Aguas Calmas

Decía mi madre, Carmen Rondón, que nunca las aguas mansas han hecho a marineros expertos. No podría estar mas de acuerdo con tal idea.

Sobre todo cuando en mi esquema de gerencia, dirección y formación la idea de estar “incómodos”, en “aguas turbulentas”, y manejarse con solvencia en esas lides es esencial para constituir un equipo, organismo, unidad e incluso empresa exitoso(a).

El uso de la palabra Incomodo no es un accidente. Viene de la reflexión de que he observado en las últimas tendencias un enfoque hacia lo entretenido, lo divertido, lo light, lo cool, lo new age, lo cómodo pues. Todos deben estar calmados y felices. Todo debe ser entretenido. Todo debe ser políticamente correcto. Nadie se debe incomodar y menos ofender de modo alguno. Un paraíso de oficina.

Y el paraíso es una quimera, lo cual es sólo otro palabra bonita para significar Mentira.

Si Ud ve una relación de pareja en la que nunca hay una diferencia, siempre hay armonía, nunca hay un disgusto y todo es paz y amor. Le informo entonces, que eso no es una relación, eso es una actuación.

Lo mismo pasa con estos enfoques que proponen jamas incomodar a nadie. Son sencillamente irreales.

Ya es popular mi expresión, al menos en la oficina lo es, la cual dice:

“No creo en programadores felices”

Esa expresión viene de que si Ud ve a los desarrolladores tranquilos tooooodooooo el largo día, relajados, sin estrés, en una, digamos aparente, falta de presión; lo mas probable es que ese programador no este haciendo su mejor esfuerzo.

¿Por qué? Por que no puede ser que TODO le este saliendo de maravillas, que no exista motivo para un gesto de incomodidad, de rabia, de impotencia, de ganas de patear la computadora.

No puede ser que todo discurra en paz y perfecta calma. Si así es, entonces no se está haciendo el debido trabajo. En informática, y sobre todo en programación, el trabajo es solucionar problemas, y la solución de problemas, por ser variopintos y novedosos estos últimos con frecuencia, suele derivar en más de una merecida rabieta.

Y son efectivamente estos momentos de rabietas e incomodidad los que nos obligan a crecer, a tener esa sensación de carencia, a no estar complacidos…

son los que nos hacen saber que debemos cambiar, superarnos a nosotros mismos, a dar lo mejor de si.

Si no somos puestos en circunstancias que nos obliguen a crecer, a movernos, seguiremos complacidos y sedentarios. Cómodos.

Bonitos y Gorditos, muchachos, Bonitos y Gorditos.

Pero resignadamente mediocres.

Así que quedan en aviso:

“Abandone toda esperanza aquel que entre aquí”

Así rezaba mi placa de la oficina en INSISTO, en la gerencia de Desarrollos.

No espere eufemismos, baja o nula presión, estándares bajos de calidad, poca exigencia, un trabajo adaptado sólo a sus talentos, frases adecuadas y dulces en todo momento.

No. No espere nada de eso.

Los que de allí salimos vivos, lo hicimos fortalecidos. Titanes, dioses y mejores.

Buenos navegantes. Grandes marineros.

Que vengan las aguas turbulentas.

¿Problemas?... me encantan!!!.