AGROPECUARIA, El arte de trabajar 400 horas/mes para alimentar a personas con intereses opuestos.
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AGROPECUARIA, El arte de trabajar 400 horas/mes para alimentar a personas con intereses opuestos.

Por Alexandre Barbosa de Brito, Médico Veterinario, PhD en Nutrición Animal

En este mes decidí comentar sobre un tema importante, que tiene parte del noticiero actual en el mercado LAM: "Cómo pensamos en la producción de proteína hoy y si estamos siendo eficientes en pasar a la población lo que realmente hacemos". Este asunto me ocurrió después del acceso a una publicación, a través del mensaje de Twitter® de Sonny Perdue, que ya fue el gobernador del estado de Georgia y hoy es el actual Secretario de Agricultura de Estados Unidos desde 2017.

Georgia es un estado notoriamente reconocido por su potencial agropecuario en los Estados Unidos, concentrando buena parte del PIB del agronegocio de aquel país (Trading Economics). En esta publicación, el secretario está con una camiseta que contiene un texto, que en una traducción libre, trae el siguiente mensaje: "AGRICULTURA - EL ARTE DE PERDER DINERO, CUANDO TRABAJA 400 HORAS/MENSUALES PARA ALIMENTAR PERSONAS QUE PIENSAN QUE USTED ESTÁ INTENTANDO MATARLAS ".

Por supuesto que este es un mensaje de protesta del secretario de agricultura estadounidense y me gustaría aprovechar este contenido para reflexionar sobre algunos asuntos que guían el mercado latinoamericano hoy, como aquellas acciones que involucran la polémica sobre la alteración del plan de registros de defensivos agrícolas, restricciones de exportación de carnes y reacciones extremistas sobre el consumo de fuentes proteicas.

Sobre la frase del señor Perdue, me gustaría iniciar mi comentario con un enfoque más grande en su primera parte: ¿Este trabajo fuerte está trayendo resultados? En general, la agroindustria latinoamericana está fundamentada en un pilar de eficiencia productiva. Este sector crea aproximadamente, en Brasil, 37% de todos los empleos, correspondiendo en 2017 a 5,30% del producto interno bruto (PIB), siendo el único sector que registró elevación del PIB en 2017. El crecimiento fue del 13% comparado con año de 2016, siendo que el sector de servicios creció apenas el 0,3% y la industria no creció (MAPA 2018).

Brasil participa de un selecto grupo de países que poseen las mejores técnicas productivas de la cadena de proteínas en todo el mundo. Este es el principal foco de la agroindustria, producir más con menos recursos, estableciendo un concepto virtuoso y ecológico, pues posibilita el menor volúmen de recursos para la producción del mismo volúmen de alimento. Para la agricultura, este concepto tiene su auge en la productividad por área plantada; y en la producción animal por la búsqueda en eficiencia alimentaria.

Comparando datos de 1996 con los valores actuales de conversión alimenticia para pollos, teníamos un valor de 1,80 kg de alimento para producir 1,00 kg de pollo para animales criados de 1-42 días. Eso hoy se redujo a 1,55 kg de alimento para el mismo volumen de carne producida. Esta reducción genera un ahorro de 50 toneladas de alimento para la producción del mismo pollo de 2 kg por cada 100 mil aves sacrificadas. Para los cerdos, comparando datos del mismo año de 1996 con los valores actuales de conversión alimenticia de 63-150 días de edad, teníamos un valor de 2,85 kg de alimento para producir 1,00 kg de porcino. Eso hoy se ha reducido a 2,55 kg de alimento para el mismo volúmen de carne producida. Esta reducción genera una economía de 23 toneladas de alimento para la producción de la misma ganancia de peso de 76 kg en el período de 63 a 150 días para cada 1000 cerdos sacrificados.

Estas cifras demuestran la real vocación de nuestra región LAM: alimentar a la población creciente del mundo.

Reitero que hoy somos 7.5 billones de personas en el planeta y que en el 2030 seremos 10 billones (FAO 2018). Este crecimiento será sostenido fuertemente por África, un continente que posee un déficit en el consumo energético per cápita enorme. Actualmente el continente africano consume 2624 kcal/habitante/día - dato registrado en 2013 - representando un déficit de 176 kcal para la atención de los requerimientos nutricionales mínimos de un ser humano con más de 18 años de edad (FAO 2018).

El avance científico, el mercado consumidor e inversión (gubernamental y privado) genera un sector fuerte. Nuestra balanza comercial del agronegocio brasileño en abril de 2018 registró un superávit de US $ 7,59 billones, lo que garantizó un resultado positivo en la balanza comercial total de Brasil (FIESP 2018). La marca se atribuye a la producción de soja, maíz, café, azúcar y naranja, además del gran mercado de carnes. Brasil exportó, en 2017, US $ 7.2 billones en carne de aves, 5,7% más que en 2016 (VALOR 2018), US $ 5.1 billones de carne bovina (CANAL RURAL, 2018) y US $ 1.5 billones de carne de cerdo, con una reducción en volúmen, comparado con el 2016, pero hubo una evolución de valores totales del 9,8% (CANAL RURAL, 2018).

Por último, me gustaría comentar sobre la última parte de la frase del señor Perdue: ¿Estamos vendiendo este concepto de forma adecuada a la población? En mi opinión, la respuesta a esta pregunta es: ¡no!

Si se pregunta al mercado consumidor laico sobre el uso de hormonas o antibióticos en el mercado de carnes, el consumo de productos con defensivos agrícolas, entre otros asuntos polémicos, estoy seguro de que la gran mayoría de las respuestas estará más cercanas de conceptos extremistas que de la verdad científica. Para tener una idea, a cerca la polémica sobre defensivos agrícolas que sucede hoy en Brasil, sinceramente no importa dónde estos productos sean registrados. Lo que tiene gran relevancia es cómo serán evaluados científicamente y por quién! ¿Cuál es el avance en la inocuidad y/o de la productividad que estas nuevas moléculas traerán?

En el análisis de datos de la FAO (2018), el mundo utilizó 3,8 millones de toneladas de defensivos agrícolas en 2015 (último año disponible para este dato en el sitio consultado). De este saldo, los mayores volúmenes quedaron en los países de mayor producción de granos (Figura 1). Pero un dato realmente importante, sería el volumen de defensivos agrícolas utilizados por hectárea plantada. No existe gran diferencia entre los principales países productores de granos europeos frente a Brasil, estando muy por debajo del volumen de mercados exigentes como Japón (Figura 2).

FIGURA 1. (A) Volumen de defensivos agrícolas utilizados en el mundo (por área agrícola, kg/hectárea), Volumen de (B) soja y (C) maíz producido por pais (en toneladas). Fuente: FAO (2018).

Al analizar el sector de carnes, la seguridad alimentaria (definición técnica para producción de alimentos seguros y exentos de contaminantes físicos, químicos y biológicos) es prerrogativa fundamental. Existe hoy en Brasil un fuerte sistema montado para atender los requisitos más rigurosos del mundo para la producción de carnes. El Servicio de Inspección Federal (S.I.F.) tiene la responsabilidad de asegurar la calidad de productos de origen animal comestibles y no comestibles destinados al mercado interno y externo. Actualmente, el SIF tiene actuación en más de 5 mil establecimientos brasileños (MAPA, 2018).

En todas las plantas de sacrificio con sello del S.I.F. existe un equipo de veterinarios, concursados, presentes en la planta a tiempo completo, pagados por el Gobierno Federal, con un único objetivo: garantizar la calidad de los productos allí producidos. No existe en Brasil otro sector con controles más estrictos que el de producción de alimentos.

FIGURA 2. Volumen de defensivos agrícolas utilizados en países con importancia en la producción de alimentos, (por área agrícola, kg/hectárea). Fuente: FAO (2018).

Al finalizar este relato, no estoy a favor ni en contra de la apología del uso de defensivos agrícolas, antibióticos en las dietas animales, etc... Pero soy favorable a la evolución científica que nos ayude a producir más proteínas con menor volumen de recursos, pues eso es lo que La Tierra con 10 billones de personas requerirá. El secreto para lograrlo de forma segura está en la búsqueda constante por la evolución científica.

Adoptar esta práctica (productos pensados para garantizar más eficiencia) en nuestro día a día, y saber "vender" este concepto a una sociedad que asume un carácter cada vez más participativo es nuestro sector es deber nuestro, como productores, trabajadores e investigadores del agronegocio.

Parte Integrante de la Columna Mensual de Gessulli (ver más en la Revista):

AVICULTURA INDUSTRIAL y SUINOCULTURA INDUSTRIAL

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