Análisis de cómo se han visto afectados los principales Indicadores Económicos de EEUU por el COVID-19 (datos actualizados a 31/12/2020)

Un crecimiento económico sostenible se dará cuando el PIB, la inflación y el empleo crezcan de manera análoga, a lo cual contribuyen los bancos centrales aplicando la política monetaria idónea en cada periodo para controlar la inflación. En una etapa de crecimiento económico, el consumo aumenta dando lugar a la inflación, de forma que los bancos centrales elevarán los tipos de interés, desincentivando por tanto el consumo con lo que se elude el incremento de la inflación y se ralentiza el crecimiento económico.

Si por el contrario la inflación decrece (deflación), las familias y empresas pospondrán las compras, lo que podría desembocar en recesión y su consecuente desempleo. En ese caso, los bancos centrales aplicarían una política monetaria expansiva (bajada de tipos de interés).

Por todo ello, es importante analizar los indicadores que siguen los bancos centrales para determinar la política monetaria a aplicar y los indicadores relacionados con el consumo, que supone el 69% del PIB de EEUU, por lo que serán indicadores adelantados de la evolución de la economía y podremos así anticipar el movimiento que se producirá en el precio de los activos financieros. Desde el lado de la demanda, la inversión supone un 19% en el PIB de EEUU, el gasto público un 18% y las exportaciones netas un -6%.

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A fin de analizar los indicadores adelantados más relevantes, procedo a detallarlos a continuación:


LEADING INDICATOR

Índice compuesto por otros 10 indicadores que mostró en el mes de marzo una bajada del -7,4% reflejando así una situación recesiva, mientras que las variaciones en los meses de mayo y junio fueron de 3% y 3,1% respectivamente, sin embargo, el índice ha ido en decremento hasta mostrar una variación del 0,6% en el mes de noviembre, exhibiendo así la debilidad de la actividad económica.

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Respecto a los indicadores que lo constituyen, destaca en importancia el diferencial entre las TIR del bono americano a 10 años y la TIR del bono americano a c/p. Dado que actualmente la pendiente es positiva, se esperaría una subida de los tipos de interés del Banco Central a mediados de 2022 y con ello el steepening de la curva.

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INDICADORES DE INFLACIÓN

La Oferta Monetaria, cantidad de dinero que hay en circulación en una economía, se ha visto enormemente incrementada como consecuencia de la crisis sanitaria. Entre las decisiones que ha tomado la Fed sobre política monetaria para respaldar el flujo de crédito a hogares y empresas y que han contribuido a modificar la oferta monetaria se encuentran las siguientes: compras de al menos 500.000 millones de dólares en valores del Tesoro y al menos 200.000 millones de dólares en valores respaldados por hipotecas residenciales y comerciales de agencias; reducción del rango objetivo del tipo de interés de los fondos federales de 0 a 0,25%; financiación (Discount Window), crédito intradía y eliminación del requisito de reservas para las instituciones bancarias; incremento del efectivo que está dispuesto a prestar en el mercado de repos a plazo y a día y reverse repo a una tasa de oferta del 0%; establecimiento de facilidades de crédito para consumidores, empresas, municipios y un Programa de préstamos de Main Street para respaldar los préstamos a las pequeñas y medianas empresas (cuya fecha de expiración será el día 8 de enero). Además, en la reunión del FOMC (Comité Federal de Mercado Abierto) del pasado 16 de diciembre, indicaron que la Fed continuará aumentando sus tenencias de valores del Tesoro en al menos 80.000 millones de dólares por mes y de valores respaldados por hipotecas de agencias en al menos 40.000 millones de dólares por mes.

En febrero, la variación del agregado monetario M2 respecto al año anterior era de 6,8%; pasando a ser en marzo, momento en el que la OMS declaró el COVID-19 como pandemia, del 10,2%; un 16,9% en abril y ha continuado incrementándose con fuerza hasta situarse en un 25,1% a cierre de noviembre. A 31 de diciembre las tenencias totales por transacciones de mercado abierto de la Fed (SOMA) ascienden a 6.687.077 millones de dólares.

Por su parte, el PIB cayó en el primer trimestre a una tasa anualizada del -5% respecto al último trimestre de 2019 como consecuencia de las restricciones tomadas para frenar la propagación del virus, dado que gran parte de los componentes del PIB incluyendo el gasto del consumidor, cayeron bruscamente. En el segundo trimestre, la economía estadounidense sufrió la mayor contracción anualizada de su historia cayendo un -31,4% junto con el consumo personal, que se redujo un -33,2% anualizado, contrastando con el tercer trimestre, en el que el PIB logró un crecimiento récord al recuperarse a una tasa anualizada del 33,4% fruto del proceso de reapertura de la economía junto con el incremento de la demanda interna, destacando el consumo privado que se alzaba un 41%. Con todo ello, el crecimiento de la oferta monetaria a una mayor velocidad que el crecimiento del PIB desembocará en un aumento de la inflación a medio plazo.

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En referencia al Índice de precios de producción (PPI), encuesta a 30.000 empresas que muestra los cambios en los precios que han pagado por los bienes utilizados en su cadena de producción, cayó en febrero un -0,5% respecto al mes anterior, un -0,4% en marzo y un -1,3% en abril, influenciado por el precio del petróleo West Texas que se desplomó en el mes de abril hasta los 18,84 dólares por barril. A partir de ese momento, los precios pagados por los fabricantes se vieron incrementados a la vez que el precio del crudo también se ha recuperado, con un incremento del PPI del 0,1% en el mes de noviembre y un precio por barril de 48,52$ a cierre de diciembre, por lo que sería de esperar que ese incremento del precio del crudo se continuara viendo reflejado con posterioridad en el Índice de precios de producción y en la inflación.

En cuanto al Índice de precios reales de importación, se vio reducido en los meses de marzo y abril con caídas del -2,4% y -2,6% respectivamente, recuperándose posteriormente con incrementos del 1,3% y 1,2% en junio y julio. Desde entonces, el aumento ha ido perdiendo intensidad, subiendo un 0,1% en el mes de noviembre. Por el lado de los precios de exportación, en el mes de abril sufrieron una importante caída con un -3,5% a lo que siguió una tendencia alcista, aumentando en el mes de noviembre un 0,6% lo que puede deberse a la volatilidad en la demanda como consecuencia del Covid 19 y que posteriormente conlleve un incremento de los precios domésticos (inflación indirecta).

Por último, otra forma de medir las expectativas del mercado sobre la inflación futura es mediante la diferencia entre la TIR nominal de un bono no indexado a la inflación y la TIR real de un bono indexado a la inflación de igual vencimiento y emisor. Dado que el rendimiento de los bonos no indexados es nominal y los tipos de interés nominales se calculan como la suma de los tipos de interés reales más las expectativas de la inflación futura, podremos esperar que el repunte en el Break-Even de inflación conlleve una caída de los precios de los bonos no indexados y sean por tanto más atractivos los TIPS (Treasury Inflation Protected Securities).

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Breakeven=TIR del bono del gobierno americano a 5 años – TIR del bono del gobierno americano a 5 años ligado a la inflación

 

INDICADORES DE EMPLEO

En el indicador “Nonfarm Payrolls”, que mide el número de empleados con nómina no agrícola, se pudo ver en marzo el impacto del COVID-19 con una disminución de -1.373.000 puestos de trabajo respecto al mes anterior y de -20.787.000 puestos en abril, siendo éste el mayor descenso desde la Gran Depresión. En mayo se inició la recuperación con un incremento de 2.725.000 empleados, producto del primer y mayor paquete de ayudas en la historia de EEUU de 2,2 billones de dólares aprobado el 27 de marzo. Este paquete incluyó pagos de hasta 1.200 dólares por persona, aumentó los beneficios de desempleo, ofreció préstamos, subsidios y exenciones impositivas tanto a grandes como a pequeñas empresas e inyectó liquidez a estados, gobiernos locales y al sistema de atención médica. Sin embargo, desde el mes de julio se ha podido observar una ralentización en el aumento de personas empleadas y una contratación muy inestable, principalmente en el sector servicios, incrementándose en el mes de noviembre en 245.000 personas. Este menor incremento reflejaba el agotamiento de las ayudas por parte del gobierno  por lo que el pasado 21 de diciembre, el Congreso aprobó el segundo gran paquete de ayudas por un importe de 900.000 millones de dólares.

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Por su parte, las peticiones iniciales de desempleo alcanzaron su nivel máximo en el mes de marzo, con 6.867.000 solicitudes. Desde abril se vieron enormemente reducidas como consecuencia del paquete de ayudas aprobado el 23 de abril, que consistió en 480.000 millones de dólares con el que la Fed proporcionaba préstamos y líneas de crédito a las empresas y que posteriormente, el 4 de julio, aprobaría la extensión del Programa de Protección de Cheques para pymes. Esta recuperación se pudo observar hasta el mes de noviembre con 716.000 solicitudes, lo que conllevó a un aumento de la confianza de los consumidores y por tanto del consumo y del crecimiento económico. Contrasta de esta forma el dato correspondiente a diciembre, que ha ascendido a 787.000 personas (llegando la segunda semana de diciembre a las 892.000 solicitudes), lo que podría mostrar una desaceleración en la recuperación y hacer necesario el segundo gran paquete de ayudas mencionado anteriormente.

En referencia al indicador ADP National Employment Report, que se basa en datos contables de nóminas pagadas a los empleados, sufrió una caída en el mes de abril de -19.408.000 empleados respecto al mes anterior. Desde ese momento, el número de empleados se vio fuertemente ampliado en el mes de junio con 4.485.000 empleados más que en el mes de mayo. Sin embargo, la mejora ha perdido tracción, incrementándose en el mes de noviembre tan solo 307.000 empleados.

Respecto a la tasa de desempleo, alcanzó su nivel más crítico en el mes de abril situándose en el 14,7% rompiendo el máximo del 10,8% alcanzado después de la Segunda Guerra Mundial, resultado de los cierres impuestos por los estados y los gobiernos locales en marzo. A partir de entonces, la tasa de desempleo se vio muy reducida hasta el mes de octubre con un 6,9% dado que en mayo se inició la reapertura y esto impulsó la actividad, aunque la demanda de servicios continuó débil y por ello los despidos seguían siendo elevados. Sin embargo, el 6,7% alcanzado en noviembre muestra un claro debilitamiento de la tendencia de recuperación. En línea se encuentra el indicador Continuing Jobless Claims, conocido como desempleo registrado, que desde el mes de abril con 22.377.000 personas desempleadas ha caído con fuerza hasta octubre con 6.798.000 desempleados y sigue reduciéndose aunque en menor medida, situándose el dato de la tercera semana de diciembre en 5.219.000 personas desempleadas.

Por último, la media de horas trabajadas semanalmente por empleado se vio reducida en el mes de marzo desde 34,4 a 34,1 horas, para luego incrementarse y mantenerse actualmente en las 34,8 horas desde el mes de septiembre, dato máximo en la historia de este indicador. El aumento de las horas trabajadas podría asociarse a un posible comienzo de recuperación, lo que conduciría posteriormente a la creación de empleo.


INDICADORES DEL SECTOR INMOBILIARIO

El indicador “Existing home sales”, ventas de viviendas de segunda mano, sufrió una de las mayores caídas durante el mes de mayo descendiendo a una tasa mensual anualizada del -17,84% con 3,91 millones de viviendas, muy cerca del mínimo de 3,45 millones viviendas alcanzado en el año 2010. A partir de ese momento, ascendió con gran intensidad durante los meses de junio y julio y ha continuado incrementándose aunque en menor medida, dando señales del fin de la recesión. Sin embargo, el último dato correspondiente al mes de noviembre con 6,69 millones de viviendas, ha reflejado una reducción del -2,48% respecto al mes anterior, mostrando indicios de debilidad. Por otro lado, el precio de la vivienda media de segunda mano se vio acelerado en el tercer trimestre con incrementos interanuales del 9,1% y 10,2% en los meses de septiembre y octubre respectivamente.

En cuanto al indicador “New Home sales”, ventas de viviendas nuevas, mostró el mayor descenso provocado por la pandemia en el mes de marzo cayendo a una tasa mensual anualizada del -14,53%. Posteriormente, la demanda de vivienda se recuperaría con fuerza de mayo a julio motivada por el fácil acceso a los créditos hipotecarios con tipos de interés en niveles históricamente bajos junto con la nueva tendencia desencadenada a raíz del teletrabajo, que se caracteriza por la búsqueda de viviendas más grandes a las afueras de la ciudad dado que trabajando desde casa, no hay necesidad de vivir en el centro de la ciudad y se puede vivir en lugares de mayor tamaño con un menor coste. En cambio, desde el mes de agosto han disminuido hasta situarse en 841.000 ventas en el mes de noviembre, una caída anualizada del -11% respecto al mes de octubre.

Por su parte, el indicador de construcciones iniciales “Housing starts” sufrió una caída anualizada del -26,4% en el mes de abril (934.000 viviendas), con un aumento posterior entre los meses de mayo a julio en un esfuerzo de equipar la oferta a la demanda. De septiembre a noviembre continuó su mejora pero a un ritmo más lento, subiendo en noviembre un 1,24% (1.547.000 de viviendas). La mejoría de este indicador podría mostrar el inicio de la recuperación de la economía, aunque algo de débil. En línea se encuentran los permisos de construcción “Building Permits”, que en el mes de noviembre se sitúan en 1,635 millones de permisos, un incremento anualizado del 5,89% respecto a octubre.

El índice NAHB de la Asociación Nacional de Constructores de viviendas de EEUU, que muestra la confianza de los promotores y cuyo rango de resultados va de cero a cien, se situó en los meses de abril y mayo por debajo de 50 (en 30 y 37 respectivamente), lo que indicaba que la mayoría de los constructores veían el sector en recesión. Desde el mes de junio se ha situado muy por encima de 50, alcanzando 90 en el mes de noviembre mostrando así la mejoría en el sector, lo que contrasta con el dato de diciembre que ha presentado una reducción hasta situarse en 86.

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INDICADORES DE CONSUMO

El ingreso personal sufrió una disminución en el mes de marzo del -1,8% respecto al mes anterior para luego incrementarse un 12,4% en abril, resultado de la aprobación del primer paquete de ayudas de 2,2 billones de dólares, lo que además dio lugar a un incremento récord de los ahorros personales, alcanzando la tasa de ahorro personal un máximo histórico del 33,5% en el mes de abril, lo que permitió a algunas familias poder pagar sus deudas. Sin embargo, en el mes de octubre cayó un -0,6% respecto al mes anterior y un -1,1% en noviembre lo que conlleva por tanto un descenso en el consumo.

En cuanto al indicador de ventas al por menor, que representa un tercio del consumo, cayó en el mes de marzo y abril un -8,2% y -14,7% respectivamente, derivado de los cierres obligatorios de las empresas lo que redujo la demanda de determinados productos y por tanto los ingresos de los concesionarios de automóviles, tiendas de ropa, artículos deportivos y muebles, restaurantes y bares, lo que contrasta con el incremento de ingresos de las tiendas online, tiendas de alimentación y farmacias. Posteriormente, se incrementaron un 18,3% en mayo con la reapertura de los negocios ya que los estadounidenses incrementaron su gasto motivados por las ayudas del Gobierno y además a causa de esas ayudas las quiebras se vieron significativamente reducidas. Las ventas al por menor continuaron subiendo aunque en menor medida hasta septiembre, cuando el descenso del programa de ayudas y el incremento de contagios comenzaron a frenar la actividad económica llevando a un incremento del desempleo. En el mes de octubre bajaron un -0,1% y en noviembre se ha reafirmado esa disminución cayendo un -1,1%, lo que muestra una situación recesiva consecuencia de las nuevas restricciones a las empresas y órdenes de quedarse en casa.

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Respecto al gasto personal, mostró la mayor caída en el mes de abril con un -12,7% respecto al mes anterior y a partir de ese momento se fue recuperando con fuerza durante los meses de mayo y junio, continuando su incremento hasta el mes de octubre aunque con menor tracción, pues en octubre creció tan solo un 0,3%, sin embargo, en el mes de noviembre ha descendido un -0,4%.

Por último, el indicador “Conference Board Consumer Confidence”, encuesta sobre una muestra de 5.000 hogares, disminuyó en el mes de abril en 33 puntos llegando a 85,7 para recuperarse principalmente en el mes de junio con un 98,3 y en septiembre con 101,30. En cambio, en el mes de noviembre perdió 8,5 puntos con 92,9 y en diciembre 4,3 puntos (88,6) lo que refleja un cambio en el hábito del consumidor y anticipa una caída del gasto de las familias de forma que el nuevo paquete de ayudas de 900.000 millones de dólares ayudará a incrementar el gasto de los consumidores y conllevará un incremento del número de empleados.


ENCUESTAS

Respecto al indicador ISM Manufacturero, encuesta que abarca el 60% de los componentes que mide el PIB, descendió a 49,1 en marzo y hasta 41,5 en el mes de abril consecuencia de la pandemia con caídas en la producción y en los nuevos pedidos a la vez que se extendía el plazo de entrega de los proveedores. A partir del mes de mayo inició su recuperación fruto de la disminución de las restricciones alcanzando un 54,2 en el mes de julio dando señales de expansión en la producción y en los nuevos pedidos junto con la reducción del plazo de entrega de los proveedores, recuperación que se vio impulsada por el restablecimiento del comercio internacional. Sin embargo, el ISM ha disminuido en noviembre 1,8 puntos hasta 57,5 mostrando indicios de desaceleración por la caída de nuevos pedidos y del empleo seguido de ampliaciones en los plazos de entrega, todo ello motivado por el incremento de contagios y la reimposición de restricciones en todo el mundo. En línea se encuentra el indicador “NY Empire State”, encuesta realizada a fabricantes y empresarios de la ciudad de Nueva York que ha descendido desde el mes de septiembre (17) para situarse el dato de diciembre en 4,9 mostrando así el impacto en la oferta a causa de una demanda interna y externa más débil.

Por su parte, los inventarios cayeron en los meses de marzo (-1,1%), mayo (-1,2%) y junio (-1,3%), mientras que a partir del mes de julio se incrementaron para situarse en el mes de octubre en un 1,1%; mostrando así una situación de menor crecimiento. En cambio, en el mes de noviembre se han reducido respecto a octubre en un -0,1% lo cual es un indicio del aumento del consumo unido al incremento de la producción lo que conlleva la recuperación del empleo.

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El indicador “Chicago PMI” se situó durante los meses de abril a junio por debajo de 42, lo cual se considera una situación recesiva, alcanzando un mínimo en el mes de mayo en 32,3. Desde entonces, se recuperó hasta el mes de septiembre llegando a 62,4; pero tanto en octubre como en noviembre cayó hasta alcanzar 58,2. Dado que este indicador es una encuesta a los responsables de compras de las empresas, son ellos los primeros en experimentar la reducción del consumo, disminuyendo así las compras de materiales con la consecuente desaceleración de la producción. Sin embargo, en el mes de diciembre el PMI ha ascendido hasta 59,5 lo que anticipa la subida de las ventas dado que los responsables de compras incrementarán las compras de materias primas para aumentar la producción. Si el sector manufacturero está recuperándose y creciendo, lo más posible es que la economía lo esté haciendo también.

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En cuanto al indicador “ISM Manufacturing Report on Business Prices Index”, precios pagados por las empresas, se redujo llegando a 35,3 en abril, mes a partir del cual ha ido en ascenso hasta el mes de noviembre, que ha reducido una décima hasta alcanzar 65,4. Ese continuado incremento de los precios conllevaría un aumento de la inflación.


INDICADORES DE LA ACTIVIDAD INDUSTRIAL

En relación al indicador de producción industrial, que muestra el volumen bruto mensual de los bienes producidos por 300 industrias, ha exhibido un enorme deterioro en la actividad industrial efecto del Covid-19, cayendo un -4,37% en marzo y un -12,68 % en el mes de abril, sufriendo principalmente la producción de vehículos (que retrocedió un -99% respecto a marzo), maquinaria y petróleo (reduciéndose la perforación de pozos de petróleo en un -26,4%), debido a la descomunal caída de los precios del crudo. En el mes de mayo se inició la recuperación con la reanudación de la producción de vehículos (se vio incrementada en un 2.832,5%), textil, muebles y transporte aéreo, aumentando la producción industrial un 6,24% en junio y un 4,18% en julio, sin embargo, desde entonces los incrementos han sido menores por la ralentización de la demanda tanto interna como externa, incrementándose en el mes de noviembre un 0,4%, lo que posteriormente se reflejará en el PIB.

El indicador “Durable Goods Orders” es una encuesta sobre los nuevos pedidos recibidos por más de 4.000 fabricantes. En el mes de marzo y abril cayó un -16,7% y -18,3% respectivamente, para incrementarse después un 15% en el mes de mayo. Desde ese momento ha continuado aumentando pero en menor medida, siendo el último dato correspondiente al mes de noviembre un aumento de tan solo 0,9% respecto al mes anterior. Este debilitamiento puede implicar una falta de confianza empresarial y puede predecir un descenso en la producción y por lo tanto en el empleo. En línea podemos apreciar el indicador “Factory orders”, que alcanzó el mínimo histórico en el mes de abril cayendo un -13,5% respecto al mes anterior para recuperarse un 7,7% en mayo, momento a partir del cual el incremento fue perdiendo fuerza, incrementándose en el mes de octubre un 1% respecto al mes anterior.

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Referente al indicador de utilización de la capacidad “Capacity Utilization % of Total Capacity” pasó del 73,56% en marzo al 64,24% en abril por la contracción en la actividad industrial y fue desde ese momento cuando se fue elevando hasta situarse en el mes de noviembre en el 73,31%. Sin embargo, la industria continúa por debajo de la utilización de la capacidad anterior a la crisis sanitaria, pues en noviembre de 2019 se situaba en el 77,57%. Una utilización por debajo del 80% puede conllevar una situación recesiva con el posterior incremento del desempleo.

En cuanto al indicador de la productividad no agrícola, cayó un -0,3% anualizado durante el primer trimestre respecto al último trimestre de 2019, contrastando con el importante incremento experimentado durante el segundo trimestre del 10,6% y un 4,6% en el tercer trimestre. Un aumento de productividad conlleva el aumento de la capacidad de la empresa para producir más manteniendo el mismo nivel de trabajo junto con mayores ingresos reales y la consecuente reducción de la inflación. 

 

CONCLUSIONES

Tras analizar los diferentes indicadores económicos, se ha podido observar como todos ellos han avanzado interconectados mostrando en los meses de marzo y abril profundas caídas que conformaban una economía en recesión tras el estallido de la crisis sanitaria declarada como pandemia el 11 de marzo, con una contracción del PIB del -31,4% anualizado en el segundo trimestre. Con la aprobación de más de 3 billones de dólares en ayudas del Gobierno, el consumo, la producción y el empleo comenzaron a recuperarse y la economía experimentó un crecimiento récord del 33,4% anualizado en el tercer trimestre. Sin embargo, en el cuarto trimestre se ha podido observar una pérdida de tracción provocada por el incremento de contagios y la consecuente imposición de restricciones nuevamente junto con el agotamiento de las ayudas del gobierno, lo que ha llevado a un decremento del consumo cuyo principal efecto es la disminución de los beneficios de las compañías, que reducirán la producción y por tanto conllevan un incremento del desempleo.

Con el nuevo paquete de ayudas aprobado en diciembre, cabe esperar que los indicadores seguirán la misma senda de recuperación que experimentaron en el segundo trimestre, aunque la recuperación total del PIB será difícil y llevará un mayor periodo de tiempo dado que los niveles de empleo precovid no se han recuperado todavía. El proceso de vacunación ayudará a la vuelta gradual de la normalidad y traerá la mejora de la economía unida al incremento de la inflación en el medio/largo plazo, siempre considerando los riesgos que entraña la virulencia de la nueva cepa del virus Covid 19.


BIBLIOGRAFÍA

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https://www.europapress.es/economia/macroeconomia-00338/noticia-pib-eeuu-cae-329-segundo-trimestre-covid-19-mayor-descenso-historia-20200730144738.html


KEYWORDS

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