asistían a clase, atendíamos, participábamos, pues nos gustaba la asignatura, pero también nos lo pasábamos bien, y algún día hablábamos más de la cuenta, y le dábamos un poco de “guerra” a D. Aurelio.
El primer día de la asignatura de derecho procesal laboral nos vio entrar a las tres, nosotras para no varias, llegábamos hablando y riendo, y al vernos nos dijo ¿señoritas Plaza, García y Romero Vds. aquí? ¿en esta clase?; nosotros con nuestra mejor sonrisa, contentas de que nos reconociera y que se alegraba de vernos, le dijimos, “si, D. Aurelio, aquí estamos otra vez con Vd.”, y su respuesta fue: “muy bien!!!!! pues entonces les voy a decir donde se van a sentar Vds. en mis clases”. Nosotras con cara de “poker” y con las miradas del resto de alumnos sobre nosotras, (nadie daba crédito!!! ¿que en la Universidad un profesor te diga donde te tienes que sentar? ¿Cómo?).
Él sabía que las tres teníamos algo que decir sobre su decisión de indicarnos donde nos teníamos que sentar, así que antes de que pudiéramos articular una palabra, ya nos había buscado el sitio: separadas por 4 filas de asientos y en diagonal, imposible que nos pudiéramos comunicar entre nosotras.
Al terminar la clase, las tres ya reunidas nuevamente, nos reíamos, pues era difícil dejarnos sin palabras y neutralizar nuestras reacciones y él lo había conseguido en décimas de segundo, como si ya lo tuviera planeado, así que pasamos todo el curso donde él nos ubicó, sin rechistar.
Otra anécdota que me vino a la cabeza ayer, fue cuando me suspensión derecho sindical con un 4,95.
Por supuestísimo, fui a la revisión.
Cuando vi el examen, le dije “D. Aurelio, no me lo puedo creer ¿de verdad que me va a suspender Vd. con un 4,95? Vd. me conoce perfectamente, voy a todas sus clases, atiendo, participo, …” ; su respuesta como siempre me dejó sin palabras “Srta. Romero, por todo eso, es por lo que voy a mantener el 4,95; con este examen Vd. debería haber sacado como mínimo un 8, y eso es lo que espero de Vd.”.
Salí de la revisión como “la niña del exorcista”. Me presenté en septiembre al examen de derecho sindical y mi nota fue de 8,50. Según D. Aurelio, lo esperado de mí.
Así que creo que D. Aurelio, aunque él no lo haya sabido, fue un poco responsable de que yo sea abogada laboralista, y aunque es tarde, he querido escribir esto para darle las gracias.
Adiós D. Aurelio y GRACIAS.
HR & Labour Relations Manager (BU) at STEF. Relaciones Laborales y Recursos Humanos
3 añosVaya. Triste noticia. Descanse en paz.
Abogada laboralista - Socia en RB Legal
3 añosLydia Mora y Raquel Garcia