Altas parciales voluntarias por parte del trabajador

No puedo negarlo, tengo el corazón dividido, por un lado, me parece interesante el debate sobre la propuesta por parte del gobierno sobre revisar el modelo de altas tras una baja, pero por otro lado pienso que son medidas más estéticas que efectivas.

Es indudable que el modelo español prevé que un día determinado eres incapaz de realizar ninguna tarea temporalmente (incapacidad temporal), y otro día de golpe y porrazo eres 100% capaz para realizar todas tus tareas encomendadas. La lógica, y probablemente algún médico, nos dirá que, por lógica médica, la recuperación tras una patología es paulatina y evolutiva, no de cero a cien en un solo día, sino que cada día iremos mejorando hasta alcanzar el 100% de nuestra capacidad. Es ahí donde ahora el médico nos da el alta.

La propuesta prevé que 𝘂𝗻 𝘁𝗿𝗮𝗯𝗮𝗷𝗮𝗱𝗼𝗿 𝗱𝗲 𝗺𝗮𝗻𝗲𝗿𝗮 𝘃𝗼𝗹𝘂𝗻𝘁𝗮𝗿𝗶𝗮 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗮 𝗽𝗲𝗱𝗶𝗿 𝗲𝗹 𝗮𝗹𝘁𝗮 𝗽𝗮𝗿𝗰𝗶𝗮𝗹 𝘆 𝗿𝗲𝗶𝗻𝗰𝗼𝗿𝗽𝗼𝗿𝗮𝗿𝘀𝗲 𝗮𝗹 𝘁𝗿𝗮𝗯𝗮𝗷𝗼 𝗽𝗼𝗿 𝗲𝗷𝗲𝗺𝗽𝗹𝗼 𝘂𝗻 % 𝗱𝗲 𝘀𝘂 𝗷𝗼𝗿𝗻𝗮𝗱𝗮 𝗼 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗹𝗮 𝗿𝗲𝗮𝗹𝗶𝘇𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲 𝗮𝗹𝗴𝘂𝗻𝗮 𝘁𝗮𝗿𝗲𝗮 𝗰𝗼𝗻𝗰𝗿𝗲𝘁𝗮.

La simple noticia de que algo se mueve en el complicado mundo de la gestión de las bajas y el absentismo ya es una buena noticia “per se”, porque no podemos negar que los datos muestran un crecimiento constante que debería hacernos repensar, así que bienvenido el debate.

Sobre la medida propuesta, permítanme 𝘀𝗲𝗿 𝗰𝗮𝘂𝘁𝗼, 𝗽𝗿𝘂𝗱𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗼 𝗶𝗻𝗰𝗹𝘂𝘀𝗼 𝗲𝘀𝗰𝗲́𝗽𝘁𝗶𝗰𝗼, pues el propio sistema según dice se centra en la 𝘃𝗼𝗹𝘂𝗻𝘁𝗮𝗿𝗶𝗲𝗱𝗮𝗱 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮 𝘁𝗿𝗮𝗯𝗮𝗷𝗮𝗱𝗼𝗿𝗮, y eso, salvo raras excepciones no modificará mucho la situación actual, y si no, fijémonos en uno de los cambios legislativos que quizás más ha afectado al incremento constante de la duración de las bajas médicas.

Un día, el legislador tuvo a bien, para descargar de tareas administrativas a los servicios públicos de salud, poner la duración estimada de la baja según la patología y en función de esta duración establecer frecuencias diferentes para la revisión y los necesarios partes de confirmación.

Sobre el papel la idea no tiene defectos, y parece super acertada para reducir la carga de los médicos y con todo el sentido del mundo no hacer ir cada semana o cada quince días a por el parte por ejemplo a un paciente con un proceso oncológico o una cardiopatía. Sentido común y muy acertado.

Y ¿cuál ha sido el impacto real de esta medida?

Pues desgraciadamente, como era de prever, cuando el médico pone la duración estimada en el parte de baja, la persona trabajadora no entiende que es una estimación, sino que, textualmente, “el médico me ha dicho que son XX días”, lo que no es absolutamente cierto, pues la duración estimada significa que “se estima”, o que “aproximadamente”, o que “entorno”, pero en ningún caso “que son XX días”. Y aunque el léxico es claro, la interpretación popular y extendida es que “como mínimo” son esos días los que ha dicho el médico.

Es posible que de esta última expresión se deduce el mayor impacto que tuvo esta medida, porque en cuanto se hace la estimación de la duración de una patología en base a su promedio, parece bastante obvio que corres el riesgo (o la certeza) de que conviertas el promedio en el mínimo y que por tanto el promedio suba irremediablemente.

Aun así con esta situación, cualquier nueva idea es bienvenida, pero soy poco optimista que muchas más personas trabajadoras, algunas que ya lo hacen hoy, seguirán haciéndolo, opten voluntariamente a esta medida, porque siendo así, ¿𝗽𝗼𝗿 𝗾𝘂𝗲́ 𝘆𝗮 𝗻𝗼 𝗼𝗽𝘁𝗮𝗻 𝗽𝗼𝗿 𝗮𝗹𝗴𝘂𝗻𝗮 𝗮𝗹𝘁𝗮 𝗰𝗼𝗻 𝗿𝗲𝗵𝗮𝗯𝗶𝗹𝗶𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗼 𝗮𝗹𝘁𝗮 𝘃𝗼𝗹𝘂𝗻𝘁𝗮𝗿𝗶𝗮 𝗮𝗻𝘁𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗱𝘂𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻, 𝗺𝗮𝗹 𝗹𝗹𝗮𝗺𝗮𝗱𝗮, “𝗲𝘀𝘁𝗶𝗺𝗮𝗱𝗮” 𝗾𝘂𝗲 𝗲𝗹 𝗺𝗲́𝗱𝗶𝗰𝗼 𝗽𝗼𝗻𝗲 𝗲𝗹 𝗽𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗯𝗮𝗷𝗮?

Como en casi todo en nuestro estado de bienestar, el problema no es la prestación, no es el sistema, sino la incapacidad para controlar y evitar ciertos abusos, que como en todas las prestaciones públicas se dan, y no por ello debemos poner en cuestión la esencia de la prestación y la bondad del sistema.

𝗢𝗿𝗴𝘂𝗹𝗹𝗼𝘀𝗼 𝗱𝗲 𝗲𝘀𝘁𝗮𝗿 𝗲𝗻 𝘂𝗻 𝗽𝗮í𝘀 𝗲𝗻 𝗾𝘂𝗲 𝗲𝗹 𝗲𝘀𝘁𝗮𝗱𝗼 𝗱𝗲 𝗯𝗶𝗲𝗻𝗲𝘀𝘁𝗮𝗿 𝗺𝗲 𝗽𝗲𝗿𝗺𝗶𝘁𝗲 𝗲𝘀𝘁𝗮𝗿 𝗲𝗻𝗳𝗲𝗿𝗺𝗼 𝘀𝗶𝗻 𝗽𝗿𝗲𝗼𝗰𝘂𝗽𝗮𝗿𝗺𝗲 𝗱𝗲 𝘀𝗶 𝗹𝗹𝗲𝗴𝗼 𝗮 𝗳𝗶𝗻 𝗱𝗲 𝗺𝗲𝘀, de si pago la hipoteca o las extraescolares de nuestros hijos.

Y bienvenido el debate sobre nuevas medidas, que cómo mínimo nos hacen enfocar hacia nuevas oportunidades para entre todos poder mejorar la salud de las personas trabajadoras y reducir el absentismo.

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