Alimentación ecológica y riesgo de cáncer

Se denomina alimento ecológico, alimento orgánico o alimento biológico, al producto agrícola o agroindustrial que se produce bajo un conjunto de procedimientos denominados “ecológicos”.

En general, los métodos ecológicos evitan el uso de productos sintéticos, como pesticidas, herbicidas y fertilizantes artificiales.

En la Unión Europea las denominaciones ecológicobiológico y orgánico, para los productos agrícolas y ganaderos destinados a la alimentación humana o animal, se consideran sinónimos. Su uso está protegido y regulado por los Reglamentos Comunitarios 834/2007 y 889/2008.

Los prefijos eco- y bio- también están protegidos y regulados en todos los idiomas de la Unión. En cada país hay costumbre de usar uno u otro término. Por ejemplo, en España está más extendido el uso de ecológico.

Las ventajas que se atribuyen a los productos ecológicos, al no tener pesticidas, herbicidas y otro tipo de tratamiento químico, se consideran más saludables y por tanto más beneficiosos.

La lógica nos hace suponer que esto es así, pero se disponen de pocos datos objetivos, para demostrarlo.

Muy recientemente se ha publicado un importante trabajo, que llega a la conclusión, que las personas que siguen durante años una alimentación ecológica, tienen menos riesgo de cáncer.

Association of Frequency of Organic Food Consumption With Cancer RiskFindings From the NutriNet-Santé Prospective Cohort Study.

Estudio que se inició en Francia en el año 2009 y se terminó a finales del 2016.

A través de una web, se conectó con voluntarios que quisieron participar en el trabajo. Se les hizo cumplimentar una amplia lista de sus hábitos de vida, en los más mínimos detalles. Se comprometían a su vez, a remitir periódicamente su consumo semanal completo de alimentos y complementos, especificando los que eran “eco”.

La calidad de la dieta se calculó usando una versión modificada de la ya validada por el Ministerio de Sanidad de Francia, el llamado “Programme National Nutrition Santé Guideline Score”.

También se tuvieron en cuenta los ingresos totales de la unidad familiar en la que estaba el participante en la encuesta, así como su nivel social y formación académica o estudios relacionados.

La población que siguió el programa fue de 68.946 personas adultas (78% mujeres). La edad media fue de 44,2 años (+/- 14.5 años).

A lo largo de los años del estudio, en este colectivo se produjeron 1.340 casos de cáncer. Los tipos de cáncer más frecuentes fueron: 459 de mama; 180 de próstata; 135 de piel; 93 de colon-recto; 47 linfomas no Hodgkin y 15 linfomas de otros tipos.

Al revisar las personas a las que se había manifestado un cáncer y a qué grupo de alimentación pertenecían, es decir al de alimentación normal o al grupo de alimentación principalmente ecológica, se vio que:

La alimentación ecológica estaba inversamente asociada al riesgo del total de cáncer, con un índice de riesgo (HR = Hazard Ratio) de 0.75. Es decir, en términos globales, un 25% menos de casos de cáncer en el grupo con alimentación ecológica.

Es uno de los primeros estudios que acomete este problema de forma importante y con un rigor científico, dentro de ciertas limitaciones.

La principal objeción al trabajo, como admiten los propios autores, es que el estilo de vida y alimentación reportada por cada participante, es el indicado por el mismo, sin estar controlado por los autores del estudio.

Además de que es un estudio que únicamente se siguió durante unos seis años. Hacer un trabajo con este enfoque no es fácil, pues siempre se depende de la veracidad de los datos que aporten los participantes.

Sin embargo, creemos que ir introduciendo en nuestra dieta productos ecológicos, va en buena dirección.

No obstante, además de la contaminación alimentaria procedente de cultivos no controlados ecológicamente, no podemos olvidar tampoco otros tipos de contaminación que inciden en la salud de las personas. Entre otros, contaminación atmosférica, radiactiva, hídrica o incluso la provocada por alimentos preparados o la cocción de envasados con plastificantes.

Un muy simple consejo, en las grandes ciudades, si al esperar cruzar un paso peatones, en vez de hacerlo en el borde de la acera, se hace unos metros hacia atrás, se respirará un 30% menos de gases procedentes de los tubos de escape de los vehículos.

Merece la pena tenerlo en cuenta.

Dr. Juan Sabater-Tobella

Presidente de EUGENOMIC®. European Specialist in Clinical Chemistry and Laboratory Medicine (EC4). Member of the Pharmacogenomics Research Network. Member of the International Society of Pharmacogenomics and Outcomes Research. International Delegate of the World Society of Anti-Aging Medicine.

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