Alergia en los caballos: Conócelo
La alergia en los caballos es uno de los problemas que más recurrentemente pueden poner en cuestión la salud de estos animales. Además, el fenómeno del cambio climático, al prolongar las temporadas cálidas y la incidencia de insectos y ácaros, supone un incremento de esta clase de enfermedades. Por lo tanto, los riesgos están muy presentes, prácticamente, entre abril y octubre.
Los orígenes de las alergias en los equinos y su sintomatología asociada son muy diversos. Por eso, resulta fundamental que te informes concienzudamente para proteger a tus caballos de los alérgenos más peligrosos.
A continuación, profundizamos en las causas y soluciones de los procesos alérgicos de estos mamíferos. Presta atención.
¿A qué se debe la alergia en los caballos?
En primer lugar, has de tener en cuenta que la alergia es un mecanismo defensivo del sistema inmunitario que se pone en marcha ante determinadas amenazas para su funcionamiento. La prevalencia de estas reacciones no es igual en todos los caballos, sino que tiene que ver con la predisposición genética.
Cuando las defensas del sistema inmunitario perciben la presencia del alérgeno, liberan sustancias en su organismo. Este proceso está correlacionado con el desarrollo de infecciones. De la misma manera que la reacción fisiológica está encaminada a neutralizar los efectos del alérgeno, se genera un trastorno en el organismo que puede afectar, como comprobarás, a la salud de tu equino.
Tu caballo puede padecer distintos tipos de alergias. Estas pueden darse, por ejemplo, por contacto con plantas o productos de limpieza. Las alimentarias, por su parte, tienen que ver con el consumo de nutrientes que no son tolerados por el caballo. Los picores en la piel se producen en ambas alergias, pero la alimentaria también puede conllevar inconvenientes gastrointestinales, diarreas e, incluso, adelgazamientos excesivos. Destacamos que las inyecciones de ciertos medicamentos también pueden propiciar reacciones alérgicas.
La dermatitis atópica, por otro lado, es una alergia relacionada con la incidencia de sustancias que flotan en el aire, como el polen. Los ácaros también influyen en este tipo de ambientes. En algunas coyunturas, su presencia está ligada a la estacionalidad. El forraje y el heno pueden ser caldos de cultivo especialmente propicios para estos alérgenos. De hecho, los hongos pueden aparecer en estos contextos y ocasionar procesos alérgicos en los caballos. Esta alergia suele ocasionar problemas respiratorios. Los notarás en síntomas como los estornudos recurrentes o el handshaking.
La hipersensibilidad a los insectos es una de las alergias más potentes. En este caso, se da por la liberación de histamina para contrarrestar los efectos nocivos de la saliva de los mosquitos en el organismo equino. El desequilibrio corporal que se origina va asociado a la aparición del prurito. El caballo se rasca de manera compulsiva para aliviar los escozores y se provoca heridas de consideración, caída del pelo, etc.
¿Cómo puedes prevenir estas alergias en los equinos?
Ya te hemos advertido de que el calentamiento global está aumentando los escenarios de riesgo alérgico para tus cuadrúpedos. Por lo tanto, tomar precauciones resulta esencial para evitar tener que tu veterinario de confianza te tenga que echar una mano con el tratamiento de una alergia equina.
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Una primera prevención consiste en mantener la higiene en los espacios habituales de tu caballo, como el establo y su box. Si limpias la paja y su cama, minimizarás los riesgos de aparición de ácaros y mosquitos. Lo mismo podemos decirte acerca de los excrementos, que son focos de estos parásitos. Y ten un especial cuidado con las humedades que puedan surgir. Son caldos de cultivo óptimos también para las infección de hongos.
Pero las amenazas de los alérgenos no están solo dentro de los recintos que albergan a los caballos, sino también en exteriores. Sobre todo, en las zonas donde los mosquitos Culicoides, causantes de la dermatitis estival equina, se hacen fuertes. Nos referimos, sobre todo, a donde tienen sus criaderos, como en las orillas de los estanques.
Evita, por tanto, pasear a tu caballo cerca de estas áreas acuosas. Y, como estos mosquitos tienden a picar, en nubes de multitud de individuos, en las horas crepusculares, te recomendamos que no lo saques a hacer ejercicio en ese horario.
Consejos para tratar las alergias equinas
Si tu caballo ya está en pleno desarrollo alérgico, lo primero que te aconsejamos es que no lo mediques por tu cuenta. Tienes que dirigirte al veterinario para que distinga la alergia de otros procesos infecciosos o enfermedades.
Una vez diagnosticada la alergia, es el momento de tratarla con diversos productos, que pueden ir desde los aceites esenciales a la cosmética específica para la eliminación de los hongos. Los casos más graves son los que comprenden la aparición de lesiones como los habones, las descamaciones, etc.
Cuando la piel se ha deteriorado, vale la pena, en primer lugar, acondicionar la herida mediante el limpiador micelar de Maktuk. Una vez aplicado este producto, ya es el momento de dejar actuar durante la crema regenerante antipicores.
Por una parte, alivia los picores que no dejan descansar a tu caballo. Por otra parte, sus ingredientes naturales contribuyen a la agilización de la síntesis del colágeno, que es una sustancia clave para la reconstitución de los tejidos. De este modo, el cierre y la cicatrización de la herida van a ser más rápidos y efectivos.
Y merece la pena, además, tomar una precaución adicional para que tu caballo no vuelve a padecer los dolores del prurito. En este sentido, puedes echar mano de nuestro protector con base en geranio y citronella. Es un repelente que ha demostrado su eficacia a la hora de ahuyentar a los insectos que están detrás de las dermatitis alérgicas estacionarias.
En definitiva, la alergia en los caballos es uno de los principales males que les afectan. Te hemos dado una serie de consejos para que su sintomatología no haga mella en tus equinos, pero, si la acaban sufriendo, también te hemos recomendado productos cosméticos mediante los que puedes aliviar su sufrimiento y acelerar su curación.