Ahora te toca a ti…quiero creer y creo (y 5) by Pablo Albert

Parece que ya hemos salido de la “burbuja veraniega” a la que una extraña y complicada primavera nos empujó; parece que la vuelta al cole nos quiere enseñar que “ahí fuera” hay un mundo real que nos toca afrontar; y todo ello nos invita, o mejor dicho nos obliga, a reflexionar sobre cómo debemos afrontar la crisis económica y social que este Covid19 nos deja. Ya que no supimos, o no pudimos, afrontar adecuadamente su llegada, debemos tratar de afrontar adecuadamente sus “efectos secundarios”.

Nos explican los expertos en marketing de las redes profesionales que en ellas no debemos hablar de política, y yo, que soy un hombre clásico cumplidor de la norma, no voy a hablar de política… no sólo porque lo recomienden los gurús del marketing sino porque sinceramente creo, y lo digo con mucho pesar, que nuestros políticos no han estado a la altura y en lugar de centrarse en analizar cuáles son las medidas a tomar para afrontar la crisis y salir más fuerte de ella, se han limitado a desarrollar estrategias partidistas encaminadas a incrementar, o al menos no perder, votos (por supuesto siempre hay honrosas excepciones…y todos coincidimos en el nombre de dicha excepción).

En principio, el hecho de que no parezca que nuestros gobernantes sean capaces de liderar nuestra difícil lucha es un mal comienzo, porque es una actitud muy latina, y por tanto muy nuestra, esa de pensar que los problemas los crean y los tienen que solucionar “los de arriba”: el empleado quiere que lo arregle el jefe, el jefe quiere que lo arregle el dueño, el dueño quiere que lo arregle el ministro, el ministro que lo arregle el presidente, el presidente que lo arregle Europa…

Pero afortunadamente los tópicos no siempre se cumplen, y a los que nos gusta la historia sabemos que cuando la cosa se complica, los de arriba no guían y parece que está ya todo perdido, los españoles gritamos ¡Todos a una, Fuentevejuna!, sacando lo mejor de nosotros para embarcarnos en un proyecto común. Así lo hicimos en el descubrimiento de las américas sin saber siquiera si tras Finisterre el mundo se acababa; también cuando el mercadeo de nuestros gobernantes nos llevó a depender de otros grandes imperios europeos y tuvimos que defender nuestro modo de vida (pese a las similitudes, me estoy refiriendo a la España de inicios del siglo XIX); de nuevo cuando a principio del siglo XX los gobernantes se enfrascaron en ineficaces discusiones y el españolito “de a pie” hubo de coger el petate para sacar adelante a su familia y a su país, marchándose allende las fronteras para afrontar nuevos proyectos cuyos beneficios retornaría a España; del mismo modo en la mitad del mismo S XX, después de una guerra fratricida en la que, muy resumidamente, nos embarcaron unos gobernantes incapaces de ponerse de acuerdo en la solución de los problemas, los españoles aunamos esfuerzos y fuimos capaces de modernizar un país y crear una clase media capaz de superar la marea. Ya en 1975, y a este hecho histórico hay que otorgar la mucha importancia que tiene porque nos sobran los indocumentados desagradecidos incapaces de valorar lo que la generación que nos ha arrebatado este dichoso Covid19 hizo por todos nosotros, los españoles supimos superar desavenencias, darse la mano y afrontar la crisis económica y social que un cambio de régimen conllevaba.                  

Pues bien, aunque es evidente que la sociedad ha cambiado y que se manejan parámetros y herramientas que antes no se tenían, de nuevo nos tenemos que enfrentar como país a una situación económica y social muy deteriorada como consecuencia de una paralización global de seis meses, y, como a lo largo de la historia hicieron muchos compatriotas, AHORA NOS TOCA A NOSOTROS, TE TOCA A TI. Ya habrá tiempo de que rindan cuentas aquellos que no han dado la talla, ya habrá tiempo de enviar de vuelta a casa a aquellos que en lugar de estadistas fueron estáticos, ya habrá tiempo de lanzar reproches a los que sólo buscaron excusas, pero ahora NOS TOCA remar juntos desde el puesto que cada uno ocupe o que pueda ocupar, nos TOCA mirar adelante y en la misma dirección, NOS TOCA, en definitiva, no preguntarnos qué nos debe España y la sociedad sino preguntarnos qué debemos a España y a la sociedad y empezar a pagar esa deuda …y quiero creer y creo que entre todos afrontaremos con éxito este proyecto común.