Antonio Carmona
Con mi invitado de hoy he compartido muchos momentos de esos entrañables de familia. Aunque hemos nacido en familias diferentes, hemos tenido el mismo nexo de unión, nuestros tíos “Pepa y Enrique” Ambos han sido tremendamente generosos y han abierto a sus respectivas familias, su hogar y casa de vacaciones, convirtiéndolos en punto de encuentro para todos nosotros.
En Navidad hemos compartido cenas maravillosas, risas, disfraces, cotillón, chistes, villancicos, besos, rituales de la tía Neni para empezar con mejor pie el año y un montón de anécdotas. Solían ser mesas gigantescas de un mínimo de 30 comensales y lo mejor es que cualquiera de nosotros podía llevar a ese amigo o ese familiar que se encontraba solo. Ahora ya echamos de menos a muchos seres queridos y como es ley de vida, los peques han ocupado sus asientos y han traído de nuevo la alegría.
En verano también hemos vivido buenos y divertidos momentos en torno a las riquísimas paellas de la tía Pepa, regadas por las deliciosas sangrías de mi papi. Por cierto, cuando le preguntabas por la receta, su respuesta era siempre la misma “la clave es utilizar un buen vino y no echarle muchas cosas”.
De Antonio tengo que decir que siempre me ha sorprendido su capacidad de trabajo y el entusiasmo que le ha puesto a todos sus proyectos. Es de estas personas luchadoras que para conseguir sus metas trabajaba sin descanso de sol a sol y lo mismo te descargaba piezas de una importante empresa de ascensores, hacía prácticas en una clínica que ayudaba en las horas libres en el negocio familiar.
Siempre alegre y sin perder su sonrisa, no dejaba de mostrar el entusiasmo por todo lo que estaba aprendiendo. Enamorado de su profesión, cuando acudes a su consulta sales siempre pleno, no solo por lo bien que te sientes, sino por toda la información que te transmite para tu bienestar.
Es de esos profesionales que está constantemente formándose y no deja de crecer tanto personal como profesionalmente. Su objetivo es buscar todas las causas que producen el problema y darte las pautas para tu mejoría.
Conjuga la osteopatía, fisioterapia, el coaching, la nutrición y el ejercicio físico consiguiendo efectos muy directos sobre nuestras lesiones, el dolor, nuestro malestar y por ende, sobre nuestra felicidad. En vocabulario científico la Psiconeuroinmunología, ciencia que engloba todo, conducta, estados de ánimo, alimentación, metabolismo, etc…la relación entre mente y cuerpo.
Persona sencilla, pero gran apasionado de lo bueno. Aunque a veces no vemos el momento para quedar, intentamos buscar un hueco para tomarnos esa exquisita tapa acompañada de un buen vino. No paramos de hablar y cuando acabamos siempre decimos lo mismo “no podemos dejar pasar tanto tiempo para volver a vernos”
Tenemos tanto que contarnos que siempre se queda algo para la próxima cita. Gracias Antonio porque a pesar de tener tu agenda tan complicada, has sacado un hueco para tomar un café conmigo.
Aquí os dejo el estupendo artículo de Antonio Carmona. ¡Que lo disfrutéis!
PD: Si queréis ver todos los cafés y el porqué de esta sección, pincha aquí.
Hay personas en la vida que ocupan un lugar más importante que el que te puede marcar los lazos de sangre. Personas que además de aportar valor, siempre sabes que están ahí y puedes contar con ellas.
Alicia es una de esas personas que a pesar de nuestras apretadas agendas y la tardanza en vernos, merece la pena sacar un rato para tomarse un café o compartir un buen momento para ver lo que seguimos aprendiendo y creciendo ¡Un lujo de persona! Aunque a veces no me hace mucho caso en los consejos nutricionales.
Antonio Carmona
El segundo cerebro
Antes de explicar todas las relaciones de las que voy a hablar en las siguientes líneas, debo dejar clara una noción que aunque poco conocida, no por ello es menos importante: El Segundo cerebro.
Hace tiempo ya se descubrió que existen más de 100 millones de neuronas en el intestino. La serotonina (hormona relacionada con la felicidad) se excreta entre un 80 y 90% en el tubo digestivo. Así podemos deducir que diferentes estados de ánimo pueden ser responsables de nuestro segundo cerebro: El intestino.
Este segundo cerebro (el intestino) presenta el noventa por ciento de nuestro sistema inmune, y compite por el consumo de energía del cuerpo (glucosa) con el propio cerebro, de tal manera que si el cerebro tiene la mayor parte de la glucosa, no la tendrá el sistema inmune y viceversa.
De aquí podemos deducir que los excesos previos a la incorporación laboral, nos pueden pasar factura en más ámbitos de los que creemos. La época del verano suele ser difícil para nuestro sistema digestivo, casi todos solemos abusar de alimentos que habitualmente no están en nuestra dieta, y esto repercute negativamente en nuestro segundo cerebro pudiendo afectar a la vuelta de las vacaciones negativamente, produciéndose la tan conocida depresión postvacacional.
Si además añadimos situaciones de estrés psíquico, social y laboral que nos solemos encontrar a la vuelta de vacaciones, seguimos perjudicando la secreción de sustancias relacionadas con el bienestar físico y mental pudiendo afectar al equilibrio de energía entre los dos cerebros.
El reparto de glucosa (Energía) va a depender de cómo y cuanta se introduzca en el cuerpo, así como de la cantidad de cortisol (hormona del estrés) que nuestro cuerpo esté soportando en cada momento. Un estrés mantenido en el tiempo, puede agotar el cerebro y desequilibrar el reparto de glucosa a favor del intestino (sistema inmune). Todo esto repercute en los músculos y articulaciones, porque cuando el cerebro se agota ante situaciones de estrés mantenido, gana la batalla al sistema inmune y saca la energía de tendones, cartílago, músculos, favoreciendo el deterioro físico del cuerpo.
Por otro lado, una mala alimentación es responsable de contracturas crónicas (falta de vitaminas y proteínas), aumento de colesterol (grasas saturadas y trans) produciendo dolores musculares y articulares. Además, esta alimentación errónea suele ir acompañada de un déficit de ejercicio, el cual es clave para el metabolismo y para el correcto funcionamiento de los músculos.
Por tanto, para afrontar la vuelta al trabajo de la mejor forma posible, es fundamental una alimentación lo más correcta y saludable y un mínimo ejercicio físico semanal de al menos dos días.
Si conseguimos mantener a lo largo del año este equilibrio de alimentación correcta y ejercicio, tendremos recursos bioquímicos suficientes para poder contrarrestar los efectos futuros de un estrés alto en sangre y evitar el agotamiento de un cerebro, que por costumbre, roba la energía al el sistema inmune, y este a su vez al cerebro: dos sistemas tremendamente egoístas.